El “lunes de firmas” queda enmarcado para la historia como el día en que varios partidos, incluso con discrepancias ideológicas evidentes, lograron llegar a diversos acuerdos programáticos para intentar que España avance de una vez por todas. Animados por la concordia y las ganas de que el pueblo español abandone la senda del austericidio impuesto por la fracción financiera de la clase dominante a nivel europeo (¿o mundial?), se han llegado a acuerdos de mínimos que pretenden sacar al país de la situación de impasse en que la derecha ha tenido al mismo. Si Ciudadanos hubiese mostrado su apoyo al PSOE en abril, esto de ayer no estaría pasando. Pero la tropa de la derecha siempre ha pensado que cuanto peor mejor para ellos y más cuando tienen un motivo subjetivo como lo nacional al que agarrarse para que no se vean sus corrupciones, su entrega al poder del capital o que España les importa bien poco en sí.
Pedro Sánchez, que tuvo a bien conceder al PNV el privilegio simbólico de ser los primeros en firmar el acuerdo programático, cerró con Andoni Ortuzar el apoyo de la formación vasca mediante una serie de puntos que ya se preveían porque desde el Euzkadi Buru Batzar lo habían comentado. Cuestión bien distinta es que los medios de comunicación estuviesen a otras guerras más teatrales y no se les prestase la suficiente atención. Hoy la derecha mediática se escandaliza, no se sabe muy bien por qué, pero el contenido estaba ahí a disposición de todo el mundo que quisiera tenerlo, pero ya se sabe que el nacionalismo vasco siempre será etarra y terrorista para esos próceres de los medios de la derecha. El presidente del PNV, que en la estructura del partido es quien realmente manda, ha confirmado lo que era evidente, más si cabe cuando la triple derecha se encuentra echada al monte y en plan fascista.
Posteriormente Sánchez ha cumplido el acto de rigor con Pablo Iglesias para corroborar el acuerdo de Gobierno de Coalición con un programa, que salvo en lo que respecta a la abolición de la prostitución (no gustará demasiado a las feministas del PSOE ese tema), era lo esperado en materia de subida impuestos a ese 1% de la población española que gana más de 100.000 euros al año, por ejemplo. Un gesto que simbólicamente supone acabar con algún pensamiento tradicional enquistado en el inconsciente colectivo español del peligro de la unión de las izquierdas. Pensamiento muy enclavado en las cabezas de algunos barones del PSOE que dicen ser socialistas pero piensan en reaccionario-falangista en muchas ocasiones (conviene recordar que los falangistas siempre han pedido sanidad pública, nacionalizar la banca y demás cuestiones sociales que encubrían el Estado totalitario. Para aguantar una dictadura hay que dar algo a la población pensaban).
Alegría en las redes sociales, abrazos y sollozos que igual no sirven para nada. Lamentamos ser pesimistas pero más vale señalar lo que va a ocurrir a partir del momento en que se invista a Sánchez. Todos los acuerdos que se han firmado y los que falten por firmarse serán triturados por la apisonadora de la derecha, hablando en términos generales. Cada proyecto de ley que se apruebe (y que no cuente con el apoyo del trifachito, que serán la mayoría pues están en su propia pelea para ver cuál es más fascista) será denunciado ante los tribunales, preferentemente al Tribunal Constitucional, como mecanismo de impedir avanzar las propuestas aprobadas. Cada acción del Gobierno, igualmente, será judicializada por la acción del trifachito en diversos tribunales. Incluso, como ya han avanzado que quieren hacer con Sánchez (meterle en la cárcel), denunciarán a los miembros del Gobierno individualmente para no sólo practicar la guerra judicial (o lawfare que dirían los anglosajones), sino para realmente acabar con esas personas en sí.
Partidos. Tanto PP como Vox tienen los suficientes diputados en el hemiciclo para poder presentar denuncias al Tribunal Constitucional. Esta es un arma que no hay que desestimar y pensar que van a seguir las directrices éticas de la supuesta democracia que se posee en España. Por ejemplo, el programa del Gobierno de Coalición presenta el blindaje de la Sanidad Pública impidiendo la gestión indirecta de la misma (lo que es una privatización encubierta que existe por doquier). Esta propuesta de legislarse podría ser llevada al TC aduciendo que la gestión de la Sanidad está transferida a las Comunidades Autónomas y reside en éstas esa capacidad de gestión siempre y cuando las personas sean tratadas sin coste alguno. ¿Se fían de los jueces del tribunal para pensar que no darían la razón a las derechas? Es ese mismo tribunal que ha señalado que si alguien enferma puede ser despedido sin problemas por si no lo recuerdan.
Medios de Comunicación. La derecha no sólo se compone de partidos políticos sino de la mayoría de medios de comunicación que hay en España. Da igual el nivel institucional en el que trabajen (estatal, regional o local), la mayoría están en manos de la derecha pues son los más interesados en establecer la agenda política e intentar cambiar la opinión de los votantes a la hora de elegir a unos partidos u otros. Hasta el momento hemos visto que manipulan sin sonrojarse; que son capaces de alentar las mayores bazofias nacionalistas que se puedan imaginar; que no responden a criterios democráticos sino a intereses de la clase dominante, tanto políticos (¿Recuerdan cuando Pedro J. Ramírez presionaba todos los días a Albert Rivera para que aceptase el mandato de Ana Botín y gobernase junto al PSOE? Hoy Rivera no existe políticamente) como, principalmente, económicos; que en definitiva responden a intereses de la reproducción capitalista.
Si hasta el momento les ha parecido que están muy exaltados ante la mera posibilidad de un Gobierno de las izquierdas, en cuanto se consiga la investidura será la guerra total. Día tras día señalarán todo lo malo, sea cierto o no, y darán cobijo, que para eso están enlazados por un fin común, a todas las denuncias personales y políticas del trifachito. Si Vox presenta denuncia contra la ministra de Trabajo, por ejemplo, dirán que es el mayor escándalo de la democracia; que cómo puede ser que una ministra denunciada siga en el cargo (la típica guerra judicial de las derechas); y así con los demás casos. Si se suben los impuestos a los ricos dirán que la clase media se ve perjudicada. Y como en España todo el mundo se cree de clase media se verá reflejada en la denuncia, así sea falso una y otra cosa. Porque, a diferencia de los escasos medios de izquierdas, aquellos sí saben utilizar el pathos, mientras que esto se quedan en el ethos. O lo que es lo mismo, lo emocional frente a lo racional.
Clase dominante. Y como no podía ser de otro modo, no hay que esperar que la clase dominante vaya a permitir al Gobierno actuar con libertad. No sólo serán las presiones a través de sus medios de comunicación; no sólo serán sus amenazas privada y públicamente; sino que habrá que contar con todas las estratagemas de las que son capaces mediantes sus lobbies, sus políticos comprados en la Unión Europea (a los españoles ya sabemos cómo los manejan) o en otros países; las presiones de sus aliados de la clase dominante internacional mediante el uso de otros gobiernos; y así hasta provocar si hiciese falta el Estado de excepción social. De hecho depende de lo que haga la clase dominante, como suele ser normal, si actúa como una sola clase o se hacen patentes sus divisiones (fracciones) de clase. Si la fracción financiera (que es la fracción dominante) apoya al Gobierno, el resto de las fracciones se moverán en consecuencia y aminorarán o excederán sus acciones contra el Gobierno, según les vaya en el envite. Aunque no parece, a priori, que exista una lucha entre fracciones para establecerse como fracción dominante en España, por lo que lo normal sería que todas las fracciones actuasen unidas como clase dominante. De ahí que, si la clase dominante actúa unida, la tormenta contra el Gobierno, sin descartar despidos masivos, será determinante para la aplicación o no de ciertas políticas pactadas.
El problema para el poder constituido y real en España (donde hay que incluir ese poder judicial estancado) es que si el Gobierno de izquierdas consigue hacer progresar la economía con acción social; consigue apaciguar los ánimos del problema territorial; consigue que todo funcione como debería según lo establecido, se romperé el mitologema franquista y de derechas que está insertado en el inconsciente colectivo, la unión de izquierdas y nacionalismos siempre trae la ruina a España. Curiosamente siempre ha habido asonadas para que no se pudiera saber qué hubiese pasado y paradójicamente, desde que hay algo parecido a un sistema parlamentario durante el 90% del tiempo ha gobernado la derecha y se ha hecho lo que dictaba la clase dominante del momento. La ruina de España siempre ha venido de la mano de la derecha, no se dejen engañar. Retomando, si el Gobierno de la izquierda rompiese ese mitologema franquista y derechista, la derecha en España tendría muy difícil ser lo que es en la actualidad. Eso es algo que no se va a permitir por las buenas o, casi seguro, por las malas. Mucha felicidad por los acuerdos firmados pero no piensen que van a poder aplicar esas medidas sin problemas. Habrá una lucha desequilibrada porque la clase dominante tiene los medios, tiene las armas y no tiene ningún compromiso democrático como ha demostrado a lo largo de la historia. Y no piensen que todas las personas no se dejarán influenciar por “todos” los medios de comunicación.