Ya hay elecciones convocadas para alegría de unos y otros. Unos los patrioteros de la derecha nacionalista, otros los independentistas catalanes. El resto pues entre amargura, resignación y/o desgana. Una campaña que va a tener como epicentro la pelea de banderas. Una pelea para ver quien tiene más grande la bandera… y el ego. Un ditirambo político sobre las patrias. El nacionalismo como centro articulador de la movilización y la ocultación de los programas políticos. El espectáculo de las banderas sin nada detrás. Por ello hay que decir a todas esas personas, de todo el espectro político, que sólo tienen como argumento lo nacionalista ¡os vais a hartar de comer bandera!
Vistas las encuestas la cosa no pinta bien para el gobierno saliente y la izquierda en general. Pese a que el PSOE podría ganar las elecciones del 28 de abril es factible que no pudiese articular un gobierno de izquierdas. Igual sí uno con Ciudadanos PNV y Coalición Canaria, lo que produce sueños húmedos en buena parte del Gobierno. Pero de aquí a esa fecha, con la volatilidad existente, y la negativa de Albert Rivera a juntarse con cualquier cosa que huela a sanchismo, lo más probable es que el trifachito pudiese gobernar. Y ahí es donde la frase que da título a este análisis cobra todo su sentido. Hasta el momento sabemos que España (o Cataluña) es algo que no se les cae a los patrioteros que quieren un gobierno trifálico. Da igual que estén en Madrid, Barcelona o Bruselas, todos quieren ese gobierno para seguir con su ondear de banderas. Ese pacto oculto que ya explicamos hace unos días.
El problema no es la campaña electoral en sí, ni que sean más españoles que nadie, el problema es que lleguen a gobernar porque, en ese momento, los que les apoyan y los que babean, aunque no les voten, con una rojigualda o una estelada no van a tener que comer salvo la puñetera bandera. El resto también lo sufriremos evidentemente, pero es hora señalar a los culpables de todo este embrollo, que no sólo son los políticos sino los que les apoyan y tienen orgasmos nacionalistas. Lo bueno es que en Andalucía ya se ve claramente lo que pasa por dar el gobierno al trifachito y los recuerdos del Gobierno de M. Rajoy no han desaparecido.
- Cuando recorten aún más en Sanidad y las medicinas cuesten el triple, os curareis con banderas.
- Cuando en vez de pagar a dependientes se llenen las cuentas corrientes del Ibex-35, los vais a cuidar con banderas.
- Cuando impongan el contrato único y quiten la indemnización por despido, vais a comer bandera.
- Cuando quiten el subsidio de desempleo y tengáis que aceptar cualquier trabajo en condiciones deplorables, casi de esclavitud en una economía uberizada, vais a comer bandera.
- Cuando no podáis llevar a vuestros hijos e hijas a la Universidad porque las tasas sean muy altas, van a comer bandera.
- Cuando lleguéis a los 67 años y queráis jubilaros con una pensión indigna, vais a comer bandera.
- Cuando queráis protestar por las condiciones sociales y os acribillen a multas y prisión, mientras sus corruptos andes libres por la calle, vais a comer bandera.
- Cuando pidáis a los sindicatos que salgan a la calle, pero no puedan porque se lo impide la ley, vais a comer bandera.
- Cuando queráis ir de vacaciones y os cobren peaje en todas las autopistas, vais a comer bandera.
- Cuando no tengáis dinero para pagar la luz y el gas, vais a comer bandera.
- Cuando por ser mujeres os despidan por quedaros embarazadas, vais a comer bandera.
- Cuando por ser mujer os diga la policía que “algo habrás hecho” después de que vuestras parejas os hayan dado dos hostias y/u os hayan amenazado, vais a comer bandera.
- Cuando os suban el IVA hasta para ir al baño y se le bajen a los ricos y empresas los impuestos, vais a comer bandera.
- Cuando los ricos tengan colegio gratis y vuestros hijos en lo público no tengan ni pupitres donde sentarse, vais a comer bandera.
Y así con tantas y tantas cuestiones del ámbito social que os van a llevar a comer bandera porque otra cosa igual ya no o queda que comer. El máximo interés del trifachito, como venimos denunciando durante años, no es servir a la ciudadanía, sino tener súbditos explotados para enriquecerse ellos y sus jefes, la clase dominante. Eso sí podréis llenar vuestras horas de esparcimiento con la deglución de basura televisiva, de espectáculo político de mensajes simples, con ilusiones de que en algún momento vais a ser ricos y tendréis una casa enorme, con promesas incumplidas porque la culpa siempre será de los nacionalistas (como si quien lo dice no lo fuese) y los rojos. Ahí también vais a comer bandera a 2,50 fabricada en China.
Dejar el Gobierno en manos de los tres incultos, ignaros, machistas y engañabobos es un verdadero peligro para la ciudadanía y para España. No es porque sean de derechas, sino porque han demostrado ser unos verdaderos incapaces que llevan toda su vida viviendo de la política. Y a eso se les junta que son de la peor clase de derecha que pueda existir nacionalista, individualista y neoliberal. Y con unas personalidades autoritarias que asustan. No tienen visión de futuro sino de pasado. Son el terror hecho política. Y si lo peor de todo es que acabarán arrastrando a buena parte de la izquierda a ese discurso nacionalista y de ver quien tiene la bandera más grande. Haciendo un inciso ¿imaginan que Íñigo Errejón hubiese podido sumarse a la campaña con su populismo patriótico?
Alberto Garzón, de momento el único que no ha dicho nada patriotero, se ha desmarcado del discurso de la bandera: “en este ciclo electoral vuestro trabajo [ha dicho a su militancia] será imprescindible a la hora de reforzar el espacio de la izquierda transformadora y de clase”. Pablo Iglesias esperemos que también articule un discurso social. Y parece que Sánchez también lo hará (hasta que Iván Redondo y demás asesores áulicos se asusten).
Vamos a asistir a la campaña más demagógica, mentirosa y nacionalista de la historia de España. No la más bronca, porque las de 1993 y 1996 con José María Aznar y los conspiradores rebuznando es insuperable, pero sí la más demagógica. Y la última vez que el nacionalismo y la demagogia se juntaron apareció el fascismo. Incluso el nacionalismo en sí mismo quiebra todo lo bueno que nos legó la Ilustración y las luchas de la izquierda. El nacionalismo es un mal y en estas elecciones lo tenemos por partida doble. Para todos aquellos patrioteros recodaros que ¡Os vais a hartar de comer bandera!