La prensa cavernícola, que vive de las mamandurrias autonómicas en buena parte, salió a defender a la presidenta de la Comunidad de Madrid por los “ataques” sufridos por la prensa, los partidos de la oposición –aunque no sus cabezas madrileñas- y las asociaciones de la sociedad civil. No se les ocurrió otra gracieta, muy rancia por cierto, que afirmar que las críticas que hacían a la presidenta madrileña no eran por su gestión sino porque es guapa, inteligente y capaz. Lo de la belleza depende de los gustos, incluso hay por ahí un comunista de los de verdad que tiene pensamientos lúbricos con la pepera, pero no es cuestión determinante en política -¡menos mal!- y sí la acción de gobierno. Porque, aunque no lo parezca, Isabel Díaz Ayuso está gobernando la Comunidad de Madrid pese a sus quejas y las del estólido mayor del reino Pablo Casado.
Meses estuvieron pidiendo tener las competencias, que se levantase el estado de alarma –incluso IDA amenazó con sacar a los “borjamaris” a las calles con más frecuencia y violencia en sede parlamentaria- y que dejasen a los que saben gestionar. La realidad cuatro meses después es que todo en la sede de la puerta del Sol es improvisación, ineficacia, no saber gestionar, ruina económica y peligro sanitario. Aumentan los casos de madrileños que están dando positivo por coronavirus –a los que habría que sumar aquellos a los que ni se hace PCR porque no hay centros médicos abiertos o con personal suficiente-, bajan los datos económicos y no saben ni cómo debe volver la gran masa de educadores y educandos a las aulas. La última ocurrencia ha sido convocar casi a la misma hora a profesores y profesoras –sin respetar los datos personales de cada uno, algo que es denunciable- en diversos lugares para que les hagan las pruebas PCR una empresa privada (¡clin, clin, caja!). Lo normal es que con personal que no está acostumbrado a trabajar con grandes masas, con unos horarios no pensados, se hayan producido colapsos y colas de personal kilométricas con el riesgo de infección que ello conlleva.
Lo peor no es que hayan cometido una torpeza sino que, con toda la poca vergüenza de que son capaces en el PP –y después de años de trinque, desvío de fondos y privatizaciones con sobrecostes el nivel es ínfimo-, desde las cuentas institucionales han acusado al cuerpo docente de acudir cuando no debían y juntarse demasiados. Tras informarles a altas horas de la noche, encima les quieren culpabilizar de acudir a deshoras cuando ha sido la Consejería de Educación de Enrique Ossorio la que les convocó. Un o una docente puede acudir cinco o diez minutos antes, como cualquier persona puntual, pero no miles. La inutilidad y la mezquindad de IDA y su grupo de incapaces, como ha quedado demostrado, son aterradores. La culpa es de quienes manejan las instituciones no del cuerpo docente que acude cuando le dicen.
Claro que Casado no se queda atrás en estolidez y señala al ministerio de Educación por no hacer un protocolo y a Sanidad por tener el mando único pues se está en pandemia. Dice que es abogado pero desconoce las leyes que impiden aquello y el contexto madrileño es invisible en realidad para el ministerio pues las competencias fueron entregadas hace décadas. No es función de los ministerios hacer protocolos sobre un terreno que desconocen. Y esto lo repiten en la Comunidad de Madrid como papagayos descerebrados para intentar que las culpas sean de otros. En Andalucía tienen la falsa excusa de que “esto es por culpa del gobierno anterior del PSOE”, así Juan Manuel Moreno Bonilla se dedica a ligar bronce y ver cómo da más dinero a las empresas privadas para que no hagan nada mientras se come unos gambas de Huelva –para eso fue a la provincia, con días de retraso respecto al enorme incendio-. Pero en Madrid llevan décadas, que parecen siglos, gobernando los mismos. El problema es que son inútiles porque sólo saben gestionar a favor de obra… ¡Perdón! Nunca han sabido gestionar porque han externalizado todo lo habido y por haber, así que cuando les toca hacer ellas y ellos las cosas no saben ni cómo hacerlo.
Se quejan que el gobierno les hace de oposición y tienen razón porque la oposición en Madrid es algo paranormal. Existir, físicamente, existe. Políticamente no se tiene constancia de ello. Entre que Ángel Gabilondo no se encara ni con el cuello de su camisa, que está pensando como abandonar el barco cuanto antes, y que el PSOE carece de cuadros con algo más que dar palmas no se le espera. Isabel Serra está condenada –a la espera de recurso pero condenada- y se lo recuerdan cada día, además que está más preocupada por cuestiones que nada tienen que ver con Madrid y el secretario general del Podemos es Jesús Santos, que bastante tiene con hacer algo de provecho en Alcorcón, nada de nada. A la parte de IU, Sol Sánchez, le hacen un apagado general desde la propia coalición y la prensa en general. Nada que hacer. Y en Más Madrid, la médica Mónica García algo dice y le mueven en las redes sociales pero ya, hasta ahí nada más porque hay veto mediático. Es la nada más absoluta. Ni una llamada a tomar las calles. Ni una propuesta concreta –en el PSOE sacaron un memorándum de vuelta al cole que han acabado plagiando en Sol en buena medida, pero no se quejaron- o un algo al que se puedan aferrar las personas perjudicadas, que son millones. Ni una crítica a que las personas se estén infectando en los centros de trabajo y camino a él, no vaya a ser que la CEOE se enfade. Así es normal que IDA se permita decir con todo el rostro del mundo que es muy probable que todos los niños se infecten en los colegios, o en casa. Y nadie le replica que si es en los colegios es culpa suya y si es en casa también por tener vagones de metro hasta arriba, por no inspeccionar si los centros de trabajo cumplen con la normativa sanitaria, por pensar que la clase trabajadora no son más que elementos intercambiables en la cadena de producción. La inutilidad hecha cargo público -bueno en su caso cargo y carga pública- que tiene la suerte de carecer de una verdadera oposición con arrestos suficientes para plantear batalla, cuando tendrían a las personas de su parte sin dudar. Esa suerte y que tiene “subvencionados” a la mayoría de medios de comunicación. El “genocidio” que está cometiendo el PP en Madrid pasará a los anales de la historia española, tanto como lo que está montando Quim Torra en Cataluña, que se nota aunque utilice la senyera para tapar a los enfermos y los cadáveres. En la historia, incluso de la Comunidad de Madrid en su época de cueva de ladrones, ha habido un gobierno tan inútil y una oposición tan silenciosa a nivel autonómico. Las madrileñas y madrileños deberían levantarse y echarles a todos, sin dejar uno solo en puesto o cargo a dedo alguno.