Hoy más que nunca hay que recordar que gracias a María Dolores Cospedal el “hoy mudo” Pablo Casado alcanzó la presidencia del PP. Partido Popular o Partido Podrido según se mire hacia un sitio u otro, se valoren ciertos actos o la inmundicia que sigue rodeando a toda la organización. No vale con que aparezca Teodoro García Egea y diga que “esa persona de la que usted me habla” es del pasado. Salvo que el pasado es ya, en este mismo instante en que usted está leyendo y dejando en el pasado palabras y palabras, la realidad es que Cospedal no es pasado del PP sino un presente muy claro. Sin su apoyo, hoy el ignaro Casado no sería el presidente. Pero no es lo único.
Si se siguiese el nivel de argumentación del propio PP respecto a los demás partidos políticos y sus relaciones con el pasado (en el caso del PSOE se remontan a Largo Caballero si hace falta para señalar a Sánchez), cabría preguntarse si gracias a lo que Cospedal pudo conocer de mano del inspector Villarejo y su red de espionaje, logró aumentar el número de compromisarios propios que luego aportó en masa contra Sáenz de Santamaría. O si gracias a las pesquisas del policía corrupto y corrompido no se obtuvo el famoso “vídeos de las cremas” que acabó con la más que posible candidata (¿ganadora?) Cristina Cifuentes. Porque lo que sí se conoce, sin sospechas, es que a Eduardo Inda se lo pasaron desde dentro del PP, o cuando menos autorizaron que se le filtrase. ¿Quién era la mandamás del partido? Exacto, la hoy imputada Cospedal.
Por tanto Casado habría vencido de manera un tanto fraudulenta a su contrincante. La famosa red de Villarejo podría haber servido para mover voluntades en su favor, algunas voluntades férreas que no habría apostado por él, pero que caminaban junto a Cospedal para acabar en brazos del “disfraces”. Cabe sospechar que eso puede haber sucedido, en tanto en cuanto, algunos de los viejos prebostes peperos llevaron a cabo algunos giros durante la celebración del congreso en Madrid. Allí se vio como sorayistas-marianistas-fraguistas de pro se volcaron el voto de los compromisarios que “controlaban”. ¿Tuvieron algo que ver las informaciones que Cospedal podía tener vía Villarejo para tan brusco giro? Porque sólo había que escuchar en los pasillos congresuales lo que se opinaba sobre Casado. En realidad lo mismo que siguen pensando y diciendo, que no da la talla, ni tiene capacidad alguna.
Cualquier acto de Casado está manchado por la sospecha, pues no sólo fue aupado por el cospedalismo a la presidencia del PP, sino que él mismo era el portavoz, además de ejecutivo, en los tiempos en que desde la sede de Génova se mandaba espiar a policías corruptos. Él estaba allí desde el principio. Y no puede aducir que no sabía nada porque no se lo cree nadie. Entre otras cosas porque era parte del núcleo duro, no un ejecutivo de los que están para aparentar –como la hermanísima-. De hecho, ahora que se habla de la conexión con Soraya, no sería extraño que apareciese la conexión Casado. Nadie llega a la cima en el PP sin saber secretos de otros y sin saber lo que se cuece dentro. Hay muchos estúpidos que dominan ese arte aparatero y ascienden, pero en el PP es fundamental junto con los apoyos del propio aparato. Ya se verá…