El domingo por la noche y el lunes por la mañana, de forma más extensa, saltaba la bomba informativa respecto al Real Madrid. Las gentes de Infolibre publicaban en exclusiva que el equipo madrileño habría llegado a acuerdos financieros con una empresa radicada en las Islas Caimán con un pago, primero, de 200 millones de euros e incurriendo en un presunto fraude de ley. Un tema de encaje financiero con organizaciones más que sospechosas de fondos opacos pero no tan extrañas en el mundo de las altas finanzas. Se sospechaba que el Real Madrid podría estar pasando apuros de flujo de caja hace dos años y el acuerdo a futuros muestra que esas sospechas (silenciadas) eran algo más que algo factibles. Una bomba informativa que, empero, no ha tenido eco en la prensa salvo contadas excepciones.
El silencio casi total de los medios de comunicación a un lado y otro del espectro ha sorprendido a propios y extraños. Igual hacer un especial como han hecho con otras entidades o jugadores (Messi) por cuestiones similares o menores, no. Pero haberse hecho eco de la noticia sí se esperaba, más en algún que otro medio deportivo. Cuando se dice que Florentino Pérez controla la prensa es por cuestiones como esta. Ese silenzio stampa de tinte mafioso suele aparecer cuando hay informaciones relativas tanto a las empresas del señor Pérez como cuando se refieren al Real Madrid cuando él lo preside. Porque cuando no está presidiendo el club bien que la prensa saca todos los trapos sucios que puede. Los que tengan memoria recordarán a Eduardo Inda todos los días contra el anterior presidente blanco.
Tampoco dicen nada que el fichaje de un ejecutivo (David Hopkinson) que le costó a los merengues 1,2 millones de euros y que fracasó en los objetivos de aumentar los ingresos. Algo así como Hazard pero en directivo. Y no es que Pérez llame por teléfono constantemente a directores de periódicos o juntaletras de los medios deportivos o generalistas. No le hace falta ya. En sus primeros tiempos sí era de mucho llamar, ahora ya no le hace falta más allá de algunos telefonazos a tres o cuatro animadores de las turbas futboleras. De hecho, según cuentan, llama menos de lo que muchos dicen que les llama o hacen pensar que les llama. El modelo de control estructural fue establecido hace tiempo y ahora ya no le hace falta ejecutar órdenes. Algún aviso de vez en cuando para recordar lo que podría pasar. En Cataluña tiene menos capacidad de maniobra y por ello han publicado casi todos los medios la exclusiva de Infolibre.
Es curioso que la propia prensa se autocensure con cuestiones como estas. Realmente las empresas de Pérez no gastan en publicidad tanto dinero como para tener maniatados a los directores. Donde hay anuncios de Clece ya se sabe por qué es. Pero ha logrado crear un entorno madridista que actúa a sus supuestos deseos que genera esa censura previa a todas las informaciones que puedan molestar al mandamás de la Castellana. Las reuniones que le preocupan a Florentino, hoy en día, son con otras personas del ámbito político. En la prensa deportiva saben bien lo que hacer sin órdenes. Por eso nadie ha hablado del atraco al Atlético de Madrid del sábado pasado; por eso venden humo con el fichaje de Mbappé o Haaland, llegando a inventar precios que les costarían y jugadores que podrían intercambiar; por eso ejercen de fanáticos de un club, algo que les sirve para obtener más visitas; pero por eso mismo callan los pecados y no los ponen en portada o en destacados. No es que el tito Pérez controle a la prensa en sí, es que ha conseguido que se controlen ellos mismos.