No pasa semana, o tres días seguros, en que los medios de comunicación del establishment (o el sistema, como prefieran) no lancen sus flechas contra el dirigente de Podemos Pablo Iglesias. Y no es por motivo de sus palabras, de sus acciones, sino todo lo contrario, por no estar cuando a ellos les parece que debería estar. De esa deciden que hay hiperliderazgo en Podemos y que es malo. ¿Por qué? Porque los medios de ese sistema quiere palabras del dirigente de la formación morada para ajusticiarle públicamente y tratar de hundir a Podemos ahora que controlan, meridianamente, al resto de partidos.
Les parece mal que esté de baja de paternidad, cuando él no hubiese querido hacerlo en estos momentos, y dicen que Podemos depende totalmente de la pareja dirigente (siempre incluyen a Irene Montero, quien tampoco se puede defender). Con esto dan a entender que el resto de los dirigentes no sirven y que la formación morada al final no es más que una plataforma personalista. Sin Iglesias-Montero afirman los medios del establishment Podemos es la nada, se hunde, no vende nada. Parece que no les gustan Mayoral, Belarra o Echenique. Lo que no empece para ser un tanto crueles por la situación que pasa Podemos. Pero ¡ojo!, que no aparezca Iglesias no quiere decir que no esté presente en el devenir de la organización.
Ahora que la balanza del eje electoral izquierda-derecha se balancea hacia al lado izquierdo, los medios del establishment reaccionan para que la nivelación vuelva a la derecha. Sin darse cuenta que esa derecha se está escorando tanto que casi el centro podría ser para el PSOE y dejar aún más espacio por la izquierda a Podemos. Y esto sin necesidad de que Iglesias aparezca por los platós o las ruedas de prensa. Salvo que, y aquí hay otra posibilidad, se quiera rematar a Podemos para que el PSOE se domestique sin peligros por la izquierda. Cualquiera de las dos posibilidades está presente en el tablero de juego político. Y de las dos, ninguna acaba de convencer al establishment.
Hiperliderazgo dicen sin saber siquiera qué es liderazgo. Si a lo de Iglesias y Podemos (que tiene un sinnúmero de voces tan acreditadas como el secretario general) lo llaman hiperliderazgo, ¿qué decir de lo que sucede en el PSOE? En la otra formación de izquierdas, salvo alguna baronía revoltosa, después de Sánchez es la nada. Todo está centralizado en sus decisiones y su figura, tanto como para vaciar Ferraz. Pero eso no es hiperliderazgo para los medios del sistema, pues ni quieren acabar con el PSOE (de momento), ni quieren lanzar ese tipo de críticas no vaya a ser que los dineros de la publicidad se corten en seco. Lo de Sánchez es un “liderazgo normal” parece ser.
Ya se comentó en estas mismas páginas no hace mucho que Podemos sufre una pequeña crisis decisoria debido a la nueva composición de los poderes políticos y la conformación organizativa. Tampoco se puede negar que Iglesias y Montero ejercen una fuerte influencia dentro de la organización. Son verdaderos líderes para sus seguidores internos y externos, pero lo eran antes de Vistalegre II. Por tanto si existe hiperliderazgo hoy, lo había en aquel entonces. Nada nuevo como para dedicar columnas de periódico. Lo que hay son vacaciones por mucho que le moleste a la derecha. La mayoría de los diputados y diputadas de Podemos están descansando por mucho que los programas del espectáculo sigan funcionando como si nada. Deben pensar en las direcciones de los medios que la sociedad que les gusta a ellos y ellas, de explotación hasta la última gota, de extenuación de las personas, de exceso de gasto de energía hasta llegar al cansancio debe lo común para todas las personas. Y, justo, lo piden a personas que están contra esa sociedad excesiva que ha creado el capitalismo. No hay mejor forma de subversión que no seguir las pautas de la clase dominante y sus tentáculos.
Las personas que siguen a Podemos están, hoy en día, preocupadas porque las encuestas parecen no darles un empujón y por lo que están pasando los padres Pablo e Irene. Para nada andan con preocupaciones sobre Iglesias y Montero y su aparición o no en los medios que tiene tan preocupados a los mass media dominantes. Se preocupan por las personas, por los seres humanos, no por los dirigentes políticos inhumanos que quieren construir desde la derecha. Si Casado o Rivera necesitan estar todos los días en la prensa es problema suyo y por algo será (por incapacidad), pero en el otro lado del tablero igual menos porque aún piensan en las personas como seres humanos no meres mercancías. Si los medios tienen problemas con su fetichismo de la mercancía es problema suyo completamente. El hiperliderazgo está en todas las organizaciones si se quiere analizar con cierta capacidad técnica, pero si lo que se quiere es dañar a Podemos y sus dirigentes han equivocado el camino.