Si el pueblo dominicano se hiciera caso de las fake news y de la propaganda basada en los principios de Joseph Goebbels que transmiten las facciones de Leonel Fernández y del PLD, pensaría que vive en un país más destrozado que Ucrania.
Sin embargo, la ciudadanía de República Dominicana no es en absoluto nada simple y la realidad que ha impuesto el nuevo estilo de gobernar de Luis Abinader está provocando que en diferentes sondeos el presidente esté logrando una mayoría más amplia respecto a los partidos de la oposición populista que la que obtuvo en las elecciones presidenciales de 2020.
En aquellos comicios, la candidatura del Partido Revolucionario Moderno (PRM) logró un 52,52% de los votos. Por su parte, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) obtuvo un 37,46% y Fuerza del Pueblo (FP) un 8,90%.
Se acerca el ecuador del mandato de Abinader y la gestión está empezando a dar sus frutos. De ahí los ataques populistas y basados en fake news de una oposición que se está desmoronando. Las del sondeo RD Elige del Grupo RCC Media así lo confirmarían:
Como se puede comprobar en dicho sondeo, Luis Abinader arrasaría a una oposición que se está acercando peligrosamente a los niveles de populismo de acorralan el desarrollo , la libertad , la dignidad y la igualdad real de otros países adyacentes del mundo, en general, y de Latinoamérica en particular.
Abinader afrontó con responsabilidad, espíritu democrático y con transparencia varios retos tras asumir la Presidencia de la República Dominicana. En primer lugar, la pandemia global que había cerrado el turismo, uno de los sectores más importantes de la economía del país. Abinader respondió con una estrategia de vacunación y de creación de espacios «Covid-19 Free» para que los turistas internacionales supieran que República Dominicana era un destino seguro. Y lo consiguió al colocar al país en la vanguardia de la recuperación mundial del sector, hecho que ha tenido una trascendencia en la calidad de vida del pueblo dominicano.
Abinader llegó a la Presidencia con la promesa de cambio y lo está haciendo, incluso con un escenario geopolítico y económico internacional adverso por las consecuencias de la pandemia, la crisis energética y de suministros, y la guerra de Ucrania.
El presidente dominicano ha modificado las políticas económicas basadas en el populismo y el oportunismo del PLD y está transformando al país en una referencia económica tanto a nivel regional como continental. Los datos de crecimiento publicados por el Fondo Monetario Internacional así lo corroboran. Además, Abinader está teniendo que hacer frente al endeudamiento irresponsable dejado por sus antecesores, Leonel Fernández y Danilo Medina, y, aun así, la gestión que se está desarrollando ha incrementado ya el poder adquisitivo del pueblo.
Esta estabilidad de la economía, además de otros factores sociales, es la que está permitiendo que cada vez que el presidente dominicano realiza un viaje internacional vuelva con las alforjas llenas de nuevas inversiones o de proyectos que, una vez implementados, repercutirán en una mejora sustancial de las condiciones de vida de la gente.
Otro de los factores que sustentan las cifras del sondeo de RCC Media y el aval del pueblo dominicano a la gestión de Luis Abinader es la reducción de las cifras de pobreza muy por debajo de los datos que dejó el PLD tras 16 años en el gobierno. Estas cifras están avaladas por organismos internacionales como Naciones Unidas.
A todo lo anterior hay que añadir las profundas reformas que se están implementando, incluso a nivel constitucional, para, sobre todo, luchar contra la corrupción y la impunidad, estrategias que van desde la reforma absoluta de la Policía Nacional hasta la independencia del Ministerio Público para que evite la impunidad de determinadas figuras que hasta ahora se habían librado de la mano de la Justicia.
La voz del pueblo es la que dictamina el futuro de los países y, en República Dominicana, cuando sólo han pasado dos años desde la investidura de Luis Abinader, la ciudadanía lo tiene claro. No quiere populismo, no quiere mentiras. El pueblo quiere hechos y el nuevo modo de gobernar de Abinader está basado, precisamente, en lo que el pueblo exige de sus representantes políticos: hechos.
