Se le ha ido de las manos. Preocupado por su futuro judicial, sin un gobierno en Madrid en su apoyo y sin los reflejos de antaño donde se sacaba conejos de la chistera, a Gabriel Amat se le está hundiendo Roquetas de Mar. Porquería en las calles, jardines abandonados, mosquitos, motos eléctricas sin control y obras sin terminar eternizándose. Desde Izquierda Unida de Roquetas llevan meses avisando al munícipe del abandono en el que tenía a la ciudad, pero no han sido atendidos. Al contrario, se lanzó contra la yugular de Juan Pablo Yakubiuk, como se contó en estas mismas páginas.
Como pueden ver, a modo de ejemplo, en la galería adjunta, las calles de Roquetas parecen haber sufrido algún tipo de ataque militar, o ser parte de un arrabal típico de tiempos pasados o del tercer mundo. En la avenida de Santa Fe no se han podado los árboles, los cuales impiden a las farolas cumplir su función de iluminar la calle. Doble pérdida porque se gasta dinero en electricidad, que al precio que está no es una fruslería, y porque se impide que las personas y los vehículos puedan caminar por ella. No ya que genere inseguridad, que también, sino que se debe caminar como en la Edad Media con lámpara o antorcha. Lo mismo ocurre en la calle Sonora donde la luminosidad la ponen algunas luciérnagas que a veces pasan por allí.
Se han debido tomar como vertederos improvisados el entorno del Centro de Salud de Aguadulce, el IES Las Marinas o la plaza Pérez Reverte y desde el Ayuntamiento el señor Amat no hace nada. Debe ser que no pasa por la zona o que no le interesa por una cuestión de votos. El caso es que como pueden ver en las imágenes que ofrecen desde IU, es asqueroso el estado en que se encuentran. Los servicios de limpieza del consistorio, bajo mínimos por decisión del alcalde y la empresa, no llegan a esos lugares. A lo que hay que sumar la precariedad en el trabajo que tienen. No hay suficientes trabajadores y trabajadoras para mantener una ciudad que, además, tiene plagas de mosquitos casi constantemente.
Y si pasamos al tema de parques y jardines, los árboles no se talan y se caen las ramas en cualquier momento; los jardines no se cuidan y se van pelando; y el césped ha mutado en jungla tropical debido al nulo mantenimiento del mismo. Eso por no hablar del retraso y el pasotismo de las obras realizadas que se están eternizando. ¿Será que Amat hará todo a última hora para las elecciones? No va a tener brazos para tanto como ha dejado sin hacer seguramente. Se le ha ido la ciudad de las manos por pensar en el negocio del ladrillo y la devastación de Las Salinas. Se le ha ido de las manos porque el péndulo de la corrupción se le acerca en los juzgados de Almería. Se le ha ido de las manos porque ya no hay más que desposeer a la ciudadanía roquetera.