En política es una máxima que no se te noten las taras, que tus puntos débiles no se vean, a lo que hay que sumar hablar lo justo sin dar pie a cometer alguna torpeza y, si hablas en términos más ideológicos que programáticos, sumen las dos partes anteriores. En el caso de Isabel Díaz Ayuso no se cumple ninguna de las dos precauciones mínimas, constantemente se le ven las taras y las boutades que ofrece cada día son épicas. Lo paradójico del caso es que repite constantemente que su candidatura es la mejor preparada para gestionar por experiencia y capacidad, y ella demuestra que ni lo uno, ni lo otro. Es una candidata Fake más propia para intervenir en el Club de la Comedia que en las lides públicas. Igual ha pensado que como Beppe Grillo es comediante y político en Italia ella podía imitarle. Pero la comparación sería odiosa porque Grillo cuando menos tiene gracia.
Muchas personas habrán conocido a la candidata del PP tras su gloriosa, por infame, frase sobre los deseos de la gente para tener un trabajo basura, pero quienes seguimos las trapacerías del PP ya sabíamos de su capacidad para transformar lo público en una comedia presta a representarse en la sociedad espectacular. Ya sorprendió su elección pues, como viene demostrando, su única virtud para el encabezamiento de la candidatura es ser amiga de Pablo Casado. Animado por la cultura de la diversidad, el gerifalte del PP propuso a una mujer no por sus méritos conocidos, que son inexistentes, sino por ser mujer y amiga. Con lo uno podía firmar que el PSOE habla mucho de feminismo pero presenta a un señor y con lo otro se aseguraba una más que fiel persona. ¿Capacidades? Ninguna pero es fiel, algo que sucede en todos los partidos políticos.
Una candidata que habla todos los días de libertad sin saber qué significa la palabra, o que Madrid tiene que ser el bastión contra el socialismo, o que gracias a ella las personas tendrán la libertad que no se tiene en el resto de España muy capacitada no parece. ¿Supone con esas palabras que en el resto de España se vive en dictadura? ¿Supone con esas palabras que los 24 años de gobierno del PP en Madrid son una fase autoritaria de la que ha participado en diversos cargos? Ella misma se contradice sin necesidad de contraparte demostrando que las palabras se las debe escribir Miguel Ángel Rodríguez y ella, en cuanto se le acaba el guion o no se lo han pasado, comienza a improvisar resultando risible. Es una mente trufada de las cosas que lleva años escuchando en Génova, en el aparato, las cuales producen un discurso interno de ánimo pero en el exterior no dejan de ser estupideces propias de chisgarabís.
La carcunda pepera es así en la actualidad. Poco cerebro, mucho voluntarismo y confiando en que los amigos de la caverna mediática les hagan el trabajo. Por un lado intentando destruir a los contrarios y por el otro tapando todas las estolideces que suelen proferir. Díaz Ayuso no destaca por nada en especial, ni tiene propuestas factibles, como hemos denunciado, pero ella sigue y sigue diciendo salvajadas como que Podemos quitará las casas a las personas cuando se vayan de vacaciones. Está bien exagerar pero llegar a esa estulticia es de premio y más cuando el mitin era en Las Rozas donde no es que la formación morada tenga muchos adeptos precisamente. Ella lo suelta, provoca las risas, queda como una bufona pero el establishment se lo tapará. Si Casado destaca por ser un mitomaníaco (mentiroso compulsivo), Díaz Ayuso lo hace por carecer del más mínimo sentido del ridículo.
Los párrafos anteriores pueden parecer menos graves por la ironía que contienen, pero es una muestra de la clase política que está logrando llegar a los puestos de responsabilidad, especialmente, en los partidos de derechas. Currículos inflados de forma gratuita por ciertas universidades (públicas y privadas), personas de las que se duda tendrían un trabajo medio si no fuese por su vinculación a la política, incluso personas que se duda si sabrían valerse por sí mismas en una vida normal en sociedad. Aunque para la derecha eso de la sociedad, salvo en los tradicionalistas, no existe y les exime de pasar ciertas pruebas psicológicas. Díaz Ayuso es el ejemplo perfecto de quienes quieren gobernarnos. Y lo increíble es que no estemos aterrados.
Una clase política que expulsa a quienes no pasan por el aro de los aparatos genera, como forma negativa, este tipo de personajes incultos, nescientes y soberbios. La ley de Hierro de la Oligarquía está infectando lo público y así surgen las Díaz Ayuso que se toman la política a broma o como un teatro con el que entretener mediante el espectáculo, por mucho que sea infame y más propio de Tele 5, para poder tener dominado al pueblo. Todos saben que, en el fondo, quienes mandan y ganan son los señorones de la clase dominante, pero hace mucho tiempo al menos nos entretenían con otro tipo de personas. Y que no intenten colocarnos que es producto de la propia sociedad porque, por muchos chisgarabises que haya, existen muchísimas personas capaces, comprometidas y con más cerebro que Díaz Ayuso. Incluso dentro de la derecha.