O sus redes de poder son enormes y todos temen por sus empleos, o los medios de comunicación en España están llenos de cagados. No se puede entender que las asambleas de socios del Real Madrid se hayan convertido con el transcurrir de los años en un centro de difusión de mentiras y amenazas a los medios, y no hay ni un solo director de periódico que lo denuncie. ¿Se imaginan qué pasaría si Pedro Sánchez o Santiago Abascal señalasen a un medio, varios o el conjunto de la prensa? Todos sacarían editoriales (podrían leer éste de Diario 16 para aprender algo), hablarían de Jefferson (ya saben aquello de querer medios sin gobierno y no al revés) y estarían buscando para montar el séptimo Watergate.
Florentino Pérez, sin embargo, puede decir lo que le salga de sus partes que ningún medio de comunicación acaba señalando sus miserias. Dice que se va a quejar porque en Movistar son poco madridistas y que los medios les tratan mal y eso debe cambiar y ninguno le saca a colación aquello de contar la verdad. Bien es cierto que, al menos, dos medios están directamente sufragados por el mandamás que vive de los impuestos de los españoles. Pero ¿y el resto? Por mucho madridista sin cerebro que pueda haber en las redacciones y las direcciones de los medios, alguno habrá con dos dedos de cerebro y que no dependa del dinero del tito Floren. Al menos para ejercer la profesión con dignidad, esa misma que sacan a relucir cuando se les señala en otras ocasiones cuando inventan historias.
Además el discurso de Florentino es mentira
Lo curioso es que tenían en esta ocasión la oportunidad de ponerle la cara colorada al señor del ladrillo porque lo que viene diciendo es mentira. Una mentira completamente demostrable. Cierto que Kopa, Rial, Puskas y Gento no están para comentar los partidos del Real Madrid en Movistar, pero tener a Valdano, Maldini, Roberto Carlos, Benito, Torres y demás madridistas en plantilla comentando los partidos, los post-partidos, los pre-partidos y los resúmenes algo indica sobre la vertiente blanca de la plataforma. Por ejemplo, sólo como ejemplo, el Atlético de Madrid no tiene ningún comentarista y si lo hubiese no estaría “orgasmando” cada vez que juega su equipo. Todos los análisis de posibles penaltis, manos o polémica arbitral tienen siempre un recurso a una regla extraña o inventada para ser justificados, si son a favor, y salen hordas de demenciados a hablar de atracos, si han perdido/empatado por legal que sea.
Todos los medios son madridistas, hasta los catalanes cuando no hay disputa entre los dos monstruos; todos los medios lamen el culo del señor de ACS día tras día; todos los periodistas que cubren la información del Real Madrid son más forofos que Bernabéu; toda la información deportiva gira en torno a lo que hagan (así sea rascarse un huevo) los jugadores del Real Madrid o supuestos fichajes y ex-jugadores (¿alguien puede explicar racionalmente qué coño importa a los españoles las venturas o desventuras de un señor portugués?). No puede quejarse de apoyo y cobertura salvo que sea un totalitario o un demente, o las dos,
Ni títulos, ni Mbappé
Lo más probable es que todas esas quejas no sean más que una cortina de humo después de una temporada frustrante (al menos para el pensamiento unicelular de un madridista tipo). Ni un solo título. Ni una copa Núñez que diría Arús. Nada. Cero. Una mierda como un piano de grande. Eso es algo que no sirve para persistir en el discurso de la perfección de Florentino. De ahí el recurso a la amenaza mafiosa; el recurso al señalamiento de los injustos que deben ser quemados; el recurso a movilizar a todos los pistoleros de la Familia. Un año en blanco no sienta bien en la casa blanca.
Si a eso se le suma que, pese a haber sido abastecido por dinero proveniente del capitalismo de amiguetes, el padrino no ha conseguido ni fichar a Mbappé. Y cuidado que dieron la turra en verano, pero claro la prensa española tiene menos fuerza que la UGT con Franco más allá de las fronteras –aunque algunos piensen que no-. Ni a Mbappé, ni a Haaland, ni a Pogba, ni a nadie que realmente ilusione a la afición. La de dinero invertido en comprar un balón de oro para Benzemá, pese a no haber ganado nada –ni el pichichi-; la horas gastadas en convencer que Vinicius es Pelé; la de sueños frustrados diciendo que Camavinga es el sucesor de todos los mediocampistas que han existido; todo eso en balde. Por ello, Florentino tenía que despistar porque ni la nueva sandwichera epata las almas blancas.
Lo peor, con todo, no es que el tito Floren haga el mafioso, diga estupideces o mienta, el problema es que cuando se señala a la prensa de algo que no comete todos los medios traguen y se achanten. Luego venderán que son los garantes de la libertad y la democracia… ¡Ya!