Trabajar de forma coordinada entre diferentes agentes del ámbito público para que la actuación municipal frente a la violencia de género sea integral y eficaz. En resumidas cuentas, este es el principal objetivo de “Más seguras, más iguales”, un programa que permite formar equipos multidisciplinares especializados en erradicar este problema social. Por ahora, un total de ocho ayuntamientos se han unido con vistas a tejer una red de localidades libres de machismo en la Comunitat Valenciana: Callosa de Segura, Alfàs del Pi, Benifaió, Cullera, Bocairent, Orihuela, Llíria y Riba-roja de Túria.
El programa “Más seguras, más iguales” se financia gracias a los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y ha sido homologado por el Institut Valencià d’Administració Pública (IVAP). Impartida por las juristas y expertas en igualdad Ana Julián y Elisa Iniesta, de Equality Momentum, esta formación concluye con la constitución de una mesa local y la redacción de un protocolo de actuación municipal, de manera que se avance en la prevención de la violencia de género y se garantice que la atención a las mujeres en situación de maltrato, así como a sus hijas e hijos, sea efectiva.
Todo ello es el resultado de cuatro semanas de trabajo en equipo, durante las cuales se aborda un temario que permite la profundización en la violencia de género desde todas sus dimensiones como fenómeno social; el análisis del marco legislativo tanto nacional como internacional; el estudio de medidas de protección, procedimientos de actuación y pautas de acompañamiento; y el aprendizaje de estrategias de coordinación como grupo para una intervención integral. Además, se ofrecen sesiones específicas para determinados colectivos, como la Policía Local, la Guardia Civil, equipos de servicios sociales, centros educativos y ámbito sanitario.
“Aprovechamos las ventajas del trabajo en equipo para abordar una cuestión poliédrica como es la violencia de género desde diferentes puntos de vista. Además, la formación a la par de colectivos diversos permite generar un sentimiento de pertenencia, resolver conjuntamente dudas y compartir experiencias, por lo que la eficacia del programa aumenta exponencialmente. Todo esto permite integrar la perspectiva de género en la cultura de la gestión municipal diaria para la actuación frente a la violencia machista”, explican Ana Julián y Elisa Iniesta.