Emilio Saracho es un hombre al que le gustan mucho los guiones cinematográficos y la carta que envió a Daniele Nouy, presidenta del Mecanismo Único de Supervisión, veinticuatro horas antes de la resolución es la confirmación de ello. Tal y como hemos publicado en Diario16, la visión que da a Europa en ese documento de lo que estaba ocurriendo en el Banco Popular muestra cómo cualquier parecido con la realidad es una mera coincidencia. Lo hemos visto con las ofertas de ampliación de capital, de venta de activos no productivos o de operación corporativa para que el banco fuera adquirido por otra entidad. Además, la información que da estaba totalmente adulterada, sobre todo si lo ponemos en el contexto de lo que realmente estaba ocurriendo esos días.
Una de las posibles salidas por las que el Popular podría haber logrado tanto capital como liquidez hubiera sido la venta de los activos inmobiliarios problemáticos con una operación similar a la que posteriormente cerró el Santander o entregándolos a Sareb. Sin embargo, Saracho no hizo nada, pero indicó a Europa que tenía planes: «También se están preparando planes de acción alternativos que podrían ayudar al banco a aumentar el capital y fortalecer su balance en un plazo razonable en ausencia de una alternativa de M&A, incluidas las ventas de carteras de REO para las cuales recibimos indicaciones de interés».
Es importante poner en el contexto temporal esas palabras de Saracho. Afirma que hay planes para la venta de esos activos inmobiliarios porque no hay ninguna alternativa a una venta de la entidad. ¿No había afirmado Saracho en la misma carta que existían ofertas de dos bancos y que otro había solicitado entrar en la Virtual Data Room? Una contradicción evidente que pone de manifiesto la intención de ocultar la realidad que se estaba gestando en España en esas últimas horas previas a la resolución que ya estaba prevista para el día siguiente según se indica en el cronograma enviado por el FROB a las entidades bancarias.
Por otro lado, Saracho oculta a Nouy el hecho de que hacía diez días que el Santander ya había iniciado las negociaciones con BlackStone para la venta del patrimonio inmobiliario del Popular que se certificó en el mes de agosto de 2017. Además, no se hace mención al hecho de que esos activos eran los que estaban incluidos en el Proyecto Sunrise y que él mismo paralizó una vez que llegó a la Presidencia.
Por tanto, en referencia a los activos inmobiliarios, Saracho no estaba diciendo la verdad a Europa que estaba recibiendo una imagen adulterada sobre la situación real a la que se había llevado a la entidad.
Además, el ex presidente que llevó al Popular a la resolución cita que iba a convocar una reunión de la Junta Directiva el día 9 de junio cuando sabía a la perfección que en la madrugada del 6 al 7 la entidad iba a ser vendida en una subasta y que el comprador sería el Santander porque en las comunicaciones que remitió el asesor externo del FROB, Arcano y Jefferies, a las dos entidades que decidieron participar en la subasta para adquirir Banco Popular (BBVA y Santander), se afirmaba en uno de los puntos lo siguiente:
En el momento en que el FROB, a través de Arcano y Jefferies, envía esta comunicación están dispuestos a entrar en la subasta el Santander y el BBVA.
Sin embargo, durante el proceso de estudio de la Virtual Data Room el FROB emite una carta en donde en el punto 2, se matiza que las condiciones del punto 6 anterior son solamente para el Santander, como confirmando que es el único que está interesado. Implícitamente el FROB le está diciendo al BBVA que se retire.
Eso es lo que realiza a posteriori el BBVA, cuando dice que está interesado, pero no ha tenido tiempo para estudiar las condiciones, algo que es la excusa para dejar el camino libre a la retirada de BBVA, puesto que en la carta el FROB, a través de Arcano y Jefferies, ya indican que el único interesado es el Santander aún sin saber si BBVA iba a presentar alguna oferta.