Los pasos que se dan estratégicamente cuando ya se han convocado las elecciones tienen que estar muy medidos. Cuando no hay elecciones a la vista se puede actuar con cierta libertad, se pueden cometer errores, pero cuando ya se sabe la fecha electoral un error puede hacer ciento. Esto puede haberle pasado a Vox con su acto anti-trabajadores en Cádiz. Pensaron que, justo en la ciudad donde la lucha de clases ha sido más virulenta en los últimos tiempos (la huelga de los astilleros) y una de las más deprimidas por el paro estructural, podían llegar con su mensaje populista y su sindicato inexistente. Y no.
Un error dar el pistoletazo de salida de la candidata a ocupar el trono del Palacio de san Telmo sin haber contado con el fervor de las masas. Llevar a Cádiz a Santiago Abascal y Macarena Olona sin haber movilizado, con la seguridad de los cuadros medios del partido llenando autobuses, al personal suficiente para que se viese un gran lleno, es un error mayúsculo. Juan Manuel Moreno Bonilla debió sonreírse ayer porque sin necesidad de moverse ya los demás han cometido su primer error. No duden que mañana, cuando haya pasado el puente en Andalucía, Elías Bendodo moverá a sus columnistas de referencia para que la noticia del fracaso se expanda por toda la región.
¿Qué necesidad había de ir Cádiz?
A las gentes de Vox habría que preguntarles por la necesidad de ir a Cádiz sin haberse asegurado unos miles de personas. ¿Pensaban que los gaditanos iban a agredirles o a montarles el pollo y así sacar partido de una agresión? Si pensaron al así son más tontos de lo que se podría pensar. ¿En Cádiz? ¿En puente? ¿Personas van a dejar de ir a la playa para montar un pollo? Desde luego acaban dando la razón a los que afirman que en Vox no conocen Andalucía, ni su idiosincrasia. De hecho, con los golpes de pecho católicos que se dan y desconocen que es la celebración de las Cruces en buena parte de la región. Vamos que los andaluces estaban a otras cosas.
Es evidente que Sevilla estaba vetada por la celebración de ese mal gusto de sevillanía que es la Feria de Abril. Granada podría haber sido el destino de la presentación de Olona, en la provincia en la que es cunera y por la que lleva tiempo moviéndose, pero están a la playa o las Cruces. Almería, otra provincia donde Vox tiene fuerza, tres cuartos de lo mismo. Málaga podría haber sido un buen sitio para darle en los morros al dúo de san Telmo, pero no lo pensaron. Córdoba y Jaén no deben estar en el mapa de Vox como Andalucía. Y en Huelva no tienen realmente estructura organizativa suficiente y no llama la atención como la Cádiz de Kichi. Así que ellos solos se han dado un golpazo buscando algo que no habían perdido y no han podido encontrar.
Juan Espadas, un amigo, un siervo, un esclavo
Fracaso total en Cádiz –no lo leerán en los medios de derechas- con un discurso populista que no cala entre la mayoría de españoles, salvo en Madrid. Decir que Vox es el único que defiende al pueblo cuando se vota lo que se vota en el Congreso de los Diputados, pues no cuela. En Andalucía sin cierto toque andalucista no hay tu tía. No han estudiado y por eso no llenan. No deben preocuparse, sin embargo, porque tienen a Juan Espadas que más que presentarse por el PSOE parece un amigo, un siervo, un esclavo, parafraseando a José Luis López Vázquez.
Ayer mismo, justo el día en que Vox estaba metiendo la pata, Espadas ofrece una entrevista en la prensa nacional (El país) donde no tiene mejor idea que hacerle el juego a Vox. “Creo que Olona puede comerse a Moreno Bonilla. […] Trasladará el debate de política nacional, ella no va a hablar de Andalucía porque no es andaluza”. Comienza dando un puyazo al actual presidente, pero acaba cayendo en el ¿“racismo regionalista”? ¿Qué importa ser andaluz o no? Si tiene su residencia en Granada ¿queda excluida para participar en unas elecciones o para hablar sobre Andalucía? ¡Ojo a la tontería de Espadas! Con esto tienen en Vox media campaña ganada si se dan cuenta.
Vuelta al error de la dicotomía de buenos y malos
Espadas no tiene problema alguno en volver a sacar el elemento “no-movilizador” del peligro de la ultraderecha (en Francia no ha servido para un 42% de la población). Le cuestionan sobre el error que se ha cometido en Madrid y Castilla y León y él dice que en Andalucía no tiene por qué ocurrir así ya que “nuestra historia es diferente”. “Los andaluces tienen memoria y saben que la ultraderecha, que no reniega del franquismo, no puede ser la solución” acaba Espadas. La misma táctica que utilizó Susana Díaz –Espadas era muy susanista, cabe recordar- y que le ha llevado al programa de Risto y ver ganar al Betis la Copa del Rey, porque políticamente se acabó. Si a nadie le ha funcionado la táctica ¿para qué insistir y no lanzarse contra el PP cuya gestión es mala?
Está deseando Espadas pactar con el PP, igual hasta una gran coalición si le dejase Pedro Sánchez, pero esto da más votos a Vox. Pareciera que lo hace adrede. Lo mejor de todo es que, en la propia entrevista, acaba reconociendo que ciertas políticas del Gobierno nacional le perjudican en Andalucía. Eso sí, él es buen gestor, mucho más que los demás. Si Vox ha cometido un error mayúsculo en Cádiz, Espadas se lo ha corregido en El país. ¿No habrá algún tipo de pacto oculto entre ellos? ¿Por qué ese empeño entre una derecha buena (PP) y una mala (Vox)? ¿Por qué se olvida de ganar los cientos de miles de votos que podría por su izquierda o ganar a los abstencionistas?
Vox ha fallado por prepotencia. Espadas se equivoca por carencia de inteligencia. Moreno Bonilla podría vencer con mayoría absoluta si no habla. A la izquierda del todo no hay sino la nada de banderías y andalucismo islamista, racializado y subalterno. Este es el panorama para los andaluces a dos meses de las elecciones autonómicas. Para llorar. Una advertencia, no se crean las encuestas y más si son de empresas inexistentes. Se equivocaron con Vox hace casi cuatro años y lo van a volver a hacer. Como se van a equivocar con Unidas Podemos y el PSOE.