Desde los medios de comunicación de la derecha, casi todos, se ha venido hablando de la destrucción de la economía que iba a provocar el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. Suponía subir el Salario Mínimo Interprofesional la ruptura del primer sello del Apocalipsis y acabaría por arruinar a las empresas, traer más paro y conflicto social. Resulta que en la primera semana de ejercicio la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se ha reunido con los agentes sociales (sindicatos y patronal) para ver si había posibilidad de acordar una subida salarial que acerque a España a las obligaciones de la Carta Europea. Mientras los medios de comunicación de la carcunda hablaban de los males por venir, la CEOE ha aceptado de buen grado una subida hasta los 950 euros brutos al mes. Lejos de los 1.000 euros que querían desde el Gobierno y que los sindicatos (CCOO y UGT) habían negociado (vía Convenio Colectivo) con anterioridad.
Antonio Garamendi ha hablado de alivio pues la subida de 100 euros, a día de hoy, podía ser perjudicial para las pequeñas empresas y los autónomos con trabajadores a cargo, pero contento de ver que el Gobierno de las izquierdas tiene una plena disposición a dialogar y llegar a acuerdos con la clase dominante. Mientras todo esto se producía, se supone que los directores de los principales medios como Francisco Rosell (El Mundo), Francisco Marhuenda (La Razón), Bieito Rubido (ABC) y Eduardo Inda (OkDiario) habrán estado tragando bilis y dándose de cabezazos contra la primera columna que hayan encontrado en sus respectivas redacciones. O igual piensan que la patronal, esto es, los edecanes de la clase dominante que tienen para estas cosas, es también una traidora a España por dialogar con el Gobierno del Apocalipsis. La destrucción económica que se preveía y los despidos masivos con los que amenazaban parecen quedarse en humo más allá de las determinaciones propias de vivir en una economía global. Hasta el propio presidente de la CEOE les ha “troleado” desviando la atención de las negociaciones (el medio digital El independiente, que no tiene nada de lo que dice su nombre, titulaba “La CEOE carga contra Sánchez por una subida del SMI a 1.000 euros”) y utilizándoles como ariete negociador.
¿Dónde queda la prensa de titulares objetivos, de informaciones veraces, de saber realmente lo que acontece? En algún sitio seguramente, pero de un tiempo a esta parte parece que los medios están más pendientes de mirarse unos a otros, de ver tertulias, de tomar vinos (no se garantiza que españoles), de quedarse en la mera apariencia en vez de patear calle y buscar la noticia donde realmente está. Evidentemente la subida a 1.000 euros no era posible, ya se contó aquí, de una vez pero siempre en una negociación cada cual lleva sus cifras y sus quejas máximas por delante, sabiendo que igual en el término medio está la solución. Esto no les importa a los Rosell, Inda, Rubido o Marhuenda pues están más a la apariencia y a poner el grito en el cielo mientras sus dueños son más listos y trabajan por detrás para evitar que desde el Gobierno movilicen a las masas trabajadoras y sea peor el remedio que la enfermedad. Todos pensando en el pin y las tonterías de la ultra derecha que les tiene tan fascinados, porque les gustaría decir esas cosas (su corazoncito falangista se lo pide) pero no se atreven, y mientras la izquierda acordando con la clase dominante. Como se decía ayer en estas mismas páginas “menos pin y más pan” (por cierto no se ha hablado con Daniel Bernabé para publicar el mismo tipo de artículo sobre guerras culturales y materialidad el mismo día, no piensen que existe una campaña de los rojos en ese sentido sino que es pura casualidad) es lo que hace falta.
Si usted es lector habitual de estas páginas ya sabrá que siempre se le pide que ponga en cuestión las campañas de la derecha mediática e, incluso, lo que está leyendo aquí si así lo entiende. Nuevamente se ha demostrado que, mientras la realidad económica, política y social va por un camino, la derecha mediática y política viven en un mundo paralelo, en una realidad que se han inventado y que utilizan para sacar de la verdadera realidad a la mayoría de las personas para poder manipularlas. Piensan esos directores y sus “más cualificados” columnistas y doxósofos que gracias a esa falsificación de la realidad se ganarán el cariño de la clase dominante, cuando con suerte lo que se ganan es su salario. Mentalidad pequeño burguesa del que se siente superior al resto de la población pero no es consciente de ser un dominado más del sistema. Un dominado que sin salario (o estipendio como autónomo porque cobra de siete sitios distintos en lo que se conoce como la rueda de los opinólogos) estaría debajo de un puente y dejando de pisar moqueta y restaurantes caros (de gañote como pueden imaginar). Intentos de engañar mientras sus jefes saben que frente a un Gobierno de izquierdas más vale algo de consenso y más cuando hay disposición a ello desde el propio centro de poder político. Políticos socialdemócratas que se juntan con capitalistas para evitar el conflicto social. Nada nuevo. En los foros mediáticos hablando de ruptura de España y quebranto económico, en los despachos periodísticos pensando cómo derribar al Gobierno y mientras poder político y económico riéndose en sus caras. Verán cuando se enteren que a la CEOE le interesa que haya diálogo en Cataluña para seguir con sus negocios. Interés que comparte toda la pequeña burguesía catalana que está viendo cómo merman sus ingresos por cierto veto anticatalán que en el resto de España promueven desde la ultraderecha. Bilis y más bilis van a tragar.
Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas no dirán nada porque, como poco, deben estar ingresados en urgencias y al residir en Madrid, con lo mal gestionada que está por el PP, igual no salen en dos o tres días.