Están ofuscados los medios de comunicación y buena parte de la clase política contra los dos partidos mayoritarios de España. Tanto a derecha como a izquierda reciben un acoso, opacado en cierto modo por los cavernícolas de las manifestaciones, bastante dirigido desde distintas posiciones políticas o de poder. El PSOE y el PP resultan molestos al poder mediático, a los populismos políticos y a cierta fracción de la clase dominante. Pese a ser, o por ser, los mayores partidos políticos de España están en el punto de mira, más cuando parece que acabarán acordando la renovación de ciertas instituciones del Estado, principalmente el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Algo que no ha gustado ni a Podemos, ni a Vox, ni a la miríada de periodistas que les apoyan de una u otra forma.
Incluso podrán haber leído que corre el rumor de una posible ruptura de Pedro Sánchez con Podemos para conformar una Gran Coalición con Pablo Casado y así contentar, dicen, a la clase dominante. Una clase dominante, por cierto, que está haciendo lo posible por acabar con Sánchez y Casado. Lo cual es paradójico o estúpido. Tras tanto tiempo sin hablarse dicen los manipuladores que ahora Sánchez y Casado serán uña y carne para salvar España, al banco de Santander, la Unión Europea y a la iglesia católica si hace falta. Dependiendo del lugar del que lleguen los disparos pueden añadir o restar causas supuestamente malas y oscuras que habría detrás de esa unión libre de destino en lo universal. Llevan años intentando hacer caer al PSOE y al PP –incluyendo distintas conspiraciones para derribar a los actuales dirigentes- para conformar un parlamento con partidos del gusto de la élite globalista, que sirvan al entretenimiento de las masas, pero cuyos fines sean similares pese a presentarse como divergentes. ¿Acaso piensan que lo que quiere Vox o Podemos no lleva a una misma clausura social? Ya.
Dicen que el PSOE controla toda la prensa. En realidad salvo influencia en dos o tres medios no controla nada, algo que haría derretirse de placer al camarlengo monclovita. Puede que a ustedes les presenten numerosos todólogos, doxósofos, opinadores, columnistas u opinantes de izquierdas en los medios de comunicación. Y así es. Ahora bien ¿cuántos apoyan al PSOE? ¿Dos? ¿Tres? En realidad siendo de izquierdas, aunque sea una izquierda postmoderna y del arriquitaun, no son del PSOE. En muchos casos son resentidos del PSOE de (especialmente) González, de Rodríguez, de Rubalcaba o de Sánchez, son de izquierdas pero anti-PSOE. A ellos súmenles los podemitas, ex-comunistas, los de acercarse al entorno cultural del podemismo, los izquierdistas que logran colocar sus libros en ese entorno o bajo los sellos de la clase dominante y tendrán en realidad el perfil de los opinantes de izquierdas. Para uno que defiende al PSOE hay siete que no lo hacen. De ahí que todos ellos y ellas sigan en una revolución permanente con camino hacia la nada pero que les sirve para ponerse medallas en su pechera de bobos (bohemios burgueses).
El PP sí tiene más medios entregados a su causa. Incluso tiene un BOE particular (El mundo) y una hoja parroquial (ABC) que les sirven para lanzar ciertas estrategias. Pero si se hace un repaso por las radios, las columnas de todólogos, los análisis de todo a cien, tampoco es que saquen un gran beneficio. La mayoría de los opinantes de derechas en realidad están más cerca de Vox que del PP, porque al fin y al cabo Iván Espinosa de los Monteros representa a los libertarios asociales que son masa en los medios de derechas mucho mejor que Teodoro García Egea. Habiendo un gobierno “socialcomunista” saben que no pueden regalar esfuerzos y se tapan un poco, pero lo habitual en esos medios es ofrecer todas las gracietas del nacionalpopulismo y no dar mucha visibilidad al PP. De hecho si alguien se ha tomado la molestia de leer los artículos de opinión (aunque sea por encima) de El mundo, ABC, Vozpopuli, OkDiario o Libertad Digital de los últimos dos años habrá comprobado lo verdes que se han vuelto en muchos casos. Apoyan con la boca chica al PP, pero se ponen cachondos con Vox.
Luego que si la clase dominante, que si los poderes esto y aquello, pero controlando como controlan a los hacedores de opinión resulta que no pueden con el PSOE, ni con el PP. Cada cual por su propio interés personal o de medio o de fracción pero intentan acabar con los dos partidos mayoritarios. Izquierdistas resentidos por no se sabe qué derecho durante la transición (por eso la deslegitiman); falangistas reconvertidos en libertarios furibundos; pesebristas genéticos en busca de pesebre; pseudointelectuales entregados a los mandados del Comité Central de la clase dominante; poseedores de la única verdad o de las esencias de tal o cual movimiento; marxistas que sólo han leído frases sueltas; y así hasta conformar una amalgama que de tanto pensar no se han percatado que, al final, el PSOE y el PP no es que sean el sistema o los elegidos del sistema, sino que son los únicos que no van por la vida odiando a los demás (Casado a veces tiene querencias), ni les van diciendo lo inferiores que son, ni lo perversos que son. Por no hablar que están mejor instalados que la iglesia católica en cada pueblo o ciudad de España. Aun así seguirán intentando acabar con ellos porque les puede el odio.