Como buenos súbditos del nacionalmadridismo poco han tardado Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo en volver a colocar la placa de la “rata belga”. A ellos que se insulte al Atlético de Madrid, como institución, se la trae al pairo. Siempre que el negocio funcione les da igual todo, incluso humillarse ante la prensa. Ellos tan sólo se preocupan de los números de la SAD, lo que representa en sí el Atlético de Madrid les da igual… hasta que deje de darles.
Cierto que la restitución de la placa, pese a la chulería etílica de Cerezo, llegaría. Pero como buenos perros falderos del nacionalmadridismo han tardado poco. Podrían haber dicho que es necesario hacerla o cualquier otra excusa alargando el tiempo. Total, en dos días eso iba a olvidar porque su verdadero equipo, el Real Madrid, fichará a Chochomeni u otro por el estilo y la placa se perdería en la letanía. En Julio se volvía a colocar, o no, y a otra cosa. Pero no, han tardado menos de veinticuatro horas.
Si lo han hecho porque piensan que así evitaban una revuelta, la estrategia es desde luego catastrófica. Han provocado mayor enfado de una afición que puede volverse contra el palco. La “rata belga” no es ni de los porteros más recordados del Atleti (salvo para los neoatléticos que no han visto a Madinabeytia, Abel, Reina, Marcel Domingo…), no había necesidad de hacer ese acto de chulería. Porque la SAD es suya (sin haber puesto un euro y sin pasar por prisión por la prescripción del delito), pero el Atleti no.
El Atleti es su afición, su gente, no los dos prescritos. Tampoco son sólo los abonados. Ni los dirigentes de peñas que hacen la pelota para que les dejen poner tres pancartas o les inviten a seis canapés. El Atleti es cualquiera que sienta sus colores independientemente de su vínculo a Gil y Cerezo. Pueden tener controlados a los medios de comunicación que dan noticias del equipo (en alguna ocasión Gil ha logrado despedir a algún plumilla), algunos parecen madridistas incluso, pero la afición va más allá y comienza a estar bastante mosqueada.
Eso de estar diez años seguidos en Champions y no poder fichar un jugador medianamente bueno, salvo que haya algún chanchullo (Mendes Factory) entremedias, clama al cielo. No se llega a la los tiempos de Nimni, Maguy, Pato Sosa, pero porque Cholo Simeone no les deja. Porque ganas no les faltan. Que siendo de los mejores ocho equipos de Europa no puedan cerrar un lateral o un medio francés, es señal de que las cuentas están mal porque son unos gestores nefastos. Y no tienen la valentía de enfrentarse a Tebas, por ejemplo, para que el reparto se haga mejor o se gane más dinero. A tragar y subir en la Forbes.
Este mismo año, no han salido a defender al equipo de arbitrajes infames. Cuando desde la prensa inglesa se ha insultado al equipo, ha sido la propia afición la que con toda la ironía del mundo se ha hecho camisetas (con el escudo y no con el logo) de “Mad, bad and dangerous”. Cuando la prensa nacionalmadridista criminaliza al equipo, mandan a Gonzalito a hacer el tonto en las televisiones. Hacer el tonto es meter mierda contra Simeone y vender que el Atleti tiene una plantilla como nunca en su historia (tienen menos sangre que uno de los pelos del bigote de Leal). Y para colmo pasan los cobros de las cuotas de socios y de los abonos cuanto antes, no vaya a ser que se arrepientan.
El problema es que la “marca Atlético de Madrid” no sólo se sustenta en lo deportivo. Sin masa social (esos millones de rojiblancos que hay por todo el mundo), las camisetas la iba a comprar su madre (y por hacerles el favor). Hablando de camisetas. ¿No se han dado cuenta que cada año son más horrorosas y más cutres? Sí se han dado cuenta pero no tienen valentía para enfrentarse a la gente de Nike (y que en marketing y comunicación deben tener a madridistas trabajando), les da igual que pisoteen la imagen del equipo porque se creen intocables. Y puede que ya no haya parapeto.
Les salva que está el Cholo sacando las castañas del fuego. Pero si toda la masa social decide darles la espalda ¿va a seguir teniendo la SAD el valor que tiene? Pensarán que si hay bajas de abonados ganarán más vendiendo entradas… o no. Nadie garantiza eso. Miren lo que le ha pasado al Barça por vender entradas a turistas, una mala temporada y te quedas con el estadio vacío. Cada vez más atléticos miran con desprecio al palco y están más cansados por todas las que hacen. Se están jugando el pescuezo y ni la prensa que escribe a su dictado les va a poder salvar. Ya no será el “Gil, cabrón, fuera del Calderón” pero seguro que alguna rima se encuentra. Igual la chulería de Cerezo se acaba cuando vea peligrar el valor del equipo.