La posibilidad de poner en servicio la desaladora privada de Rambla Morales ha generado un gran malestar entre los regantes de Níjar asociados a FERAL, que consideran innecesaria la existencia en la comarca de una segunda fuente de producción de agua desalada para riego. Tras conocerse que la Comunidad de Usuarios de Níjar (CUCN) ha iniciado negociaciones con Caixabank para adquirir la desaladora de Rambla Morales, abandonada desde que finalizó su construcción hace más de diez años, los regantes de Níjar aseguran que no existe suficiente demanda de agua desalada para respaldar objetivamente esas negociaciones.
“Actualmente, no se consumen los 27 Hm3 de agua de Carboneras que tenemos conveniados con Acuamed, por lo que es insólito estar pensando en contar con una segunda desaladora”, asegura Juan Espinosa, socio fundador de la CUCN. En este sentido, los asociados a FERAL expresan su total desacuerdo con el proyecto y rechazan que sea la CUCN la promotora del mismo, ya que “el fin social de la CUCN no es otro que distribuir el agua desalada de Carboneras en las mejores condiciones para los regantes, por lo que tenemos serias dudas de que sea lícito y legal gestionar otras fuentes de agua”, añade Espinosa.
En este sentido, los regantes de Níjar reprochan al presidente de la CUCN, Antonio López, que no haya informado en asamblea de las negociaciones mantenidas con Caixabank ni del proyecto para construir un parque solar con el que supuestamente abaratar el precio del agua. “Es una persona que está actuando por libre sin saber primero la opinión de los regantes y sería deseable que el presidente de la CUCN aprovechara su influencia política como miembro de la Ejecutiva Provincial del PSOE de Almería para exigir que el precio del agua desalada se baje a 30 céntimos en lugar de promover proyectos que no benefician al interés general de los regantes de Níjar”, según Juan Manuel Morillas, otro de los socios fundadores de la CUCN.
Fuerte endeudamiento
Los regantes de Níjar aseguran que la puesta en marcha de la desaladora de Rambla Morales tendría graves consecuencias económicas para los productores de toda la comarca. Los agricultores de la zona tienen que amortizar durante 50 años la construcción de las redes de distribución del agua desalada procedente de Carboneras, a lo que habría que añadir la amortización de la deuda de unos 125 millones de euros que Caixabank no pudo cobrar a los promotores de la desaladora de Rambla Morales. “Sería un endeudamiento inasumible para rescatar una desaladora privada que no necesitamos en la zona y obtener un agua de riego que tampoco seríamos capaces de consumir”, concluye Morillas.
Los regantes asociados a FERAL consideran que la prioridad para el Campo de Níjar es abaratar el precio del agua desalada de Carboneras, tal y como recoge la Ley contra la sequía aprobada en marzo, y exigir inversiones públicas para incorporar al riego las aguas depuradas con el objetivo de reducir las extracciones de pozos y asegurar la recuperación del acuífero sobreexplotado de la comarca.