Alberto Garzón se ha mostrado sumamente ilusionado con el acuerdo de mínimos alcanzado entre Podemos, Izquierda Unida y Equo para acudir a las elecciones municipales, autonómica y europeas de 2019 en coalición. Algo que se veía como lógico y necesario, ha acabado por conformarse justo con un año de anterioridad a evento. Garzón ha afirmado que en IU “nos satisface mucho haberlo conseguido porque es un marco que va a permitir a nuestras federaciones y a nuestra organización en los distintos territorios ir concretando fórmulas para conseguir gobernar en esos municipios y esas comunidades”. En Andalucía, por cuestiones temporales ya que las elecciones serán antes, ya se había alcanzado el acuerdo; en Madrid está muy rodado y ahora, con este acuerdo, se extiende al resto del territorio español.
Más allá del nombre elegido, que sin duda es lo que más puede sorprender a ojos que miran lo chusco (“Unidas Podemos Izquierda Unida Equo”), el acuerdo tiene una serie de aspecto muy destacables y que posibilitan la confluencia de varias formaciones políticas para un objetivo común: “El compromiso de construir una España más moderna, más democrática y más justa social y medioambientalmente, en base a los ejes de acción política”. Un compromiso que tendrá una amplia participación para la conformación de los distintos programas. Una participación que no sólo se reducirá a las tres formaciones firmantes del acuerdo sino que se abrirá a otras fuerzas y distintas entidades sociales (especialmente importantes son las del ámbito local).
En el ámbito local se establece el compromiso de que, allí donde se den las condiciones, se puedan llevar a cabo primarias, lo más proporcionales posibles, para establecer las candidaturas conjuntas. También es importante el hacer una campaña electoral conjunta en todos los sentidos. No como sucedió en el acuerdo Unidos Podemos en el que IU hacía sus propios actos y Podemos los suyos, sólo coincidiendo en algunos actos comunes. En este caso los actos serán conjuntos en todos los casos: “las organizaciones participantes deben garantizar que, tanto en el proceso electoral como en el desarrollo post electoral de los grupos institucionales, se compartan de forma adecuada todos los espacios y recursos de modo que se salvaguarde la visibilidad y se fortalezca a dichas organizaciones”. De la misma forma instan a que a nivel local esto mismo sea una regla de actuación.
La conformación de los acuerdos en los distintos niveles territoriales tendrá como fecha límite noviembre/diciembre de 2018. Salvo en el caso de Andalucía, que por razones temporales, tiene una autonomía propia y que ya ha avanzado en este sentido. “El mes de enero de 2019 será la fecha límite para las primarias municipales de cada organización y el mes de febrero para las primarias conjuntas allí donde las hubiera” dice el documento respecto a las primarias. Se quiere tener todo listo con mucho tiempo de antelación para presentar una fortaleza organizativa que les permita una mejor participación electoral. Han aprendido de las distintas mareas y conformaciones locales de las elecciones de 2015 y no quieren repetir los errores que se produjeron en algunos sitios.
Programáticamente, que es lo más importante, Podemos, IU y Equo han marcado cinco puntos marco sobre los que trabajarán. El primero es Un país productivo, sostenible y con empleo en el cual se establecen ciertos puntos básicos. “Necesitamos realizar la transición económica más ambiciosa de nuestra historia y avanzar con urgencia hacia un modelo productivo al servicio de las personas y a la altura de los retos ecológicos del planeta, como el cambio climático” afirman en el documento del acuerdo, lo que a nivel local puede entenderse como una apuesta por el cooperativismo en unos lugares, o el apoyo a los pequeños comercios en otros, pero todo ello bajo la transversalidad de lo sostenible. Una economía que partiendo de nuevas instituciones económicas “impulsen sectores innovadores y con capacidad de crear empleo de calidad, una cultura con la que crear y de la que vivir, sectores con alto componente de I+D+i, la rehabilitación y la construcción de viviendas sociales, la reindustrialización sostenible, la reorientación ecológica del turismo o las energías renovables”.
Todo ello, como no podía ser menos, defendiendo lo público como motor de agilización económica para evitar que los poderes financieros se hagan con todo el pastel. Significa poner la economía al servicio de las personas no de la acumulación constante y excesiva. Por eso dicen que “necesitamos una reforma fiscal para que quienes hoy no pagan, o pagan poco, tributen por sus beneficios, y unas relaciones laborales que garanticen el trabajo con salarios dignos y con derechos”.
El segundo punto, Un país democrático y solidario, supone una reforma institucional y de costumbres en lo político. Reformas para evitar la corrupción, ampliación de los mecanismos democráticos, transparencia e instituciones al servicio de la ciudadanía no de los poderosos. Por ello proponen “recuperar la suficiencia económica de todas las administraciones, en particular de las locales, la igualdad en el voto y los mecanismos de participación directa de la ciudadanía: control de sus representantes, presupuestos participativos, consultas vinculantes, iniciativas populares, etc. También necesitamos poner en primer plano la defensa de los derechos humanos y avanzar en verdad, justicia y reparación”.
El tercer punto, Un país con servicios públicos de calidad, apuesta por las rentas básicas, las viviendas sociales y la calidad de los servicios públicos. Se trata de defender y fomentar lo público con trabajos dignos, suficientes y sin recortes como han venido haciendo los gobiernos de la derecha. Lo público como eficiencia en gestión frente al saqueo que quieren y desean desde la clase dominante. “Exigimos la dación en pago y el fin de los desahucios y, lo más importante, regular el mercado de la vivienda para impedir que sea una inversión especulativa y conseguir que empiece a ser un derecho de verdad”.
El cuarto punto es transversal como la sostenibilidad ecológica, se trata de tener Un país en igualdad. “Lucharemos hasta conseguir la igualdad entre hombres y mujeres y que, a igual trabajo, igual salario, penalizando el acoso o discriminación y apoyando la conciliación” es uno de los ejes vertebradores de los futuros programas electorales. Que en el caso de las ciudades y pueblos tiene una importancia suma, porque es en ellas donde se producen las violaciones, donde las mujeres tienen miedo al andar por las calles, donde se construye patriarcalmente en muchas ocasiones. Además, piensan “formar en feminismo a todas las instancias de la administración, para que nunca más ningún servidor público vuelvan a no creer a las mujeres en la defensa de sus derechos a una vida libre, segura y plena”. A lo que hay que sumar que todas las candidaturas serán paritarias, se luchará contra la cultura de los cuidados como femenina, y así acabar con la doble jornada de las mujeres.
Y el quinto punto, en vista de que confluyen con elecciones europeas en esta ocasión, es Cambiar Europa. “El proyecto europeo ha quedado atrapado en las políticas de austeridad y de vasallaje de
los pueblos del Sur. Esta desigualdad, que rige hoy por hoy en Europa, solo se sostiene por la ausencia de democracia con la que funciona el día a día de la UE. Por eso queremos cambiar Europa, para revertir el proceso de desintegración y de ascenso de la extrema derecha, para volver a ser un espacio de acogida, de igualdad, de libertad y de fraternidad a la altura de sus pueblos” expresan como principios de acción. Acabar con la Europa de los mercaderes y luchar por la Europa de las personas, se podría haber titulado también. Luchar por medidas sociales dentro de la Unión Europea, avanzar en procesos democráticos y luchar por los privilegios de todos y todas y no sólo de unos pocos (el establishment) como sucede con los tratados de libre comercio. “Nos quieren en la periferia europea, pero nos tendrán en el centro del cambio que necesita el continente” finalizan.