La fulgurante entrada de Vox en el Parlamento andaluz no es fruto de la casualidad ni de la improvisación, sino de un guion perfectamente establecido en el que no han faltado intensas relaciones internacionales con los partidos ultras europeos como el Frente Nacional francés, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), Alternativa para Alemania (AfD), Fidesz-Unión Cívica Húngara, el Partido de la Libertad de Holanda y el Partido Conservador Popular de Polonia. Pero esa tupida red que han tejido Santiago Abascal y los suyos no se ha limitado solo al viejo continente, sino que ha llegado a cruzar el Atlántico y a entrar en la mismísima Casa Blanca.
Según fuentes de Vox, este partido ha llegado a crear canales de comunicación con el Partido Republicano norteamericano de Donald Trump. En enero de 2017, Rafael Bardají, asesor del Gobierno de José María Aznar, se reunió en la Torre Trump con el equipo del controvertido y polémico presidente, que no llevaba más que unos días en el poder. Bardají fue enviado por Abascal en nombre del partido para “analizar el avance de la ‘Alt Right’ europea y el futuro de la UE”, así como para cerrar la intervención de Roniel Aledo en el acto del tercer aniversario de Vox celebrado en Madrid. De hecho, Aledo –militar estadounidense, ex analista de la CIA y oficial de inteligencia y operaciones del Pentágono–, participó en actos de Vox semanas después, como un encuentro bajo el título Cañas por España celebrado en un conocido restaurante madrileño, según consta en la página web del partido de extrema derecha español.
Desde su fundación, Vox se ha mostrado interesado en participar en la ‘Alt Right’ (Derecha Alternativa), un movimiento heterogéneo de extrema derecha de origen estadounidense que rechaza a todos aquellos partidos conservadores que han asumido ideales demasiado “progresistas”. Además, han formado un auténtico ejército de trolls para defender a Trump en las redes sociales. La ideología de este movimiento se opone a la corrección política (considerada expresión del establishment) al multiculturalismo, a la inmigración, al intervencionismo militar, al globalismo, al feminismo y a la diversidad sexual, a la que ‘Alt Right’ califica despectivamente como ideología de género.
¿Qué le podría interesar a Trump de Vox? La respuesta es muy sencilla: que España se implique más en su aportación de fondos a la OTAN. De hecho, los responsables de la formación ultraderechista española ya han incluido en su programa que el gasto en defensa de nuestro país alcance el 2% del PIB, tal como exige Trump. En la actualidad, el presupuesto español para la Alianza Atlántica se encuentra por debajo del 1%, “lejos de la inversión que recomienda la OTAN”, según Vox. El partido de Abascal ya ha dicho que “la defensa de España constituye un asunto prioritario” y que “las Fuerzas Armadas Españolas (FAS) deben convertirse en el elemento vertebrador de dicha defensa”.
Vox consultó recientemente a sus bases, a través de una encuesta interna, para conocer qué opinaban sobre la posibilidad de establecer de manera regular estos contactos internacionales. La pregunta fue: “¿crees que Vox debe abrir canales de interlocución con partidos que están triunfando en Europa defendiendo principalmente la soberanía de sus países y control de sus fronteras (Austria, Francia, Alemania, Polonia, Hungría, Italia, Gran Bretaña…)?” El 73,7 por ciento de los participantes respaldó la propuesta.