Vox lleva en su programa político la construcción de un muro en Ceuta y Melilla para evitar la entrada de inmigrantes. Cuánto dinero le costaría a España ese macroproyecto xenófobo y si sería una medida eficaz para resolver la cuestión migratoria es algo que no dice. Santiago Abascal no ha llegado al punto de sentenciar que ese muro lo pagaría Marruecos, como pretende hacer el presidente estadounidense, Donald Trump, con México, y finalmente ha aparcado la medida, asegurando que solo era una “metáfora”. El problema es que las metáforas suelen esconder la verdad y probablemente Abascal, en su fuero interno, no ha renunciado a una medida abiertamente xenófoba. En eso precisamente consiste la estrategia de Vox, en ir lanzando globos sonda metafóricos con propuestas polémicas, a veces descabelladas, que provoquen la crispación en la opinión pública. Y a río revuelto, rédito electoral.
De momento Abascal, al igual que Trump, se ha visto obligado a guardar en el cajón su ansiado muro. El presidente norteamericano ha amenazado con declarar el estado de emergencia nacional en EE.UU para tener la posibilidad de reasignar fondos militares y edificar ese muro de la vergüenza en la frontera sur del país con México. Se desconoce si Vox contempla movilizar a la Legión para levantar la infame barrera, pero sabiendo como se sabe que el partido ultra suele imitar comportamientos, ideas y tics del populista líder yanqui del pelo pajizo no extrañaría nada.
“Tengo el derecho absoluto para declarar una emergencia nacional. No debería de llegar a declararla porque esto es de sentido común. (…) Necesitamos un muro”, apuntó Trump en declaraciones a los periodistas en la localidad fronteriza de McAllen (Texas).
Vox ha afirmado que el muro infranqueable que promete levantar en Melilla y Ceuta y que está incluido como una de las medidas de su programa electoral “no es una cosa directamente tangible o palpable” sino que “es como una especie de metáfora”. En declaraciones a los periodistas, el coordinador de Vox Melilla, Jesús Delgado Aboy, se refirió a la medida número 26 de su programa, que dice: “Fortalecer nuestras fronteras. Levantar un muro infranqueable en Ceuta y Melilla. Dar a policías y Fuerzas Armadas todos los recursos materiales y humanos para que puedan cuidar nuestras fronteras con total eficacia, junto con el amparo legal correspondiente”.
“Es como una especie de metáfora que se utiliza como para decir que vamos a elaborar algo en el cual hay una frontera que sea eficaz, y una frontera eficaz es que no nos pasen sanitariamente todo lo que quieran de Marruecos, a tener 2.200 partos al año que va en detrimento de los demás”, ha asegurado un tanto confusamente el responsable de Vox en Melilla.
Metáforas, recursos retóricos vacíos, apelaciones patrióticas propias de tebeos juveniles y confusos juegos de palabras. En eso consiste la política que hace Vox. Su apelación a iniciar una nueva Reconquista como la de 1492 debe ser otra metáfora. O quizá una broma pesada, que es lo que parece ser este invento verdoso del neofranquismo 2.0. El caso es que levantar un muro de esas dimensiones en Ceuta y Melilla es algo que costaría no poco dinero a nuestro país, aunque sin llegar al coste astronómico del que separaría la frontera entre Estados Unidos y México: entre 5.000 y 10.000 millones de dólares. De eso, de lo concreto, de los problemas reales de la gente, no habla Abascal. Él solo propone cuentos, leyendas hispánicas de cuando los Reyes Godos, ucronías y distopías.
En sus declaraciones a la prensa, Trump defendió que “nunca” ha dicho que México firmaría un cheque para pagar la construcción del muro, a pesar de que ha repetido en reiteradas ocasiones que el país vecino financiaría la protección fronteriza. “Cuando durante la campaña electoral yo dije ‘México pagará por el muro’, obviamente, nunca quise decir que van a escribir un cheque; dije que lo van a pagar. Y lo van a hacer”, insistió el mandatario. Evidentemente, una mentira más del líder del mundo libre. El populismo de derechas es así: su discurso siempre está plagado de falsedades, falacias y patrañas. En este caso trampas y “trumpas”. También eso lo ha debido aprender Abascal, quien primero dijo que levantaría el muro y ahora ha reculado, en plan Trump, alegando que todo era una forma de hablar, una “metáfora”. No extraña que el máximo responsable de Vox utilice las mismas argucias semánticas que el magnate norteamericano. Ambos han bebido de las mismas fuentes venenosas que manan de la política.