Dentro de su negacionismo de todo lo que signifique libertad y democracia, Vox es un partido que siempre se supera en su discurso del odio y en defender las infamias. La última es la presentación de una proposición de ley para la derogación de la Ley de Memoria Histórica.
Esto ya lo anunció el partido de extrema derecha el pasado mes de octubre cuando, después de 40 años, se hizo justicia democrática con la exhumación del dictador Francisco Franco de su hipogeo del Valle de los Caídos. Por supuesto, que se haga justicia democrática, a Vox no le pareció bien.
La Ley de Memoria Histórica dio dignidad a la democracia española después de mantenerse durante décadas la impunidad de los franquistas gracias a la vergonzosa Ley de Amnistía de 1977. España no podía mantener por más tiempo que se les devolviera la dignidad a las víctimas de la dictadura, recuperar y devolver a las familias de quienes fueron asesinados por los franquistas, que estas víctimas no tuvieran que pasear por calles en las que se homenajeaban a los culpables de la represión de Franco o ver monumentos en los que se rendían honores a quienes lucharon en las tropas de Hitler.
Desde la derecha española siempre se han opuesto a que se devuelva la dignidad a las víctimas del franquismo. Ahí tienen a Pablo Casado cuando se mofó de los que sufrieron la represión o que fueron asesinados por el franquismo cuando dijo aquello de «¡Si es que en pleno siglo XXI no puede estar de moda ser de izquierdas, pero si son unos carcas! Están todo el día con la guerra del abuelo, con las fosas de no sé quién, con la memoria histórica».
Vox ha ido más lejos aún y el acto de dignidad democrática que fue la exhumación del dictador de su hipogeo lo calificó como una profanación de tumbas. Ahora, desde los gobiernos que controla, el partido de ultraderecha ya está influyendo para que sus socios (PP y Ciudadanos) se plieguen a las exigencias de quienes no creen en la democracia.
Por tanto, la propuesta de ley de Vox no tiene otra intención que mantener la infamia que aplica España desde 1977, año en que se amnistiaron los crímenes del franquismo y que dejó en el limbo a quienes lucharon por la democracia.