La banca española tiene miedo de la Justicia Europea en el caso del IRPH. El varapalo que las entidades financieras se llevaron con el informe de la Comisión Europea en el que se indicaba que se había aplicado una cláusula abusiva conectó todas las alarmas. Ya son demasiados golpes los que la Justicia europea ha dado a la banca española como para recibir otro que puede suponer que algunas entidades tengan crisis de liquidez o de capital para hacer frente a las indemnizaciones.
Por esta razón, Goldman Sachs hizo público la estimación del coste que tendría para los bancos españoles una resolución negativa por parte del TJUE: 44.000 millones de euros, diez veces más que las cláusulas suelo. Hay que recordar que el rescate a la banca de Europa fue de 45.000 millones, cantidad que el pueblo español no va a recuperar jamás, tal y como han indicado los supervisores. Ese informe del banco de inversión era un modo de poner sobre la mesa las consecuencias que para el sistema financiero europeo tendría una sentencia favorable a las víctimas del IRPH. Una amenaza velada.
Por esta razón, por no tenerlas todas consigo, por no contar con la impunidad de la banca con la Justicia española, las entidades han iniciado una estrategia que pasa por ofrecer a las víctimas una solución que sólo han puesto sobre la mesa cuando Europa ha entrado en juego y puede anular el índice y, por lo tanto, los bancos tendrían que devolver todo el dinero cobrado de más.
Según han confirmado a Diario16 varios afectados, los bancos con quienes tienen contratada su hipoteca referenciada al IRPH les están llamando por teléfono ofreciéndoles una modificación de su préstamo a un interés fijo que oscila, dependiendo de la entidad, entre el 1,7 y el 2% pero, en ningún caso, se les ha ofrecido la devolución del dinero cobrado de más en estos años o una cantidad concreta. Sólo el cambio de índice de referencia. ¿Por qué ahora y no hace 5 años? El miedo a lo que Europa pueda determinar tiene que ver con ello.
Esta estrategia de intentar llegar a acuerdos con los afectados, al igual que ocurre con otras presuntas estafas bancarias, no es más que un reconocimiento implícito de la responsabilidad porque si se hubiese hecho todo bien, si no existiera una cláusula abusiva, la banca no ofrece motu proprio un acuerdo extrajudicial con los afectados.