De alguna forma hay que tapar las propias miserias y errores y, como viene siendo habitual en Podemos, han optado por atacar a su principal enemigo. ¿Vox? No, el PSOE. No se asombren por esta calificación o cualificación del PSOE por parte de Podemos. Cabe recordar que cuando irrumpieron en la escena política, cierto concejal, hoy secretario general de Madrid, afirmó ante un grupo de políticos y periodistas que su adversario era el PP pero su enemigo el PSOE. Esta es la mentalidad de habita en la formación morada desde el comienzo. No se sabe si por algún tipo de proyección o por heredar del antiguo comunismo no haber aceptado jamás que el partido socialista sacase más diputados en las primeras elecciones tras la dictadura, el caso es que cuando algo no les va bien acaban atacando al PSOE. Lo de los fascistas no es más que un juego espectacular.
Se preguntarán también, al hilo del titular, sobre cuáles son los fracasos ministeriales de Podemos pues dicen y no paran que gracias a ellos se ha conseguido todo lo que hace el gobierno. Por sólo ofrecer unos ejemplos, los ERTE que llevan retrasos de meses (no siendo lo peor ese ministerio de Trabajo); el engaño con la prohibición del despido, ya que lo único que se hizo fue encarecerlo; el aumento del paro sin alternativa real y a la espera de que mejore la situación gracias a algún tipo de espíritu… El ministerio de Universidades se sabe que existe, lo que no se sabe es tiene actividad. Bueno sí, ha sacado un borrador que provocaría la privatización de parte de las Universidades públicas; la precarización del profesorado; beneficia a las Universidades privadas (que el ministro tenga como pareja a alguien que tiene intereses en cierta universidad privada se supone que no tiene nada que ver); incluye la posibilidad de veto de la contratación de unas universidades a otras de forma encubierta…
Respecto al ministerio de Consumo, todas las personas han visto como se ha encarecido la bolsa de la compra –especialmente en cierta cadena de supermercados- pero el ministro calla. También vendieron que ya no habría más publicidad de juegos y apuestas, y resulta que cada dos por tres saltan en los dispositivos móviles de cada cual. En el ministerio de Igualdad han conseguido enfurecer a todas las feministas, cosa complicada a poco que no se hubiese hecho nada, y parecer que trabajan para Vox más que por la igualdad. De hecho ayer mismo la ministra Irene Montero acudió a uno de esos programas de amigos para ver si conseguía lavarse la cara aunque acabó mintiendo al decir que se había reunido con las mujeres críticas con la nueva ley transgenerista. Y qué decir de la vicepresidencia segunda de Asuntos Sociales, aún le están esperando en residencias de ancianos a ver si hace algo para ayudarles. Fracaso, tras fracaso no tanto por inexperiencia sino porque están en el gobierno a lo que están, a lo propio de la oligarquía sexual en que se ha convertido Podemos y en medrar para no se sabe bien qué propósito reformista.
Tras un tiempo escondido Pablo Iglesias, el primer día después del Consejo de ministros han sacado la artillería contra su enemigo, el PSOE. Han aprovechado que el PSOE ha decidido no dar su voto afirmativo a la comisión de investigación sobre Juan Carlos de Borbón para saltar al cuello socialista. Con ello pretenden acercarse y hacerse con el grupo radicalizado que existe en el PSOE respecto al tema republicanista. Antes de nada cabe hacer una explicación para los legos en comisiones de investigación. Se puede y se debe investigar al huido como a cualquier otro cargo público, sin duda, pero esta comisión no pretende ser de investigación sino de publicidad de Podemos y los independentistas. ¿Por qué? Porque en realidad no van a poder acceder a documentación y, posiblemente, al interfecto. La documentación que tienen Hacienda y la Fiscalía no se podría ceder a la comisión por estar sub iúdice, es decir, en proceso de investigación. No es una documentación de otro tipo de administración pública –como si eran los contratos de la Comunidad de Madrid que dieron lugar al descubrimiento de las trampas del PP con hospitales, por ejemplo- y por ende trabajarían sin documentación. Tampoco el escondido parece que vaya a acudir por no estar en España.
Entonces, sin documentación y sin testigo principal ¿qué se va a tratar en realidad? Nada. Llamarían a cualquier pelagatos para montar un espectáculo y que ese clavo ardiendo al que están agarrados les siga valiendo para no caer al vacío político. Porque el republicanismo de Podemos es lo único que les queda junto a sorber y soplar. No hay más, son casta. La estupidez de Iglesias sobre las discusiones en la cena navideña sobre monarquía o república ya indicaba claramente que no les queda más que ofrecer. Lo peor de todo es que desde que están con la matraca el apoyo a la monarquía ha subido, en lo que parece una conspiración podemita con los Borbones para asentar los privilegios reales. Necesitan, como buenos populistas y como ha recordado la ministra Margarita Roles –algo que molestado mucho y para lo que Ione Belarra ha salido de su cueva a atacar a la ministra-, deslegitimar las instituciones del Estado para que su estrategia de confrontación les permita opacar sus errores de gestión y sus miserias. En una situación calmada serían pasto del olvido y de la salida política, por ello necesitan estar alimentado confrontaciones como la republicanista. Cómo será la cosa que hasta La razón les apoya ahora para que no desaparezcan y con miedo a que el PSOE a medio plazo les mande al rincón de pensar en los altos del parlamento. Paradójicamente PP y Podemos tienen el mismo enemigo común: Pedro Sánchez.
Saben que con este tipo de cuestiones calientan los cascos de buena parte de la militancia del PSOE, especialmente la que ha abandonado la lógica tradicional del partido y se encuentra más podemizada. Así, de esa forma pretenden vencer al enemigo desde dentro. Que presione la militancia con esta cuestión republicana al presidente Sánchez y al ministro José Luis Ábalos, como secretario de Organización –al menos hasta octubre-, y ver si más adelante pueden sacar más tajada. Visto que en el Consejo de ministros, en el parlamento o en los medios de comunicación no hacen doblar la cerviz al PSOE, intentan hacerlo mediante una estrategia quintacolumnista. Claro que sumándose a los que piden la dimisión de Salvador Illa tampoco es que les haga quedar como muy leales. La estrategia es hacerse con la voluntad del militante idealista radicalizado del PSOE, justo ese que ha abandonado cualquier tipo de análisis materialista, para no se sabe bien qué. Porque en realidad hablan mucho de república y no han explicado qué tipo de república quieren, salvo una en la que haya naciones y arriquitaun, pero no hablan jamás de cuál sería el centro del poder estatal. Por ello caben sospechas de presidencialismo húmedo en la mente de Iglesias o Juan Carlos Monedero. No tienen nada más que ofrecer salvo el enfrentamiento continuado, soflamas izquierdistas que no plasman y colocar a amigos y subvencionar a todos los lobbies de la diversidad para ganarse su apoyo a futuro. Mientras tanto sólo les cabe atacar al PSOE, pero no dimitirán porque las casas no se pagan solas.