Albert Rivera destroza la caracterización del Hombre Unidimensional de Herbert Marcuse. Tiene un disfraz para cada moda o tema político. Él encarna, más bien quiere encarnar, cualquier tipo de persona sin prestar atención a las posibles contradicciones inherentes a cada especificidad. Como el famoso personaje del tebeo, Mortadelo, el presidente de Ciudadanos tiene disfraces de todo y para todo: liberal, feminismo, guardia civil, bombero, rural, autónomo, empresario, gay, español, El Cid o la cocinera del restaurante de la esquina. Es el “Hombre Diverso” de nuestra democracia, que es lo mismo que decir que es la nada, el absurdo camusiano, el político de usar y tirar.
Ahora que el neoliberalismo ha hecho de la diversidad el centro de la política, fijando en la identidad y no en la posición respecto al sistema la lucha política, Rivera se pone el disfraz diverso del día según toca. Tendría que haber dedicado un capítulo de su libro La Trampa de la diversidad Daniel Bernabé al dirigente naranja y haber glosado de golpe todo lo malo que tiene la diversidad que ha puesto en primer término el neoliberalismo. Da igual el tema político que esté de moda en ese minuto, él y su cuadra de Ciudadanos allí que acuden con sus disfraces. En parte porque tienen dinero para costearse esos cambios y el apoyo del establishment. Y todo para tapar la verdadera piel que no es otra que entregar a la clase dominante todo lo que le pidan en detrimento de la ciudadanía. Lo que llamamos el cuñadismo ideológico es el sustento teórico del disfraz en la sociedad del espectáculo en la que quieren que sigamos viviendo.
Los partidos atrápalo todo (catch-all party) son aquellos que van más allá de sus posicionamientos ideológicos primarios. Se definen por la laxitud ideológica mejor dicho y los hay a diestra y siniestra, pero suelen guardar algunos tabúes, algunas interdicciones lingüísticas, al menos. En el caso de Ciudadanos, salvo que no pactarán con populistas de izquierda, porque con los derechas se van a la cama si hace falta (esos partidos que deberían calificarse de neofascistas), y ahora con el sanchismo porque es moda entre la derecha, cualquier tema diverso siempre quiere ser reflejado por ellos y ellas. Se cambian más que las modelos de Super Pop para ser feministas, eso sí, feminismo liberal que no deja de ser más que un patriarcado femenino, o con unos “Manolos” (lo que indica una separación de clase).
Eso hace unos días porque en Zaragoza se puso el traje de persona rural. Más bien de Superman con boina porque afirmó que si gobierna “la despoblación será una cuestión de Estado” y él resolverá el problema con infraestructuras para todos y dinero público a espuertas para atraer empresas. Claro que no explicó de dónde va a sacar esos dineros con la maxibajada de impuestos que piensa hacer nada más llegar al gobierno. Tampoco que el gasto social del PSOE y Unidos Podemos le parezca mal y esas infraestructuras bien, infraestructuras que no detalla en sí porque desconoce la España interior. Y lo dice el jefe del partido que ha dicho en Andalucía que aquellas personas que no encuentren trabajo se vayan a Málaga. O lo que es lo mismo abandonar la España rural y mudarse a las grandes capitales. A ser posible en VTC y que el taxi rural se muera le faltó decir.
Ayer mismo volvió a cambiar de traje y se puso el de “mujer autónoma”. Pero no autónoma por libre e igual, sino por autoexplotada que es lo que quiere Rivera para las mujeres. Que sean emprendedoras, que pongan tiendas de chuches, peluquerías o vendan zapatos que es la visión que tiene Rivera para las emprendedoras rurales. O las falsas autónomas de los cuidados, de los periódicos o las empresas de distribución. ¿No nos creen? Promete tarifa de 30 euros “para las mujeres emprendedoras que abran un negocio en el mundo rural”. ¿Emprendedoras en el ámbito rural? ¿Ese ámbito rural que ha dicho que estaba muerto el día anterior? Si Rivera se pasease por la España rural vería que el único emprendimiento que cabe es poner una tienda, salvo que tengas olivos y vides que entonces te dedicas al aceite y el vino, a ser posible en una Cooperativa que da más rendimiento. ¡Uy! Hemos dicho cooperativas que son el bicho malo para Rivera pero la salida real de muchos agricultores y agricultoras. Pero como estamos en la semana del 8 de marzo, junto con el disfraz de mujer rural se pone el de feminista.
Todos los disfraces de la diversidad que tiene Rivera están encaminados para conseguir uno voto aquí y otro allí. Necesita llenar la buchaca de votos porque sabe que el establishment, a quien se debe en cuerpo y alma, ya le ha puesto fecha de caducidad. Así que todos los días saca un disfraz con el que convencer a una parte del electorado, porque a las personas Rivera sólo las ve como votos potenciales. Hoy igual le toca el disfraz de bombero torero o el que toque con el tema del día. La realidad es que el cuñadismo ideológico se adapta a todo, los populistas del sistema son así de flexibles, salvo en la ejecución de las políticas que todas van encaminadas a beneficiar a la clase dominante. Asústense de verdad cuando se ponga el disfraz de pactador.