Cuando se es de un equipo, que no es ninguno de los dos que dominan el fútbol español, se vive una constante frustración al no disponer de comentaristas propios, de suficientes páginas en periódicos o minutos en las televisiones. Esto por no hablar sobre los temblores que se sienten ante un posible “atraco” arbitral cuando uno de esos dos equipos juega contra el tuyo. Esta es la realidad que viven los aficionados de aquellos equipos que no son ni Real Madrid, ni FC Barcelona. Son los más beneficiados por los arbitrajes y a los que dedican casi todo el tiempo en tertulias y telediarios o la mayoría de las páginas en los medios de comunicación deportivos o no. Pareciera que el resto de equipos no existieran salvo el día en que se enfrentan a esos dos buques poderosos. Pues ahora parece que no es suficiente según el presidente ad eternum del Real Madrid, Florentino Pérez.
El señor Pérez, que igual estaba enfadado por no haberse quedado con el control del hospital Zendal que recayó en Ferrovial (de la familia Del Pino, uno de cuyos miembros es un alegre animador del libertarismo capitalista), ayer mismo dijo en la Asamblea de socios que los medios de comunicación les tratan fatal, que no hay suficientes madridistas comentando la realidad del equipo, que les tratan como a cualquier otro conjunto de esos que hay en España. Esto dicho así sin ver y escuchar lo que sucede todos los días en los medios de comunicación es para pensar que el señor Pérez debió tomar alguna sustancia extraña antes de hablar en el cónclave madridista. No hay partido del Real Madrid en que cualquier roce a un jugador blanco sea visto como la acción más criminal de la historia. Las patadas y pisotones de los jugadores madridistas siempre son producto del juego, por tanto sin falta, y las mismas por jugadores de otros equipos son un atentado contra la humanidad. Esos son los comentarios que se escuchan normalmente en los medios de comunicación. Si se refiere a lo que se lee en los periódicos, en ese momento, se pasa a la justificación de todo lo que pueda ser dudoso en favor del Real Madrid. Si Casemiro arranca una pierna a otro jugador es porque tiene hambre y algo tendrá que comer.
El viudo con gafas no se puede quejar de casi nada en esta vida. Tiene a todos los gobiernos comiendo de su mano, especialmente si son del PP, los españoles le pagamos sus errores empresariales (ya saben los más de 2.600 millones del Castor, las autopistas de peaje, los hospitales cuatro veces más caros, etcétera), la prensa es completamente madridista (salvo los periódicos catalanes, obviamente) y parece que no volverá la gente a los campos hasta que él termine sus obras en el Bernabéu. ¿Qué más quiere? ¿El totalitarismo madridista? ¿No le basta con el Marca, el As, el Chiringuito, Estudio Estadio, Movistar, COPE, cadena SER, Onda Cero, deportivos de los distintos digitales que quiere que nada más que se hable de su equipo y todo loor y prez? En realidad parece más un aviso a navegantes, a directores de medios y a comentaristas para que hagan autocensura si quieren contar con su favor.
No es que sea el único presidente que mangonea en la prensa, Miguel Ángel Gil tiene sus cadáveres de plumillas en la nevera también, por ejemplo. Pero es justamente el único que no se puede quejar en España. No hay semana en que no le den tres o cuatro portadas a su equipo (incluso los siete días de la semana si hace falta); no hay fichaje que no vendan articulistas, plumillas y comentaristas como lo mejor del mundo (tipo “Vinicius el nuevo Neymar”); no hay decisión que tome que no sea alabada; pero también es cierto que las mentiras no pueden ser mantenidas durante mucho tiempo confrontándolas con la realidad. Si el equipo palma con el Cádiz no es culpa de la prensa, ni si lo hace con el Shajtar Donetsk (dos veces). Ni con todos los comentaristas y articulistas que tiene esas derrotas y sus consecuencias pueden ser ocultadas. Le pasa a Florentino como a los viejos emperadores que acaban tan atrapados por el poder que tienen que acaban viendo conspiraciones por todos lados.
Quienes deberían estar preocupados son los trabajadores de todos los medios de comunicación porque han de escribir pensando en qué le gustaría leer al viudo con gafas o qué le gustaría escuchar. Siempre pueden recurrir a algo que gusta entre el madridismo: “El Madrid Imperial de todas las Europas” y cosas así. Pero se vienen EREs a mansalva si no hablan, aún más, de todo lo bueno que consigue el único equipo del mundo con derecho de pernada. También se queja de que no se repiten suficientemente las jugadas polémicas y salvo que quiera que las pongan durante doce horas seguidas, no ha visto un resumen o un programa de fútbol en su vida. Igual lo que le molesta es que el programa nocturno que dirige en la sombra no tenga imágenes para indicar la verdad revelada por el mesías del madridismo. Ya se verá si los Juan Gato, Rubén Uría, Manolo Lama, David Sánchez y demás no periodistas del nacional-madridismo acaban saliendo de sus programas tras este toque de atención. Tampoco habría que jugarse el cuello por Santiago Cañizares o Álvaro Benito. Sin embargo, los Maldini, Axel Torres, Joaquín Maroto, Jorge Calabrés, Roberto Gómez y demás furibundos madridistas y anti-los-demás pueden estar más tranquilos. Quien también debería estar acongojado es el director de Marca, Juan Ignacio Gallardo. En realidad que cualquier persona del Real Madrid se queje de que se le trata mal no puede ser más que producto de una mentalidad enfebrecida o carecer de sentido común. En breve se verán los cambios porque el jefe ha hablado y señalado el camino.