Anda preocupado Bieito Rubido en endosar a todo el PSOE la porquería que está saliendo, normal que así no se percate de las mentiras de sus columnistas y redactores —como vienen demostrado en redes sociales día tras día—, cuando la realidad es bastante más tozuda, toda la porquería sale del mismo núcleo sanchista. Los fieles, amigos y familiares de Pedro Sánchez son los que están enfangados hasta los sobacos.
Es habitual, que no normal, que haya algún núcleo de corrupción en los grandes partidos —porque son los que más tiempo están en puestos de poder. Ora el PP valenciano, ora el PSOE andaluz, ora el PP madrileño de Esperanza Aguirre, ora el alcalde de aquella población donde el PSOE lleva gobernando décadas. Incluso dentro de esos núcleos hay numerosos grupúsculos limpios, no todo el PP valenciano era corrupto (aunque había bastante), ni todo el PSOE andaluz estaba implicado en los EREs. Como tampoco todo el PP ha sido culpable del caso en tramitación de la policía política.
En el caso actual toda la porquería, que incluye la mala gestión, los insultos o las capacidades limítrofes de ministros, es puro núcleo sanchista. No busquen en el PSOE aragonés, ni en el asturiano, ni en el castellano-manchego… es todo puro sanchismo. Todo el grupo de genuflexos al ser todopoderoso. Koldo García era el machaca principal de Sánchez y algunos que están ocultos en Moncloa. Era el esbirro para esto y lo otro de Santos Cerdán. Era el acompañante para todo del exministro José Luis Ábalos. Todos sanchistas de pro. Sanchistas pata negra.
El tipo de los insultos, la bronca y la poca capacidad intelectual, el ministro Óscar Puente, es sanchista de los buenos —o ¿han olvidado que fue portacoz del PSOE en la época buena?—, como lo es el personaje que ha arruinado Correos (que ya era complicado) como Juan Manuel Serrano —ahora director general de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seitt), con lo que ya se pueden esperar socavones en carreteras y trenes descarrilados. La mininistra de Educación, Pilar Alegría, no era sanchista, pero se ha arrodillado tanto y de forma tan buena que ha conseguido llegar a la más alta cota de la incompetencia siguiendo el clásico principio de Peter. Neosanchista pero mucho más radical que el resto si hiciese falta.
Y ¿qué decir de la familia? Begoña Gómez parece que ni está casada con el presidente del Gobierno para la prensa del régimen sanchista. Pero, curiosamente, se junta con empresarios de la aviación y salen beneficiados. Firma avales para subvenciones y los requisitos son eliminados para esas empresas. Sin tener ni carrera accede a cargos universitarios. Y todo, según nos quieren hacer creer, sin obtener beneficio alguno y sin que intervenga Narciso. El hermano, a quien nadie le ha visto capacidades musicales más allá de haber terminado la carrera, acaba de asesor del Teatro Real y cae una subvención.
Todo porquería y suciedad alrededor del sanchismo. Destroza el partido —paradójicamente muchos de los engañados siguen aplaudiendo aunque ya no tengan la democracia interna de antes—, coloca a sus amigos en puestos de muchos ceros —el chofer de sus años como secretario general y no presidente es el jefe de seguridad de la SEPI—, tiene asesores como si no hubiese un mañana sin notarse los resultados y existe una gran sospecha con Marruecos. Y nada de esto, nada, tiene que ver con este o aquel grupo del partido. Ni familias quedan. Solo sanchismo y militantes disgregados y asqueados, en muchos casos. Es la podredumbre hecha político.
Todos los partidos intentan colocar a las gentes que se dejan la piel por el partido en cargos donde ni haga mucho, ni tenga posibilidad de destrozar algo, pero lo del sanchismo es contrario a cualquier lógica. Le da igual que destroce una empresa pública, o dos porque lo de RENFE es también para analizar; que se forren o que se consigan prebendas para los amigos de su esposa.
Es tal el descaro con el que actúa que pone en bandeja de plata a quien llegue después para hacer lo mismo y terminar de destrozar el sistema. Que no es el mejor sistema, entre otras cosas porque ha permitido a tipos como este llegar al poder, pero es bastante más aceptable que otros. Una bicoca comparado con lo que tiene el Narciso en la cabeza. Stalin sería un mierdecilla en comparación. Eso sí, este desastre lo pagará todo el PSOE, comenzando por el vasco.