Todo está a tiempo de cambiar pues sociólogos y politólogos son conscientes de que existe una alta volatilidad electoral, por tanto las encuestas que ofrecen estos días las empresas demoscópicas son sólo el punto de salida. Una fotografía de lo que podría pasar hoy, pero que no es segura para mañana mismo. Los periódicos catalanes, La Vanguardia y El Periódico, han ofrecido dos de esos puntos de salida, los cuales, con algunas diferencias, marcan un denominador común. La posibilidad de un Gobierno PSOE-Cs casi en solitario. Algo que no es descartable pues no lo han desestimado las propias cúpulas partidistas.
En El Periódico la encuesta, realizada por el Gabinet d’Estudis Social i Opinió Pública (GESOP), señala que el PSOE obtendría una horquilla de 115-117 escaños, Unidos Podemos 36-39; ERC 16-17, PDeCAT 2-3, Vox 43-46; Ciudadanos 44-46; y PP 75-77. No sumarían por el lado de la derecha (169), ni por la izquierda (156) sin ayuda de partidos de ámbito regional. Pero sí cabría una posibilidad, complicada a día de hoy, de sumar PSOE más Ciudadanos, junto con apoyos puntuales de PNV, Compromís o CC, por ejemplo. Estaríamos ante un Parlamento donde el desenlace gubernamental sería complicado, aunque de ningún modo imposible. En Ciudadanos son artistas para cambiar la opinión de un minuto para otro.
En La Vanguardia los repartos de escaños difieren bastante en la encuesta realizada por GAD3. El PSOE obtendría 119 escaños; Unidos Podemos 32; PNV 6; ERC 11; PDeCAT 6; Ciudadanos 60; PP 97; y Vox 16. En este caso por la derecha sigue sin sumar (173), pero PSOE y Cs sumarían en solitario mayoría absoluta (179). Algo que no hay que desestimar porque es más sencillo gobernar entre dos partidos con un programa definido, que entre tres cuando uno de ellos es un partido neofascista. Como se observa hay una gran diferencia en la adjudicación de los escaños de una encuesta a otra, pero no así en los porcentajes.
La opción gobierno PSOE y Ciudadanos es la más factible por lo que desprenden ambas encuestas. Algo que negarán hasta el día después de las elecciones en ambas formaciones políticas pero que es algo con lo que cuentan y no rechazan en absoluto. Es más, según hemos podido saber, es algo que gustaría en la calle Ferraz y en la calle Alcalá. No se asombren, aunque es normal hacerlo tras escuchar a Albert Rivera llamando a acabar con el sanchismo y afirmando que Pedro Sánchez es lo más inepto que ha visitado la Moncloa. Pero hay razones para que ese Gobierno se produjese, unas políticas y otras no tanto.
En el plano político, es evidente que a Ciudadanos le perjudica enormemente, tanto en España como en la UE, juntarse con Vox. Pese a decir que no pactaría con populistas, ahí le tienen haciendo el paripé en Andalucía. Y suerte que aún no se han enterado en el partido neofascista dónde están y siguen haciendo cosas de neofascistas. En cuanto comiencen a saber cómo funciona el Parlamento, empezarán a apretar las clavijas a PP y Ciudadanos. Pero en términos generales no les beneficia porque pierden electorado moderado que tiene estómago. Al menos más que Rivera, Girauta y compañía. Otra cuestión es que huyendo de los neofascistas sólo les queda abrazarse a Sánchez. Y, aunque hoy clamen contra él, mañana se abrazarán como a ese amor que tanto se quiere aunque se riña de vez en cuando. Más que nada para salvarse como partido político y como miembros de la clase política. No le queda otra a Ciudadanos que unirse al PSOE para salvarse. Es su bote de salvamento.
En el PSOE no quieren repetir una historia como la vivida en los siete meses de Gobierno. Bien está pactar con uno o dos partidos, pero tenerlo que hacer con diecisiete supone un desgaste emocional y físico impresionante. No sólo era hablar con ERC y PDeCAT, sino con Podemos, Compromís, IU, En Marea, En Comú Podem y las diversas facciones que se estaban generando. De esta forma si sólo tienen que hacerlo con uno o dos máximo, mucho mejor. Y si existe la posibilidad de un Gobierno de coalición sin tener que contar con nadie más, con mayoría absoluta, mucho mejor. Bien es cierto que la puñalada a Sánchez con la tesis de Rivera no la va a perdonar, se sabe que las guarda en secretario general del PSOE, pero por un bien mayor sería capaz de aceptar a Rivera como vicepresidente, siempre y cuando se disculpase.
Un Gobierno que sería bueno para ambas formaciones, así lo piensan al menos. Por un lado, las cuestiones sociales las podría vender Ciudadanos como un servir a todos. Por otro lado, no ir más allá en inversiones sociales podría ser vendido desde el PSOE como imposición de la parte derecha del Gobierno. Todos contentos y cuatro años gobernando. Y si sobreviene la crisis financiera que amenaza en lontananza ninguno de los dos partidos haría algo que molestase a la Troika. Un gobierno moderado con un partido de derechas y otro socialdemócrata y con la capacidad de apretar en el tema catalán hasta hacer que el diálogo sea casi forzoso.
Además, y esto no hay que olvidarlo, un Gobierno que gustaría al establishment. Un gobierno salido del molde de los deseos de la clase dominante. Tomando toda la centralidad del sistema para ponerlo al servicio de los poderosos. Tendrían excusas por la derecha y por la izquierda, con la buena suerte de poder desprenderse, al fin, de un partido como el PP que les ha salido demasiado caro y con un dirigente máximo al que califican de peligroso. Y la cabeza de Rivera, si hiciese falta, la servirían en bandeja de plata desde la fracción financiera. Aunque, seguramente no haría falta. Un gobierno bicolor que está en los sueños húmedos de muchos dirigentes del PSOE (y no sólo las baronías, sino en buena parte de la cúpula de Ferraz) y de la oligarquía naranja. Pero son las encuestas de hoy, igual mañana se desbaratan todos los planes. Porque esto está planeado a expensas del voto de la ciudadanía española.