La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27, que acogerá Egipto en Sharm El Sheikh, del 6 al 18 de noviembre, será un momento clave para limitar el calentamiento global muy por debajo de 2º y trabajar duro para mantener vivo el objetivo de 1,5º. Esto requerirá acciones audaces e inmediatas. Será necesario un mayor grado de ambición de todas las partes, en especial entre quienes están en condiciones de hacerlo y aquellos que pueden predicar con el ejemplo y lo hacen.
La Unión Europea está fomentando en estos momentos, activamente, la evolución hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono y actualiza su normativa para facilitar las inversiones públicas y privadas que requiere la transición hacia las energías limpias, en especial tras las consecuencias de la Guerra en Ucrania y las restricciones de gas ruso.
La transición hacia un modelo bajo en emisiones de carbono tiene como objetivo crear un sector energético sostenible que estimule el crecimiento, la innovación y el empleo, al tiempo que mejora la calidad de vida, amplía las opciones disponibles, refuerza los derechos de los consumidores y propicia, en última instancia, el ahorro en las facturas domésticas. Y en este escenario, el fomento de las energías renovables y la mejora de la eficiencia energética resultan fundamentales a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y dar cumplimiento a los compromisos del Acuerdo de París.
Al otro lado del Atlántico, el Gobierno de Luis Abinader, en República Dominicana, toma con gran acierto esa misma senda que Europa. De hecho, una de sus metas es que para el 2025, el 25% de la energía que se venda a las distribuidoras eléctricas en República Dominicana proceda de energías renovables no convencionales y para el 2030 sea el 30%.
En el país existen ya más de 800 megavatios de fuentes renovables, y hay alrededor de 580 megavatios en proceso de instalación, que llegarán a la red eléctrica a finales de este año, y otros a principios del 2023.
La cantidad de solicitudes de concesiones provisionales y definitivas de proyectos de energías renovables que han llegado a la Comisión Nacional de Energía es bastante notable, algo que se debe a la confianza que garantiza el Gobierno dominicano a los inversores.
En los próximos años se prevé que se produzcan miles de megavatios de energías limpias en República Dominicana, fundamentalmente solar fotovoltaica y eólica.
Los datos y los hechos son tozudos. En lo que le compete, en materia de energías limpias y mitigación del calentamiento global, el Gobierno de Luis Abinader, una vez más, demuestra que es capaz de gobernar para las dominicanas y dominicanos cuidando de su calidad de vida, en este caso, a través de esos proyectos que mejorarán el sistema de transmisión eléctrica del país para garantizar la estabilidad del servicio.
Esta forma de hacer política energética de Abinader contribuye a reforzar aún más su liderazgo. Recientemente lo ha vuelto a demostrar al recibir, junto a la secretaria de Estado de Comercio de España y presidenta del ICEX, Xiana Méndez, a empresas españolas y mostrares las oportunidades de inversión y cooperación empresarial que ofrece República Dominicana, en el marco de sus planes de desarrollo nacionales en los sectores de agua, saneamiento, energías renovables y tecnología agrícola.
Y es que la emergencia climática y todos sus aspectos no es ajena al Gobierno de República Dominicana y al plan de gobernanza de Luis Abinader, siempre al lado de los Estados que apuestan por un futuro sostenible para su ciudadanía.