Las relaciones diplomáticas entre República Dominicana y España tienen su origen en el Tratado de reconocimiento, paz, amistad, comercio, navegación y extradición de fecha 18 de febrero de 1855, mediante el cual España reconoció oficialmente la existencia de la República Dominicana como Estado independiente.
El primer representante diplomático de España fue Antonio María Segovia, investido con la calidad de encargado de negocios y cónsul general, siendo sustituido algunos años después, con la misma categoría, por Mariano Álvarez (1859). En lo que respecta a la República Dominicana, el primer diplomático acreditado en España como Enviado extraordinario y ministro plenipotenciario lo fue el general Felipe Alfau.
Interrumpidas las relaciones por la Anexión a España de 1861, y tras la restauración de la soberanía dominicana en 1865, no fue sino hasta el 14 de octubre de 1874, que la República Dominicana y España reanudan sus relaciones diplomáticas mediante la suscripción de un nuevo Tratado, cuya denominación y contenido es casi idéntico al que había sido suscrito en 1855.
En los años comprendidos entre 1900 y 1929, la República Dominicana y España suscribieron dos tratados, uno sobre arbitraje (1903), y el otro, sobre paquetes postales (1921).
En el último cuarto del siglo XIX, no obstante el restablecimiento de las relaciones entre la Republica Dominicana y España, la representación española en el país caribeño no tuvo categoría diplomática, sino consular.
En el período de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina (1930-1961), las relaciones diplomáticas entre la República Dominicana y España son elevadas al más alto nivel en 1948, al pasar las legaciones existentes a la categoría de Embajadas. La designación de representantes diplomáticos de España en la dictadura trujillista tuvo la categoría de encargados de negocios. En lo que respecta a la República Dominicana, los representantes diplomáticos en España tuvieron la categoría de enviados extraordinarios y ministros plenipotenciarios.
En el periodo comprendido entre la caída del dictador dominicano y el fallecimiento de Francisco Franco (1961-1975), la República Dominicana y España continuaron intensificando sus relaciones diplomáticas mediante la suscripción de varios convenios, sobre temas muy diversos como, el de la doble nacionalidad, el transporte aéreo, y la cooperación en el plano económico, financiero y en materia de turismo.
Tras el restablecimiento de la democracia y el inicio de la transición política en España, la República Dominicana y España intensifican los vínculos en el plano de las relaciones políticas y diplomáticas, mediante visitas mutuas al más alto nivel, así como la suscripción de nuevos instrumentos bilaterales.