En cuanto algún político, del color que sea, comienza a hacer comparaciones suceden estas cosas: uno, suele agraviar al comparado; dos, suele desconocer la realidad del comparado; y tres, las dos anteriores se mezclan. Eso mismo le pasa a Isabel Díaz Ayuso, que se pone a hacer comparaciones con otras regiones y suele terminar insultándolas porque desconoce en realidad lo que allí acontece. Al no ser persona de vasta cultura, salvo el conocimiento de la restauración –y no precisamente de obras de arte-, acaba ofreciendo una imagen de supina ignorancia en sus comparaciones. Agravios por toda España debido a la escasa cultura poseída como han señalado en El plural.
La presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, esa misma que no quiere debatir en Telemadrid (el miedo es libre), ha acudido al programa matinal de la cadena madrileña para justificarse y seguir haciendo campaña. Como ya no le quedan muchas más mentiras que inventar y los datos son tozudos, ha explicado que ella (doliente como la Magdalena) no puede hacer cierres como en otras comunidades porque en Madrid, al contrario de lo que sucede en las capitales de provincia, la gente acude mucho a los “Museos y los Teatros”. Debe ser que en las capitales de provincia no tienen museos, ni teatros –por cierto, esa crisis perpetua del teatro en Madrid ¿acabo ya?-, ni oferta cultural, sólo hay personas que cuentan nubes –porque ya dijo en otra ocasión que la riqueza se hace en Madrid-. Suerte si hay algún supermercado…
Que haya más cantidad en Madrid no supone, en primer lugar, ni que sea mejor, ni de mejor calidad; y en segundo término, cabe recordar que el elemento capitalidad ha sido un factor clave que siempre se olvida. Pero, Barcelona que es capital de provincia ¿por qué tiene una oferta similar? Y qué decir de Sevilla o Valencia o Bilbao. Igual lo dice por capitales de provincia de esas que en la cabeza de Ayuso las personas van con boina y las mujeres con pañuelo… De esas que no existen. Habrá que preguntar a la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, si en su ciudad-capital la gente no va al museo del Greco, a la catedral y a otros lugares. Que catedral como la toledana, por ejemplo, en Madrid no hay. Ahora que el alcalde va camino de cambiar la chaqueta naranja por la azul, cabría preguntar al granadino Luis Salvador si en su capital de provincia hay o no cultura. Igual Ayuso piensa que la tumba de los reyes católicos, esos que tanto le gustan como fundadores de la “España que es Madrid”, está en el Pardo o en San Lorenzo. O que la Alhambra es sólo una cerveza.
No sólo hay museos y teatros en miles de lugares por toda España, sino que uno de los festivales más famosos de teatro se celebra en un poblachón manchego de Ciudad Real como Almagro –de donde con suerte conoce las berenjenas porque las ponen de tapa-. Dos de los buenos festivales de cine que hay en España se celebran en capitales de provincia como San Sebastián o Málaga. De los mejores festivales de blues de Europa hay muestra en Cazorla o San Javier. Fuera de Madrid hay mucha cultura y mucho arte que arrastra a miles de turistas, propios y extranjeros. De hecho suelen ser más aconsejables esos turistas de cultura que los de borrachera que tanto proliferan en Madrid últimamente porque se dejan un poco más de dinero. En cualquier capital de provincia hay una oferta cultural buena y de calidad. Y a diferencia de Madrid, donde hay una macdonalización, sigue habiendo bares y tiendas de esforzados autónomos.
Una vez más Ayuso demuestra su desprecio por el resto de España y de los españoles y su falta de cabeza para hablar. En cuanto se queda sin el guión de MAR comienza a surgir la persona interior que confunde los términos, que suelta la primera ocurrencia que le viene a la cabeza o que muestra su ignorancia. Hay más cultura en las capitales de provincia de la que puede asimilar Ayuso. Algunos lectores dirán el receptáculo eslel que es, pero mientras en Madrid (por cierto los grandes museos son del Estado) se deja morir a los músicos que no deben ser cultura si no se llaman Raphael. Deben estar muy contentos sus compañeros de Andalucía, Castilla y León o Murcia por llamarles paletos e incultos. No sólo hay oferta en las capitales de provincia, sino que suelen acudir en mayor porcentaje a esa oferta cultural. La ignorancia es atrevida y Ayuso es muy atrevida.