Un artículo en un confidencial ha alarmado a las huestes del PSOE-A por la supuesta pretensión de la Ejecutiva de Pedro Sánchez de laminar al partido andaluz de la misma forma en que se hizo con la federación madrileña cuando Tomás Gómez era su secretario general. Unas intenciones que, salvo deseos libidinosos de algunos y algunas ejecutivas, no se puede confirmar. En una ejecutiva más larga que un día sin pan puede haber opiniones de todo tipo pero según confirman altos ejecutivos en ningún momento se han planteado tomar al asalto la sede de San Vicente. Pero en Andalucía no se fían del todo, tienen la sospecha de que sí que lo harían.
Que Sánchez II pueda tener hasta cinco nombres para sustituir a Susana Díaz es algo que no ha confirmado el presidente del Gobierno, por tanto es producto de la mente de personas que dicen hablar en nombre del secretario general. Es más si se analizan los nombres de quienes se presentan como futuribles se comprende rápidamente que no conocen cómo se mueve la federación andaluza. Ni Carmen Calvo, ni María José Montero tendrían un apoyo unánime. Y menos aún Luis Planas o Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (estos son vistos como unos “verdaderos traidores”). Y lo de Ignacio López nada más que puede ser producto de un calentón verbal de la fuente. Quien haya postulados a esas personas realmente lo debe haber expresado por cariño no por una realidad de contar con apoyo y entender el partido. O simplemente por aparentar que se está en el grupúsculo en el que se toman las decisiones importantes.
Intentar laminar a la federación andaluza sólo puede ser producto del odio que se tienen sanchistas y susanistas. En primer lugar, no hay un secretario de organización que sea un verdadero verdugo dentro del partido como César Luena. En segundo lugar, no hay ningún medio de comunicación que modifique ciertas noticias para acomodarlas a los deseos del secretario general. En tercer lugar, supone pensar que la militancia andaluza y los cuadros medios/altos van a entregar la cuchara así como así sin presentar batalla contra una Ejecutiva a la que culpan, en parte, de lo que les ha pasado en las últimas elecciones. Y, en cuarto lugar, sería una jugada dictatorial que dañaría la imagen del PSOE.
Pensar que se puede pasar por encima de la voluntad general de la militancia, que fue la que decidió, según los parámetros marcados por el 39° Congreso, la continuación de Susana Díaz al frente del PSOE-A, es pensar en términos poco democráticos. Cuando se hizo el “Tomás Gómez” tenían una excusa, fabricada eso sí, que le relacionaba con un posible caso de corrupción. Además, había una pelea para la composición de las listas que también está detrás de aquella pelea. En Andalucía no hay caso de corrupción que enfrentarle a Díaz. En Andalucía no habrá pelea por las listas pues quien tiene la última palabra y puede hacer y deshacer a su antojo es la Ejecutiva Federal tal y como refleja el Reglamento aprobado no hace mucho y que entrega todo ese poder a la Ejecutiva. Así pues, sólo el odio de unos con otros es justificación para la disolución del PSOE-A manu militari.
Curiosamente esta filtración se realiza cuando a la ejecutiva federal parecen no haberle gustado las declaraciones de ciertos barones socialistas. Sólo hay que ver cómo Óscar Puente, el portavoz de la Ejecutiva que no ejerce en Madrid, les ha acusado de ser poco leales. Eso sí, luego ha borrado el mensaje de sus redes sociales. Pero la amenaza velada mediante un periódico de menor difusión para ver cómo reaccionan y enfrentar a la militancia contra las direcciones legal y legítimamente elegidas no parece la mejor estrategia. Ya lo hacía Puente y parece que lo hacen ahora los que quedan en Ferraz. Un inmenso error jugar a las amenazas y más cuando no lo saben los altos ejecutivos que están a cosas de Gobierno. Un inmenso error porque, hasta el momento, la pelea entre sanchistas y susanistas había amainado lo suficiente como para tener paz dentro del PSOE. Volver a la guerra interna hace un daño terrible, con la adición de no saber de qué manera puede resolverse en esta ocasión.
Ciertos ejecutivos deberían pensar que, por mucho que les aplaudan y les jaleen, hay un 49% de militantes del PSOE que no eligieron a Sánchez, que no son sanchistas, pero sí han aceptado la disciplina de partido y pasar página. Pero si decides desde Ferraz ir a atacarles responderán. Y da igual que sea en Andalucía, Castilla-La Mancha o Madrid. Filtrar que se va a acabar antidemocráticamente con la ejecutiva andaluza es de poco inteligentes porque en Andalucía piensan responder con todo si tocan a Díaz. Como responderán en otras federaciones contra la ejecutiva. Es evidente que, por muy mal que se lleve Sánchez con Díaz, esto no sale de sus meninges porque sería cavar su propia tumba. ¿Imaginan a OkDiario, ABC, La Razón, El Mundo o los demás minoritarios de la Caverna cómo atacarían al PSOE? Justo en el momento que más tranquilidad necesita el gobierno del PSOE a alguien se le ocurre ir con gasolina y cerillas a incendiar el partido. Por suerte para el PSOE esto no es más que producto de mentes enfermas que pululan por Ferraz. Debería controlar más estas cosas José Luis Ábalos porque pueden ser un problema. O que Santos Cerdán se gane su suculento y excesivo salario.