Donald Trump no deja de sorprender, sobre todo por la ignorancia que demuestra en algunas ocasiones. En esta ocasión ha ocurrido en la cumbre del G7 en Quebec, Canadá, cuando ha afirmado que se estaba «pensando muy en serio» perdonar al boxeador Muhammad Ali de su condena por negarse al reclutamiento para la guerra de Vietnam, una condena que fue revocada hace 50 años. ¿Qué tiene que perdonar al que, quizá, ha sido el mejor púgil de la historia del boxeo?
Muhammad Ali, antes llamado Cassius Clay, fue, además de una de las leyendas del deporte, un activista por los derechos de la raza negra. Fue amigo de Malcolm X y estuvo muy vinculado con la Nación Negra de Elijah Muhammad. Esta lucha social tuvo su punto culminante cuando negó a enrolarse en el Ejército que iba a luchar en la guerra de Vietnam porque, según su forma de entender la vida, no tenía por qué matar a un ser humano que no le había hecho ningún daño. En una entrevista, Ali dijo de los vietnamitas que «ellos nunca me llamaron negro, nunca me trataron mal, nunca me robaron».
Ali fue acusado de deserción, se le arrestó y se le retiró la licencia para boxear durante 4 años. El hecho de no ser encarcelado hizo que Muhammad Ali se implicara más en el activismo y la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos.
Sin embargo, en el año 1.971, el Tribunal Supremo revocó la condena y le otorgó la condición de objetor de conciencia.
Entonces, ¿qué debe perdonar Trump a Ali? Alguien debería decirle al presidente de los Estados Unidos que no se puede indultar a quien no está condenado y, sobre todo, cuando la pena de Muhammad Ali fue revocada hace casi 50 años.
El propio abogado que representó a Ali, Ron Tewell, al enterarse de las palabras del presidente, agradeció el gesto «pero es innecesario. La Corte Suprema anuló la condena de Muhammad Ali de manera unánime en 1.971. No existe condena de la que se necesite un indulto».
¿Ignorancia, marketing o las dos cosas? Trump ha realizado estas manifestaciones en un momento en que su enfrentamiento con las grandes estrellas del deporte norteamericano está en su momento más tenso tras la negativa de los campeones de la NFL se han negado a realizar la tradicional visita a la Casa Blanca por las protestas de los jugadores de fútbol americano contra la brutalidad policial contra la población negra, algo que ya sucedió con los campeones de la NBA, los Cleveland Cavaliers. Su gran estrella, LeBron James afirmó que «No importa quién gane la final de la NBA, nadie quiere ser invitado a la Casa Blanca» o «Ir a la Casa Blanca era un gran honor hasta que has llegado tú». El propio James ha tenido enfrentamientos con Trump. Recordemos cuando se refirió al presidente en los siguientes términos: «No le importa una mierda la gente» y, cuando el entorno mediático de Trump respondió a través de la cadena Fox «Cállate y dedícate a jugar, esto es lo que pasa cuando dejas el colegio un año antes para ir a la NBA», James respondió con un discurso en el All Star que ya se utiliza en las escuelas, institutos y universidades estadounidenses: «Definitivamente, no soy sólo eso [un jugador de baloncesto]. No hago sólo eso. Significo mucho más para la sociedad y para los jóvenes, ellos me ven como una inspiración. Siendo un niño afroamericano que creció en una ciudad del interior, solo y en un hogar que no era económicamente estable, he vencido a las apuestas llegando donde he llegado. Y quiero que todos los niños lo sepan, que los jóvenes también pueden hacer realidad lo que sueñan».