Cuando el PP se ve rodea por la corrupción o las cloacas del Estado, esas que utilizó M. Rajoy, rápidamente saca a colación Venezuela, ETA o cualquier cuestión identitaria que tenga a mano (alguien rompe España casi siempre). Eso viene haciendo desde hace unas semanas Pablo Casado. Igual ustedes no se han enterado pues los medios de comunicación de la caverna nada han dicho del tema y sí han escandalizado la agenda política con pines, con helicópteros o con “venezoladas” diversas. Una serie de escándalos que tienen su origen en bestialidades dichas por los neofascistas o por los populares para que pierdan la atención de lo que han contado otros medios sobre la corrupción del PP. Incluso han sacado a pasear a la momia de la CIA, José María Aznar, para despistar a las propias huestes de derechas.
Ayer Casado y Aznar volvían a lanzar una maldición a España. De seguir apoyando al Gobierno de las izquierdas lo normal es que se provocase un estado preguerracivilista. Otros personajes como Isabel Díaz Ayuso, con nula capacidad analítica, avisan de que España está como Venezuela antes del chavismo. Y en algo hay que darle la razón a Ayuso, antes del Gobierno del PSOE, como pasaba en Venezuela, lo que había era un partido corrupto y que utilizaba las cloacas estatales para acabar con la oposición. Había lo mismo sí, con una sociedad y unas garantías democráticas diferentes también hay que decir. Pero esto en el PP ni les interesa porque, al fin y al cabo, lo que quieren es tapar sus corruptelas con todas las cosas extrañas que son capaces de encontrar por ahí. Que si José Luis Ábalos a saber qué habrá hecho con la vicepresidenta de Venezuela (reconocida por la ONU como legítima representante, por cierto); que si Pedro Sánchez le quita el helicóptero al equipo de salvamento; que si ETA vuelve…, todo menos que se sepa lo que pasa realmente.
Hace unos días se ha conocido que el ex-alcalde de Boadilla, Arturo González Panero, señalaba directamente a Esperanza Aguirre ante el juez como la principal responsable de la trama Púnica. Casi ni se habrán enterado porque las declaraciones de “El Albondiguilla” quedaron tapadas por los pines de la ultraderecha y las voces exageradas del PP con otra de sus bravatas españolistas. Todo con tal de tapar la cantidad de millones de euros que se desviaron a ciertos bolsillos y la caja B del PP para sufragar todos los gastos electorales y sobresueldos. Lo curioso es que desde Vox o Ciudadanos tampoco hayan dicho algo, que les podría beneficiar electoralmente, o igual han recibido un aviso desde altas instancias para callar. Bastante tienen en el partido naranja con sus supuestas relaciones con los personajes que expoliaron Venezuela. Hasta el momento se han ido salvando los que tienen cargo público porque el juez está esperando para así evitar que le quiten la causa desde el Supremo y entregarla completamente cerrada. Pero Juan Manuel Moreno Bonilla y Dolores Cospedal también esperan a las puertas. En el caso de la segunda se teme que pudiese hablar, del segundo se teme que ahora que tienen el poder en Andalucía lo pierdan para toda la vida.
También se ha escondido el destino penal de Ignacio González, ex-presidente de Madrid, y que en cualquier momento comenzará a hablar para reducir las penas que le piden por los millones que se embolsó con el Canal de Isabel II. O que M. Rajoy pidió al ex-ministro Jorge Fernández Díaz que hablase con el comisario Eugenio Pino a fin de interceder por el comisario José Manuel Villarejo no fuese a contar todo lo que sabe. A esto súmenle todo lo que está previsto que vaya a juicio en estos primeros meses del año, con las distintas piezas de Gürtel como juicios estrella. ¡Ah! ¿No se habían enterado que todo eso había pasado en estos días? Claro porque la caverna mediática en connivencia con el PP prefiere desviar la atención con cuestiones completamente baladíes. Lo del pin, como ya se contó aquí, una tontada más para la guerra cultural de los neofascistas; lo de Venezuela una forma de desviar la atención con algo que beneficia más a EEUU que a España o la Unión Europea; lo que sea que les cause escándalo hoy mismo, otra tapadera para que ustedes se queden absortos con los fuegos artificiales, con la cooperación de Quintana, Griso y Ferreras.
Bien que se han enterado de las palabras de Aznar sobre no hacer caso a Vox y sí lanzarse contra el peligro socialcomunista. De eso habrán tenido hasta rebosarles por las orejas tanta palabra. Porque cuanto más infantilizadas estén las personas o más abjuren de la información política por hastío, mejor para la clase dominante y sus peones políticos que así podrán hacer y deshacer a su antojo. No vaya a ser que el Gobierno de coalición haga bien las cosas y los españoles vean que ni hay peligro (¿no han visto a Alberto Garzón abandonando todo lo que defendía hace tres días?), ni lo hacen tan mal. Más bien al contrario y sin robar tanto como han hecho en el PP. Y sin utilizar a las cloacas del Estado contra los adversarios políticos. Intenta despistar, además, Casado para que no vea realmente el pueblo español que es un incapaz o un simple fantoche del señor de las mentiras de las Azores. Quieren desviar la atención con escándalos que provoquen el enfrentamiento, como se contaba ayer, para que no se vea la mano que mece la caja pública. Quieren mandar ellos y cada vez de forma más autoritaria.