Los fastos por el cumpleaños de Sofía de Grecia son la mejor muestra de cómo la Monarquía le ha dado definitivamente la espalda al pueblo. La Familia Real ha organizado un fiestón para celebrar el cumpleaños de Sofía de Grecia, una muestra más de cómo quienes ocupan la Jefatura del Estado no tienen ningún tipo de sensibilidad hacia un pueblo que sigue sufriendo las consecuencias de la crisis diseñada, organizada e implementada por las dictaduras privadas del capital más salvaje, los mismos que no tuvieron en ningún momento reparo a, presuntamente, pagar comisiones a quien ocupó desde el año 1.975 la Jefatura del Estado.
Si vemos la foto de familia que ha difundido la Casa Real, nos encontramos, además, con cuatro personas sobre las que pesan sospechas de, en primer lugar, haberse lucrado gracias a su posición o de, en segundo término, de tener salarios desorbitados que nada tienen que ver con la realidad social del país.
Vemos a Juan Carlos de Borbón, cuya fortuna se estima en varios miles de millones de dólares, según indicó un artículo del New York Times o la propia revista Forbes. Las grabaciones hechas públicas por el ex comisario Villarejo en las que se escuchaba perfectamente a Corinna zu Sayn-Wittgenstein afirmar cómo, durante su convivencia, fue usada como testaferro para ocultar las comisiones que Juan Carlos de Borbón cobró de empresarios españoles por su mediación en negocios internacionales.
También podemos ver a Cristina y Elena de Borbón, hermanas del actual Jefe del Estado, quienes tienen o han tenido diferentes polémicas respecto a sus trabajos. La primera fue procesada en el Caso Noos junto a su marido, Iñaki Urdangarin. Mientras éste fue condenado y, actualmente, se halla encarcelado, Cristina fue absuelta después de que el aparato del Estado se pusiera a su servicio y asumiera su defensa legal. Un hecho vergonzoso, sobre todo porque en los documentos que el juez Castro analizó durante la instrucción aparecían firmados claramente por la hermana de Felipe de Borbón. Mientras que por la misma acción se condenó a 15 años de prisión a Rosalía Iglesias, a Cristina se la absolvió. Jamás un español tuvo a la Fiscalía Anticorrupción ejerciendo el papel de abogado defensor en un caso en el que se juzgaba una trama de corrupción.
Por otro lado, tenemos a Elena, la hija mayor de Juan Carlos y Sofía, quien está cobrando al menos 170.000 euros anuales de la Fundación Mapfre mientras que los trabajadores de la aseguradora. Mientras Elena de Borbón pasea el eslogan de la empresa aseguradora por todo el mundo –“personas que cuidan de personas”– una rebelión de trabajadores que se consideran “escasamente cuidados”, y hasta maltratados, se han organizado para visibilizar una situación laboral de la que jamás se habla y que queda oscurecida por las galas benéficas, las hermosas palabras y las competiciones deportivas de vela patrocinadas por la gran multinacional.
Finalmente, Sofía de Grecia ha despertado también las sospechas sobre el origen de su patrimonio. Tal y como indicábamos en Diario16, el hecho de que durante años fuese habitual en las reuniones del Club Bildelberg, los negocios que pudiera tener junto con su hermano Constantino, el rechazo a la indemnización de 12 millones de euros que la Justicia europea obligó a pagar al Estado griego a la Familia Real helena o la no interposición de ningún tipo de recurso a la venta por parte de Grecia del palacio en el que están enterrados sus padres, son hechos que despiertan la suspicacia del pueblo que cada vez menos veraz el altruismo del que ha hecho gala en los últimos años.
Comida con más de 50 invitados, un concierto de Plácido Domingo en honor de Sofía de Grecia, son algunos de los fastos que demuestran, una vez más, que la única función de la Monarquía en una democracia es la pompa y la circunstancia, nada más, hecho que es el modo más relevante de cómo se da la espalda a un pueblo que cada vez está más convencido de que la presencia de la Monarquía en la Jefatura del Estado no es más que un modo más de mutilar a la democracia.