Aunque Mariano Rajoy ya es historia, el tiempo de los recortes en la Sanidad pública -que tan acentuadamente marcaron su etapa de Gobierno-, por lo visto aún no ha pasado. Como cada año, con el verano y los turistas han llegado también los problemas de saturación en los hospitales y centros de salud de todo el país, un mal endémico del sistema sanitario español. El Sindicato de Enfermería Satse ha denunciado el cierre de al menos 14.000 camas en los distintos centros hospitalarios de España durante los meses de verano, así como la disminución del número de profesionales y servicios, lo que supone un “notable deterioro” en la atención médica que se presta a los ciudadanos, según un comunicado remitido por la organización. Satse ha señalado que, un año más, las distintas administraciones sanitarias aprovechan el periodo veraniego para “ahorrarse dinero” a costa de la atención a los pacientes. “No es admisible que se ponga el cartel de ‘cerrado por vacaciones’ a hospitales y centros de salud durante tres meses mientras que los ciudadanos siguen necesitando sus servicios”, apuntan las fuentes consultadas por Diario16 en Satse.
Algunos médicos han empezado a atender a los enfermos en los pasillos a causa de la masificación en las Urgencias
En el caso de los hospitales, la mayoría proceden de manera sistemática a suprimir camas, lo que conlleva un “aumento de las listas de espera, tanto médicas como quirúrgicas; la paralización de pruebas diagnósticas; las altas de forma precipitada y el amontonamiento de pacientes en los servicios de Urgencias, obligando a los profesionales sanitarios a atenderlos, en muchas ocasiones, en zonas no habilitadas para ello, como los pasillos”. Asimismo, según el Sindicato de Enfermería, el cierre de camas en los centros hospitalarios aumenta el índice de enfermos desplazados que no son atendidos en la unidad correspondiente a su patología, lo que deteriora la calidad de la asistencia recibida.
Los datos recopilados por la organización sindical en todos los servicios autonómicos de salud concluyen que se cerrarán, al menos, 14.000 camas en todo el Estado. Se trata de una cifra “a la baja”, ya que determinadas gerencias se han negado a ofrecer a la organización sindical las cifras correspondientes a algunos centros hospitalarios.
En concreto, en Andalucía el cierre de camas se estima en más de 2.400; en Extremadura, unas 350; en Asturias, cerca de 400; en Baleares, más de un centenar; en Euskadi, más de 1.000; en Castilla-La Mancha, cerca de 400; en Murcia son casi 300 camas cerradas; en Madrid, unas 1.500; y en Castilla y León, más de 400.
Por su parte, en la Rioja, son cerca de 50 las camas clausuradas; en Navarra, alrededor de 200; en Canarias, más de cien; en Cantabria, alrededor de 40; en Galicia, más de 900; en Aragón, cerca de 400; en Cataluña más de 2.300; y en la Comunidad Valenciana unas 3.000.
Además del cierre de camas, los centros hospitalarios cuentan con un menor número de enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas, “al no sustituirse convenientemente a los profesionales que se van de vacaciones”. La situación varía según las comunidades autónomas, pero los porcentajes de contratación de suplencias en Enfermería van desde el 30 al 75 por ciento.
“En el caso de Atención Primaria, un alto porcentaje de centros de salud cierran sus puertas por las tardes en verano, lo que supone un nuevo obstáculo para el ciudadano a la hora de querer hacer efectivo su derecho a la salud cuando lo necesite”, asegura Satse.
El sindicato reconoce que durante los meses de verano desciende “algo la presión asistencial” en determinados centros o unidades, pero subraya que esta disminución no es “ni mucho menos proporcional” a la reducción de los recursos humanos y servicios que se realiza desde las administraciones sanitarias.