En los medios de la derecha suelen utilizar el sesgo ideológico como mecanismo para redactar las noticias. Esto supone presentar logros como medianías y lo normal como el acabose de la desdicha cuando gobierna la izquierda o tiene opciones de ello. Así una noticia como la consecución de 17.000 millones de euros a fondo perdido para destinar a la mejora de la Sanidad pública, por ejemplo, se puede presentar de la siguiente manera: “El gobierno socialcomunista fracasa en Bruselas y deja a la sanidad temblando”. Así actúa el sesgo ideológico en toda la derecha mediática. Eso sí, cuando no actúa la presión de algún lobby que entonces es entreguismo a una fracción empresarial. Esto están ustedes cansados de verlo y escucharlo en radios, televisiones o periódicos. Supone siempre presentar la realidad de forma negativa cuando afecta a los que no son los “tuyos” (en la izquierda también se hace a veces), pero no llega a la mentira que está poniendo en práctica en los últimos tiempos ABC.
Debe ser que Bieito Rubido ha sido agasajado con algunos banquetes, igual platónicos porque se vislumbra mucho amor, por parte de Pablo Casado, tal y como han reconocido que hace el presidente del PP habitualmente con directores y presidentes de medios, o directamente ya no saben distinguir la realidad de su idea de país y mienten sin percatarse de ello. Si durante el confinamiento sacaron la portada que puede ser catalogada como la más mezquina de la historia (y en ABC con sus loas a los cumpleaños de Hitler es mucho decir), o mantienen una estrategia común respecto a la utilización manipuladora y farisea de los muertos por coronavirus, ahora inventan la realidad, es decir, mienten en favor de Alberto Núñez Feijóo. Sólo a desaprensivos mediáticos se les podría ocurrir señalar al gobierno del gallego como la “única mayoría absoluta de España”. Si lo hubiesen titulado “El último bastión patriótico de los buenos españoles” no habrían mentido de forma tan evidente. Pero ¿la única mayoría absoluta de España?
Extraña forma de titular un editorial, además, pero al que había que conceder cierta espectacularidad si corregían la mentira en el texto. Tras una lectura intentando exculpar a Rubido de la mentira del titular resulta que no, no cambian la mentira. Se podía suponer que en el titular hablaban de la única que le queda al PP, pues el resto son trifachitos, pero en ningún momento hacen esa alusión en el texto. Es más remarcan la mentira afirmando lo siguiente: “por eso tiene mucho mérito que Núñez Feijóo está a punto de revalidar la única mayoría absoluta que queda en España”. Más allá del cheque que pasen desde la editora de ABC al presidente gallego por la sobada de lomo, es mentira pues hay otras mayorías absolutas en España, concretamente dos (quitando las ciudades autónomas) y ambas del PSOE. Que por mucho que digan que son del antiguo testamente, el PSOE son.
Ni Emiliano García Page, ni Guillermo Fernández Vara tienen mayoría absoluta según ABC. Deben estar en coalición consigo mismos y por ello no consideran mayorías absolutas a lo que son mayorías absolutas para el resto del mundo. O como son socialistas son no-seres y no existen salvo cuando les quieren meter un gañote de publicidad y bien que los llaman para hacer entrevistas, retorciendo eso sí las respuestas para dejar mal a Pedro Sánchez. También puede ser que en ABC consideren a Castilla-La Mancha y Extremadura como países independientes que ya no forman parte de España. Como casi nunca hacen caso de lo que allí sucede pues no existen. De hecho ABC sólo pone en su edición regional Toledo, no Castilla-La Mancha (Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara no existen). Debe ser por nostalgia del Alcázar, pero no existe ni en sus páginas regionales. Que no existan en la mente de perversa de la dirigencia de ABC no quiere decir que no sean reales, muy reales, las dos mayorías absolutas del PSOE en esas tierras. Dos mayorías absolutas como dos soles de grandes que en ABC invisibilizan para entregarse en cuerpo y alma a adular al PP. Bueno, adular a Núñez Feijóo y echar una bronca a Casado.
Lo curioso es que tras mentir sobre las mayorías absolutas y mentir sobre los medios de la izquierda (“No es fácil replicar a la dictadura social que impone la izquierda con la inmensa mayoría mediática a su favor” dicen con toda la cara del mundo cuando todo el mundo sabe que de izquierdas hay dos o tres grandes medios, mientras que derechas los diez o doce restantes), Rubido le da una colleja a Casado por estar en una posición “asalvajada”: “El PP es un partido conservador, moderado y con sobresalientes tintes liberales, y debe recuperar el fondo de armario electoral suficiente para convertirse en una alternativa realista y eficaz al autoritarismo pseudoconstitucional impuesto por Sánchez”. Curiosamente en la misma frase que pide a Casado moderación y conservadurismo acaba catalogando a su adversario de autoritario. ¡Los tintes liberales ni verlos Rubido, ni el PP! (tal y como se contó ayer en estas páginas). Pero hay más collejas a Casado: “De algún modo, Feijóo representa en Galicia la templanza argumental, la moderación programática y la lógica electoral que debe reivindicar Pablo Casado a nivel nacional”. O lo que traducido al idioma de la clase dominante y sus aparatos ideológicos significa: “O haces como Alberto, o vas a la calle”.
Siempre se advierte en estas páginas que los periódicos hay que leerlos de forma crítica (incluso esta columna), que lo que se escuche hay que tamizarlo mentalmente, que lo que se ve y escucha en televisión casi siempre es mentira o una falsificación de la realidad, que todos los medios de comunicación y la mayoría de columnistas tienen sus servidumbres y hay que estar alerta, pero siempre hay que denunciar la mentira. Y con esta mentira ABC trata de modificar la percepción de la realidad para una amplia mayoría de personas que pueden llegar a pensar que sólo en Galicia, bajo el PP, hay una mayoría absoluta. Una modificación intencionada porque Castilla-La Mancha y Extremadura son comunidades “conservadoras” en los usos y costumbres y eso lo llevan mal en Génova 13 y en los medios vaticanistas. Una distorsión completa de la realidad en su batalla contra el mal, en la que no importa tener ética pues hay que vencer y destruir al enemigo, que no adversario (que sería lo propio de un liberal). Una mentira en busca de dinero (paguita) y de comidas de gañote. Una mentira en favor, al final del camino, de la clase dominante que es la que sufraga los sueldos de todas estas personas.