El Atlético de Madrid le está ganando por la mano al duopolio la salida de la crisis pandémica. Luego el campo de juego decidirá vencedores y perdedores –de momento el año pasado hubo un claro vencedor-, pero en lo que a gestión se refiere lleva mucho adelantado. El control de gasto riguroso, pese a haber crecido los ingresos desde hace nueve años, y la entrega al “las que entran por las que salen”, el cual ha exigido de las arcas rojiblancas un gasto anual de 7 millones de euros (entre ventas y fichajes), le permiten al equipo rojiblanco capear mejor el temporal. Eso sí, al ser SAD –usurpada su propiedad- ha contado con la “ventaja” de acogerse a una ampliación de capital.
Mucho más en el caso del FC Barcelona que en el del Real Madrid, la pandemia ha sacado a la luz que los equipos del duopolio han estado disparando con pólvora del rey, pensando que la entrada de dinero jamás se agotaría. Pero la rebelión de los modestos por los ingresos televisivos y la imposibilidad de hacer más trapicheos urbanísticos, han deparado una salida de la crisis complicada. Además, sólo a alguien de la soberbia de Florentino Pérez se le puede ocurrir comenzar con las obras del faraónico nuevo Bernabéu, para el que ya han tenido que pedir un segundo crédito y que tiene un impacto real en la formación del equipo. Porque lo importante es el fútbol y ahí el Atleti les saca cierta ventaja.
Quitarse de encima jugadores
En el Real Madrid tienen menos problemas con el límite salarial pero están al borde de pasarse y deben, por narices, deshacerse de una ingente cantidad de jugadores. Con el límite a tope deben sacar de las cuentas y la plantilla al menos a siete jugadores (sino es alguno más), si desean fichar a Kylian Mbappé, esa salida debería ser de 12 o más jugadores. ¿El problema? Que pagan como si tuvieran una máquina de fabricar billetes y no es así. Gareth Bale vuelve y son 38 millones de euros de salario. Mariano son diez millones. Isco más de diez. Y así hasta completar casi cuatrocientos millones en salarios. El problema es que, por ejemplo, esos tres jugadores no encontrarán nadie que les pague lo mismo y quedándoles un año de contrato ¿para qué cambiar de equipo? O el Madrid afloja la mosca y les cubre las pérdidas en una cesión o le toca tragar con esos sueldos y se queda sin fichar.
En el Barça la situación es mucho peor. Con el nuevo límite salarial ajustado a los ingresos reales, no puede ni inscribir a los jugadores que ha fichado y a algunos de la primera plantilla. Y como anda sobre el límite para poder renovar a Messi, incorporar a Agüero, Emerson, Memphis y Eric García debe dar de baja a casi un tercio de la plantilla. Al igual que le sucede al Madrid, Griezmann, Braithwaite, Coutinho, Dembélé, Umtiti y otros jugadores de escalones salariales por debajo no se van a marchar para cobrar menos. ¿Quién les puede ofrecer los salarios que tienen en la actualidad? Ni dos equipos por mucho petrolero que tengan detrás. Quitarse más de 200 millones en salarios y amortizaciones no es sencillo y nadie garantiza el éxito.
En esto el Atleti les lleva años de ventaja y de saber colocar jugadores por el mundo. Morata y Vitolo están colocados y algo rebajan, pero tampoco necesitan vender mucho más para poder cerrar la plantilla con dos o tres fichajes sin asomarse al precipicio. Además cuentan con la firmeza de un entrenador, que ha sido renovado hasta 2024 para disgusto de la prensa del régimen duopólico, Cholo Simeone que suele cumplir con los objetivos que le marcan desde el palco y de vez en cuando rasca un título frente a sus dos competidores.
Fichar será complicado o imposible
El Barça ha fichado, sí, pero no está garantizado que pueda cumplir con los contratos sin devaluar la plantilla. Con un Messi empeñado en ganar 100-150 millones al año, cualquier intento de dotar al club con un equipo competitivo parece imposible. Tienen que vender a los mejores jugadores, pues son los vendibles, y aguantar con cantera y una plantilla corta de efectivos. Nunca se puede hablar de antemano, pero los culés deberían ser conscientes de que van a pasar dos o tres años en los que no rascarán nada en Champions y en las competiciones españolas está por ver. Gracias a que el margen de calidad, debido al poderío económico sustentado en una deuda salvaje, es alto, igual no tienen problemas de estar entre los cuatro primeros. Igual se hacen con una copa, pero parece una plantilla muy descompensada para pelear una liga, más cuando Atleti, Madrid y Sevilla casi no van a cambiar lo que tienen. Además, los jugadores van teniendo un año más en las piernas en el caso de algunos baluartes y recambios para descanso no habrá. Esto es lo que dicta la lógica.
En el Madrid están empeñados en fichar a Mbappé, así sea al final de verano. Pueden estar todo lo empeñados que quieran, el jugador puede hacer todos los guiños que quiera –de hecho debe tener un ojo vago ya de tantos guiños como dice la prensa nacionalmadridista que ha hecho-, pero hasta el momento no han hecho ni un acercamiento con el PSG. Vamos que ni han preguntado por un supuesto precio. Los que dan son inventados. Desde los 80-100 millones, como mucho, que los chiringuiteros vendían en enero a los 180 millones que seguramente pidan.
Supóngase que se pagan 150 millones, más los cincuenta millones, siendo optimistas –no se crean a los que dicen que vendrá ganando menos que en el PSG por amor a los colores-, de sueldo al año en cinco años de contrato son 400 millones para calcular salario y amortizaciones (desconociendo cuantías de primas y demás) a cinco años. Son 80 millones al año que, a día de hoy, no encajan en el límite salarial madridista. Tenía razón Sergio Ramos cuando advertía a sus compañeros que no se bajasen el sueldo pues eso iba destinado solamente a hacerle hueco al francés. Cuando venden la moto del fichaje, que no es que no se desee, olvidan contar que deberán dar la baja a unos cuantos buenos suplentes y sustituirlos por canteranos o por nadie. De ahí que estén vendiendo, al dictado de FloPer, que Ancelotti es el mejor manejando a las canteras y bla, bla, bla. Devaluar el equipo en espera de tiempos mejores. Lo bueno es que puede salvar titulares y, gracias a las artes de Pintus, podrán pelear por algún título de mejor forma que el Barça.
¿Quiere esto decir que el Atleti ganará la liga? No. Pero sí muestra que las diferencias en España se van acortando y si hay algún despiste puede haber una chance. Aunque parezca increíble, en el Atleti –pues el dúo gobernante no piensa perder ni poner dinero- están haciendo las cosas mejor, a día de hoy, que los otros dos poderosos. Bueno, en realidad casi todos los equipos hacen las cosas mejor. En el caso del Atleti igual más por miedo que por vergüenza –nunca han demostrado tenerla-, pero hay plantilla para competir y con un entrenador que lo es todo para los atléticos –menos los cinco o seis que todos conocen (especialmente Gonzalito Miró)-. Hoy Madrid y Barça rememoran los malditos primeros ochenta (que al equipo blanco salvó la Quinta del Buitre) y sin posibilidad de mirar a los gobiernos para pedir árnica. En esto el Atleti les gana por la mano, luego el balón y el VAR pondrá a cada cual en su sitio.