Pese a lo que vienen contando distintos medios, desde Unidas Podemos han presentado hasta el momento diversos documentos de trabajo y programáticos a Pedro Sánchez con la intención de apoyar su investidura. Mientras, se sigue jugando al apoyo “por narices” y a la amenaza de nuevas elecciones. Se espera que en Podemos y demás fuerzas políticas se rindan con armas y argumentarios y ofrezcan una investidura sin tener que atarse las manos de alguna forma. La amenaza de una nuevas elecciones que daría una mayoría mucho más amplia a Sánchez y dejaría a Podemos más reducida creen que es suficiente para no negociar ni el programa de gobierno.
En Unidas Podemos, más allá de lo estratégico mediático, entienden que podrían no tener ministros e, incluso, cargos intermedios. No querían hacer de la batalla de cargos su única arma en las conversaciones. Bien al contrario son ya dos los documentos de trabajo que han presentado a Sánchez y sobre los que no han recibido respuesta. En cuanto hay que hablar de programa y políticas concretas, incluso en la distribución de las funciones de nuevos ministerios que quieren plantear, el secretario general del PSOE escurre el bulto. Desde Ferraz, además, se ha dado consigna a altos cargos y redes sociales seguir incidiendo en la batalla de cargos para desgastar a Pablo Iglesias y hacerle ver como un político sin altura de miras que sólo quiere su puesto.
Esta semana esperan, así lo han manifestado Alberto Garzón y Pablo Echenique, que el PSOE establezca una mesa de negociación del programa de gobierno. O, cuando menos, el marco programático que desea el PSOE aplicar para obtener el apoyo en la sesión de investidura. Dicen en Podemos que el ultimátum de Sánchez en la reunión de los jefes del establishment mundial sólo tendrá sentido si él decide dar algún paso. Hasta el momento sólo se ha reunido con Iglesias en dos ocasiones y aún no ha respondido a las peticiones programáticas que le han planteado. Quieren en Podemos, por tanto, una mesa de negociación donde se vea si Sánchez tiene alguna intención de negociar algo referido a un programa mínimo. En caso de no quererlo entienden en Podemos que quedarán eximidos de votar más allá de lo que sus bases les aconsejen. Hablan y no paran en el PSOE de alcanzar acuerdos, pero ni se han dignado a sentarse con el equipo de Podemos que ya está preparado.
La realidad es que en el PSOE no quieren tener las manos atadas en lo programático pues saben que la Troika va a imponer políticas poco populares que se negociarán con la derecha. De ahí que dijese Irene Montero que parecía que preferían pactar con la derecha. La campaña de desprestigio que se sigue contra Iglesias no es nueva y ha sido constante, pero incluso dentro de ese bloque en el poder ya hay voces que empiezan a no entender el porqué de Sánchez para no sentarse, al menos, con Iglesias y demás fuerzas de la izquierda a intentar pactar algo. Piensan algunos poderosos que en serio Sánchez quiere ir a elecciones sin importarle las consecuencias. Saben que una cooperación con Podemos a nivel programa permitiría echar a andar la legislatura y ya actuaría el presidente como estimase oportuno con la ayuda de Ciudadanos o el PP para algunos casos. Pero que ni se haya dignado a sentarse en una mesa y esté esperando que le voten como mal menor sin contraprestación lo entienden como una estrategia peligrosa para el propio país y, como no podía ser menos, sus intereses.
Mientras Sánchez está jugando al hombre con perfil internacional, que se cuelga medallas con tratados como el firmado con Mercorsur que pueden perjudicar bastante a agricultores españoles y ganaderos (hasta que no hagan públicos los documentos no se sabrán las verdaderas consecuencias), España está inmovilizada a nivel institucional. Sánchez ha hecho algo que no hizo M. Rajoy en su momento de parálisis como es no constituir las comisiones parlamentarias y reunir los plenos. El Parlamento en estos momentos no tiene capacidad alguna de funcionamiento. Diputados y diputadas acuden allí a pasearse y aparecer en los medios de comunicación porque sin comisiones sólo quedan las preguntas escritas y poco más. No quieren en el PSOE fiscalización alguna a sus actos, ni sentarse en una mesa de programa. Sólo hay que apoyar sí o sí a Sánchez. Mientras en Podemos esta semana apretarán para ver si, al fin, el PSOE se digna a convocar una mesa de negociación.