Se viene comentando con cierta asiduidad en esta columna que el presidente del PP, por muchos títulos que adornen su curriculum (sospechosos todos ellos), por mucho que pose leyendo a Harari (que tampoco es que se necesite demasiado esfuerzo), por mucho que quiera aparentar ser un hombre de Estado, no es más que un engaño de marketing pepero porque dentro de su cabeza no hay nada. Nada en términos claramente políticos. Las funciones básicas que cumple el cerebro las tiene, seguramente sea un padre bueno y hasta una buena pareja (si se aguanta la soberbia y la mitomanía), pero en términos puramente políticos es un cero a la izquierda sin coma.
Pablo Casado ha sido superado por el contexto que ha tocado vivir a España, en particular, y a la Tierra (esférica por si les quieren engañar) en general. Más allá del proceso pandémico, desde que se hizo con las riendas del PP hace dos años ha ido demostrando que carece de discurso, que va a salto de mata, que pierde elecciones constantemente y que aguanta en la presidencia porque aún no han encontrado nadie que tenga la suficiente solvencia para sustituirle… y quiera hacerlo. La clase dominante le aguanta porque sus otras tres opciones, o bien no llega por su carácter fascista y culturalista, o bien está camino de la desaparición, o bien no tienen el poder dentro de los partidos de gobierno. De ahí que haya que aguantar a Casado hasta que llegue un momento en que el cambio de personaje se produzca. Tampoco necesitan alguien de personalidad arrolladora, con que tenga cerebro político y capacidad racional basta. Y no sólo se señala al presidente sino que también a las personas que le acompañan por elección suya. Cayetana Álvarez de Toledo, propuesta por cierto periódico que ejerce de BOE pepero, o Teodoro García Egea, buen ingeniero pero políticamente un perro de presa sin más (función que ya hacía con más gracia Rafael Hernando), tampoco sirven para un nivel político capaz de conseguir el voto mayoritario.
Las recientes encuestas ponen en su sitio a un Casado al que la realidad, no la que habita en su cabeza, están poniendo en su verdadero lugar. Por ejemplo, la realizada por Electomanía le deja en unos 98 diputados, que supone subir algo desde hace un año, pero que sigue siendo una miseria para un contexto como el actual. Por el contrario Pedro Sánchez sube y se reafirma como posible vencedor si las elecciones se celebrasen hoy mismo con 126 curules. ¿Cuáles son los problemas para el presidente del PP? Sin lugar a dudas su propia personalidad. Aparenta ser el típico listillo recién licenciado/graduado pero al que le falta vida/experiencia para darse cuenta de lo que es la realidad. Toda su vida mamando de la teta del Estado sin un trabajo fuera de la política ha hecho que su soberbia se mantenga. A ello súmenle la mitomanía innata. Se puede mentir una vez y que le crean pero estar todo el día mintiendo y desdiciéndose igual no es buena estrategia. Y más en un mundo donde el acceso a la información es tan alto. No es posible que hace cuatro días culpase al gobierno por el estado de alarma, pidiendo a gritos junto a la borjamari borroka que las Comunidades Autónomas fuesen las encargadas de manejar la pandemia, y ahora exclame que el gobierno hace mal las cosas porque se han disparado los contagios y las baronías regionales están mostrando su incompetencia en muchos casos.
¿Quién lo podía imaginar? Todo el mundo menos Casado y las gentes del PP. Al menos en Vox eran coherentes con la posibilidad de que mueran un montón de personas y sin necrofilia, ni estar constantemente en actos religiosos u ofrendar a los muertos pandémicos. Como pueden ver en la galería superior, IDA acudió a un homenaje a las “victimas” del coronavirus y consejeros de su gobierno al funeral diocesano –normal que haya proporcionalmente más curas en los hospitales que rastreadores en las calles-. Estas acciones de publicidad parecen no surtir efecto porque la pandemia es global y ahora que se está haciendo lo que pedía el PP las cosas van mal y sin control.
Otro problema es que en la lucha de clases en la teoría, o la batalla cultural, la extrema derecha les está venciendo constantemente. El trabajo sucio para el que han sido elegidos por la clase dominante de difuminar los aspectos materiales del sistema e insertar aquellos temas ideológicos que le resultan efectivos (¿Les han oído protestar por el debate feminista/queer? Igual es porque les beneficia como ya se denunció aquí). Hasta Iván Espinosa de los Monteros lo dice abiertamente en un mensaje en las redes sociales. Sin tener una presencia en la batalla de la teoría/cultural es complicado que se logre conseguir el apoyo de las personas. No es tanto conseguir la famosa hegemonía, sino tener capacidad de llevar los debates al lugar que interesa al partido, el grupo social o al lobby en busca de subvenciones. Casado demuestra su nulidad intelectual al no poder situar en el debate ni una sola propuesta de su partido. El “Plan Cajal” –obviando que es el segundo apellido de Santiago Ramón y Cajal– no lo han desarrollado ni El Mundo, ni el ABC, ni La razón siendo estos medios los más abnegados en la defensa de todas las cuestiones que rodean al PP siendo el primero de ellos incluso el periódico de partido típico.
Las contradicciones, las mentiras, las infamias y mezquindades y/o la falta de inteligencia política –más allá de la pelea interna de las castas partidistas- al final acaban notándose y provocan que las personas tomen conciencia de que Casado no da más de sí. No hay más donde rascar. Ni estratégica, ni política, ni ideológicamente. Es la completa nada política y con un rejón en lo alto (metáfora taurina ya que apoya la “paguita” a toreros y ganaderos) colocado desde el centro de la UE. Él que se veía crucificando a Sánchez por no conseguir dinero suficiente para la reactivación económica, ha tenido que tragarse toda la bilis que tenía preparada ante el “éxito” de la empresa comunitaria. Ya se verá en qué quedan los dineros, pero la imagen de Sánchez ha salido reforzada. Aún más cuando toda la prensa vendía el gran fracaso. Si en su momento en vez de ponerse del lado de la liga hanseática, hubiese sido patriota, hoy no estaría penando, ni diciendo que es un rescate encubierto. La CEOE, gran beneficiada de los fondos, debe estar muy contenta con las estolideces del pepero, sí.
Según pasan los días Casado, que tiene a un amigo personal al que colocó en el Senado a las puertas de ser empurado por corrupción –algo que la prensa de derechas calla-, la imagen de incompetente, de estólido, de incapaz, de insuficiente, de no válido, de soberbio se va extendiendo. Dentro del propio partido, como se ha contado en numerosas ocasiones en estas páginas, cada vez hay más voces que piden un cambio no sólo de discurso –supuestamente hacia la moderación para quien no es moderado-, sino de personal. No ha aceptado que fue elegido por descarte –contra Sáenz de Santamaría- no porque los compromisarios del PP le quisiesen por lo que es. No ha aceptado que su carrera política está llegando a su fin (salvo milagro). No ha aceptado que, en sí, es un ser humano bastante limitado. No acepta en términos generales la realidad. Y eso no sólo es peligroso para su partido –algo que seguramente le dé lo mismo a usted que lee estos párrafos-, sino para la democracia y las vidas de las personas. No da más de sí y encima mentiroso. Un paquete que ni regalado.