Hace unos meses el Consejero y Director de Contenidos de Diario16, José Antonio Gómez, publicó un exhaustivo análisis acerca de la realidad de los números de desempleo en España que, en realidad, no se ajustan a la realidad. En el momento de publicación y utilizando las cifras oficiales publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y en el Ministerio de Empleo, se llegaba a la conclusión de que la cifra real de parados en España era de más de 9 millones de desempleados, en concreto, 9.080.915, mientras que el paro registrado marcaba 3,7 millones y la EPA 4,6 millones.
Uno de los parámetros en los que se basaba dicho análisis era el gran número de condicionantes que existen para «maquillar» las cifras de un país en el que, en plena efervescencia de la burbuja inmobiliaria, la tasa de paro no bajó del 8%. Como se decía en el artículo, «nos encontramos con que las cifras del desempleo en España están maquilladas ya sea por restricciones ya sea por criterios de clasificación. Un ejemplo de ello: un ciudadano que se encuentra en un curso de formación del SEPE no computa como parado a pesar de que no está desempeñando ningún trabajo remunerado. Por otro lado, se excluyen de estas cifras a las personas que ya han tirado la toalla tras muchos años de búsqueda de empleo y no pueden reincorporarse al mercado laboral».
La semana pasada, mientras se votaba la moción de censura en el Congreso de los Diputados, la presidenta del Banco Santander dijo en una conferencia en la Universidad de Deusto que «la tasa real de desempleo no es la que dicen los números», confirmando de con estas palabras la información publicada por Diario16 porque, utilizando los mismos parámetros analíticos de José Antonio Gómez y las mismas fuentes de información, el número real de parados en España estaría situado en la actualidad en los 8,27 millones, una cifra muy por encima de lo que confirman los datos oficiales.
Las palabras de Ana Botín son muy importantes por el reconocimiento de que se estaban manipulando las cifras del desempleo y de la necesidad de que el empleo que se cree sea de calidad y no precario, sobre todo cuando en la misma conferencia reclamó que el crecimiento económico «llegue a todos porque es un buen negocio para toda la sociedad». Sin embargo, ¿cómo pudo la señora Botín afirmar lo anterior cuando ha despedido a 1.100 empleados de los Servicios Centrales del Banco Popular y tiene previsto destruir más de 6.000 empleos en el ERE de la red comercial a lo largo de este año 2.018, tal y como adelantó nuestro compañero Esteban Cano en el mes de septiembre del año pasado? ¿Cómo puede hablar la señora Botín de que la mejora de la economía se traslade a todos los ciudadanos cuando su banco ha arruinado a más de 305.000 familias con la intervención del Banco Popular?
Es correcto que alguien como Ana Botín reconozca que el desempleo de las cifras oficiales no se corresponde a la realidad, pero debería aplicarse la profundidad de sus palabras a la hora de cerrar acuerdos con los afectados del Popular para que, en verdad, esa recuperación económica no tenga más víctimas inocentes y, sobre todo, para recuperar la ética, la moral y la dignidad que le exigen sus máximos accionistas.