Pablo Llarena era el último de los candidatos posibles –según las propias Normas de Reparto– para instruir las causas contra aforados debido precisamente a su inexperiencia, y sin embargo el presidente de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, permitió su designación como juez instructor en la causa que ha procurado la crisis política más grave de toda la historia de nuestra democracia reciente.
Este error en la designación del inexperto Pablo Llarena como juez instructor de la causa del Procés se debió a una falta de previsión de Manuel Marchena, que desde que llegó a la presidencia de la Sala 2ª ha diseñado mal la composición de la sala de admisiones y la sala de apelaciones en las causas penales contra aforados.
Las Normas de reparto de la Sala 2ª del Tribunal Supremo previenen que en las causas penales contra aforados existan dos salas distintas, según se trate de conocer la admisión a trámite de las diligencias de investigación (Sala de admisión) o de los recursos contra las resoluciones del magistrado instructor (Sala de recursos). A parte se establece un turno riguroso de antigüedad para la designación del magistrado instructor, y para la designación de los ponentes de las dos salas.
Está claro que en la composición de las distintas salas debería tenerse la precaución de no impedir que la designación del magistrado instructor recaiga en el que más experiencia tiene de todos los que componen la Sala 2ª, tal y como por lo demás se ordena taxativamente en las Normas de Reparto, evitando el nombramiento del más inexperto.
Sin embargo Manuel Marchena lo hizo al revés. Nombró a los magistrados más antiguos para integrar las dos Salas de admisión y de recursos, lo que no era ni preceptivo ni conveniente, dejando para la designación del magistrado instructor a los más inexpertos.
En la fecha de la admisión a trámite de la querella de la fiscalía por la causa del Procés, el orden de antigüedad de los magistrados integrantes de la Sala 2ª del Tribunal Supremo era el siguiente:
- Andrés Martínez Arrieta.
- Julián Artemio Sánchez Melgar.
- Miguel Colmenero Menéndez de Luarca.
- Francisco Monterde Ferrer.
- Juan Ramón Berdugo Gómez de la Torre.
- Luciano Várela Castro.
- Alberto Gumersindo Jorge Barreiro.
- Antonio del Moral García.
- Andrés Palomo del Arco.
- Ana María Ferrer García.
- Pablo Llarena Conde.
Como se puede comprobar, Pablo Llarena era el más inexperto de todos los componentes de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, y por tanto el último de la lista de todos los magistrados disponibles, y sin embargo el presidente de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, permitió su designación como juez instructor en la causa que ha procurado la crisis política más grave de toda la historia de nuestra democracia reciente.