Un total de 30 de los 48 internos participantes desde 2014 en las sucesivas ediciones del programa In-Out, cuya finalidad es contribuir a la integración social y laboral de la población reclusa mediante la formación en operaciones básicas de cocina, restauración y bar, han logrado la inserción laboral efectiva, lo que representa un 62,5% del total.
El delegado del Gobierno, Francisco Bernabé, ha supervisado, durante una visita al Centro Penitenciario de Campos del Río, la edición de 2018, que se inició el pasado mes de marzo y finalizará, en su primera fase, en junio. “Es un programa que dura diez meses y exclusivo para personas privadas de libertad, clasificadas en 2º grado, que les permite realizar una formación de cuatro meses en el propio centro y les posibilita salir en régimen semiabierto para realizar prácticas reales en establecimientos ordinarios de hostelería durante los otros seis meses”, explica el delegado del Gobierno.
En la fase actual de curso, los internos dedican destinarán gran parte de su jornada diaria penitenciaria a la formación en competencias profesionales y al desarrollo de habilidades sociales y de desarrollo personal (control de impulsos, gestión emocional, prevención de recaídas, técnicas de búsqueda de empleo, etc), lo que les ayuda a preparar su inserción, reduciendo carencias y déficits personales antes de la excarcelación definitiva. De esta forma se intenta evitar la reincidencia y lograr una eficaz inserción en la comunidad.
El delegado del Gobierno ha visitado las cocinas e instalaciones donde se realiza la formación, donde ha degustado algunas de las elaboraciones de los veinte internos que este año realizan el curso y a quienes ha dirigido unas palabras de ánimo y felicitación por participar en esta iniciativa de la Red Reincorpora de la Obra Social La Caixa desarrollada por la asociación Colectivo Paréntesis, con el apoyo y compromiso del Gobierno de España a través del Ministerio, destaca Bernabé, que ha estado acompañado por el Director General de Salud Pública, José Carlos Vicente y Virginia Ayala, presidenta de la Asociación Colectivo Paréntesis.
Con este tipo de proyectos se intenta conseguir en los Centros Penitenciarios el ambiente adecuado para que se puedan ejecutar las penas respetando los derechos fundamentales y convertirlos en espacios donde sea posible, a través de la formación académica, laboral, actividades de todo tipo, talleres ocupacionales, o programas específicos devolver el interno a la sociedad en mejores condiciones que cuando ingresó en Prisión. “En definitiva, conseguir por medio de la formación su reeducación y su reinserción”, concluyó el delegado.