Alain Finkielkraut es un filósofo francés de bastante renombre surgido de aquellos Nuevos Filósofos que se oponían a sus maestros “marxistas”. Venían a cambiar la filosofía francesa y la verdad es que no cambiaron muchas cosas pues fue a peor, pero algunos viven muy bien del buenismo, como Bernard-Henri Levy (quien ya ha aparecido por la franja de Gaza para ver si rasca algo). Finkielkraut ha llevado una carrera más académica sin dejar de escribir en los medios de comunicación o participar en debates mediáticos. Calificado de reaccionario por sus contrincantes, ahora ha querido dar un repaso a unos cuantos.
Finkielkraut es hijo de judíos polacos que se salvaron del Holocausto aunque siempre ha sido bastante crítico con ciertas acciones del Estado de Israel. Benjamin Netanyahu nunca le ha gustado, ni por las formas, ni por el fondo. Hace tiempo, en un libro entrevista (En primera persona, Ediciones Encuentro) , señaló que había que hacer caso a las resoluciones de la ONU respecto al conflicto israelí-palestino. Lo que no es óbice para que ataque las acciones terroristas de Hamás, Hezbolá o cualquier otro. Del presidente israelí ha dicho claramente que no pretende ni gobernar, ni traer la paz sino que tiene otros pensamientos bastante oscuros y negativos incluso para los judíos. «Un dirigente catastrófico» ha afirmado.
Tras el ataque de Hamás a Israel, el primer ataque se entiende, Finkielkraut ha sido muy duro con el dirigente de la Francia Insumisa (el Podemos/Sumar francés), Jean-Luc Mélenchon, por sus declaraciones de apoyo a Hamás. «Todo está bien, incluso la judeofobia, para conquistar y conservar el voto del ‘nuevo pueblo’. La Francia Insumisa no es más que la Francia sumisa al islam radical» expresó en una entrevista con Mathieu Bock-Côte. Añadió lo siguiente: «El antirracismo se ha convertido en la coartada ética para el salvajismo del mundo. Mélenchon depende del ‘gran reemplazo’ para llegar al poder. La Francia Insumisa acepta todo, incluso el antisemitismo. Es repugnante. Despertemos». Tampoco ha dejado de señalar al Partido Socialista, aunque Anne Hidalgo ha criticado con dureza a LFI, por no romper la alianza de partidos (NUPES) que tienen.
Reconoce que Netanyahu no va a aceptar dos Estados pero tampoco cree que Hamás vaya a quererlo, no dejan de ser islamistas: «En un mundo ideal se podría imaginar negociaciones con Hamás. Simplemente no es posible, no es su voluntad, nunca lo será». Al fin y al cabo, el ataque no ha sido sino un intento de romper la normalización de relaciones entre Arabia Saudí e Israel. Para Finkielkraut «la única misión de Hamás, desde su creación, es destruir Israel, no obligarlo a abandonar los territorios ocupados».
Y quien dice Hamás dice cualquier tipo de islamismo radical como el que está asentado en todos los países europeos. Los Gobiernos, abusando del derecho de asilo, están dejando entrar en sus países a la “quinta columna islamista”, contando con el apoyo de parte de la población local, algo que le sorprende aún más. Normal que afirme que «Francia está pagando el precio de su laxismo migratorio». Se están importando, ha llegado a decir, los progromos en la sociedad francesa. «Llegamos a pensar que el control de fronteras es un acto racista. El Estado necesita una frontera, el Estado necesita un muro, esto no es un ataque al Estado de derecho».
Y claro, en todo esto, faltaba el papa Francisco. Como le gusta ser el perejil de todas las salsas ha recibido lo suyo. «Estoy estupefacto por las posiciones del Pontífice, que no se preocupa por Europa y en nombre de la hospitalidad incondicional aprueba la desaparición prevista de la civilización europea, exactamente lo contrario de sus predecesores: Juan Pablo II y Benedicto XVI. Nunca condenó adecuadamente la invasión rusa de Ucrania y ni siquiera quiso tomar en consideración la realidad de la violencia islamista. Para mí el papa Francisco está ahora totalmente desacreditado y representa una catástrofe para la Iglesia y para Europa» ha recogido el Huffington Post italiano.
Si ustedes piensan que en esta columna hay críticas para todos, con cierta mala leche, lo del Finkielkraut es para aprender de un maestro. No ha dejado títere con cabeza en la última semana.