Debatía el Parlamento Europeo una resolución sobre el auge de la violencia neofascista en Europa. Una resolución, finalmente consensuada, por la mayoría de grupos (populares, liberales, socialdemócratas e izquierda plural) que condena cualquier tipo de discurso sobre el odio o la xenofobia. Una declaración que PP y Cs no querían que señalase a alguna fundación en concreto (¿la Francisco Franco no?), pero a la que se han adherido. Hasta aquí todo medio normal. Sin embargo, las declaraciones del eurodiputado Javier Nart de Ciudadanos son cuanto menos sospechosas o producto de algún tipo de deseo reprimido del subconsciente. ¿Por qué? Porque ha calificado a Podemos e Izquierda Unida como extrema izquierda y luego ha pedido que también se le condene y persiga a la extrema izquierda. Veamos la secuencia de sus palabras.
“Es lamentable que socialistas, comunistas y separatistas hayan intentado romper el consenso de la resolución sobre fascismo, racismo y xenofobia con fines domésticos particulares” ha expresado Nart. Curioso ya que no hable de socialdemócratas, populistas, comunistas, nacionalistas y secesionistas, prefiere englobar todo bajo la fórmula expuesta, pero ha calificado Ciudadanos a esa parte que no son los socialistas como “extrema izquierda”, algo implícito en las palabras de Nart sobre los comunistas. Lo que esconde la declaración de Nart es que los fines domésticos se refieren a condenar el franquismo en España, por ejemplo. Esa es la terrible manipulación de una propuesta, que por cierto, ha hecho la izquierda, no la derecha donde está Nart.
Hasta el momento todo normal para el partido cuñado que se autocataloga de liberal en Europa y en España según toque por los datos de las encuestas o la presión del resto de partidos de la derecha. Sus siguientes palabras clarifican ese deseo reprimido subconsciente de Ciudadanos: “Hemos apoyado esta resolución, a pesar del sesgo de su redacción inicial, porque el problema en Europa no es solamente la violencia de los grupos neofascistas, sino también la de los grupos de extrema izquierda. El discurso del odio no puede calificarse de derechas o de izquierdas”. A pesar de que en Europa el peligro llega del neofascismo, de la extrema derecha, en Ciudadanos quieren que los partidos de extrema izquierda también sean condenados, perseguidos y expulsados del ámbito político del liberalismo. Califican a Podemos e IU de extrema izquierda en la nota de prensa y en las propias palabras se incide en el peligro del odio de la extrema izquierda. ¿Odio a quién? No lo ha explicado. ¿Al sistema? Eso no es malo en sí, o ¿piensan en Ciudadanos que se deberían prohibir todos los partidos que quieran por medios democráticos transformar el sistema capitalista? Eso parece decir Nart.
Es conocido que Albert Rivera está obsesionado con Podemos, IU y los partidos nacionalistas y querría eliminarlos del Congreso (sigue insistiendo en una proposición de ley para ello), pero ahora tenemos la verificación de Javier Nart como eurodiputado. Verificación porque lo que le preocupa al partido cuñado es que partidos como Die Linke (La Izquierda) donde hay marxistas, anticapitalistas, radicales y libertarios. Le preocupan esos partidos (como Unidos Podemos) que sí quieren transformar el sistema. Una fórmula lingüística para, en el terreno doméstico, tener apoyo europeo a sus deseos, algunos reprimidos, de acabar con cualquier cosa que huela a antisistema, a izquierda, a democracia radical, a lo que el establishment no quiere que aumente.
“Debemos actuar contra todo tipo de violencia consecuencia de ideologías extremistas que incitan al desorden público y atenta contra la convivencia cívica” ha expresado con sumo buenismo Nart. Eso sí, la violencia simbólica del sistema capitalista donde la fracción financiera ha mandado a la pobreza a millones de personas en Europa (por circunscribirnos a lo más cercano), esa dominación que ejecuta una violencia silenciosa no es perjudicial para Ciudadanos. Más bien es producto de la mala suerte o de la complejidad sistémica. Como siempre cuando la violencia es del sistema es culpa del empedrado, pero cuando el pueblo, las clases populares se levantan a luchar por sus derechos y tener una vida digna, eso es incitar al desorden y atentar contra la convivencia cívica. Ese final de frase que se ha señalado en negrita es el arco de bóveda de todo el pensamiento de la derecha europea. En España extremado con Ciudadanos y PP. No quieren que se pueda protestar y aprovechan una declaración contra el neofascismo xenófobo para colar un mecanismo de ejecución de partidos como Podemos e Izquierda Unida… de momento.