Hoy, lunes 3 de junio, la mayoría de medios de comunicación les intentarán guiar con sus encuestas electorales para las elecciones dominicales del día 9. No se deje engatusar. Ni por los medios, ni por los partidos, los cuales están en campaña electoral nacional, bien porque saben que lo “europeo” es un engaño; bien porque sus incapacidades son tales que deben seguir con el raka-raka. La realidad es bien distinta a lo que muestran estos canales de influencia, ni elegir a hunos u hotros beneficia más o menos a España, ni el Parlamento europeo sirve para mucho.
Aquí se les quiere animar para que acudan a votar. Hay que ir a votar en masa en domingo 9. Cuestión bien distinta es que estén obligados a votar a los de siempre. Si en las elecciones del domingo hubiese una participación cercana o superior al 70% y los partidos que enfangan y engañan diariamente no obtuviesen más del 50% de los votos conjuntamente, la señal del pueblo español sería ineludible para partidos y, especialmente, para los opinadores, los palmeros de los medios, y para todos esos que no hacen otra cosa que defender los intereses de los menos frente a los intereses de los más sin más argumento que la salvación del sistema. Si ustedes acudiesen a votar con mala leche estarían diciendo que el sistema es válido, en parte si lo prefieren, pero no con estos zangolotinos.
Como el parlamento europeo no es más que la residencia de amigotes, inútiles y prejubilados de los partidos clásicos; un verdadero nido de grupos de presión; la rama legitimadora del verdadero poder (la Comisión); no es imposible llenarlo de otro tipo de partidos o personajes. De hecho, las elecciones europeas son las más adecuadas para la protesta sin que ello pudiese perjudicar al propio votante. Si usted decide votar a un señor con cuernos en la cabeza no va a cambiar nada allí, aquí podría ser nefasto. Así se evitarán, además, tener que aguantar a los eurodiputados cuando están por España intentando convencer al personal de que su acción es tremendamente importante y que guardan una especie de oráculo personal indescifrable para cualquier mortal. Sonrojante cuando lo hacen en zonas rurales en las cuales tratan a los ciudadanos como idiotas. Una forma como otra cualquiera de esconder que no pintan nada.
Si a usted no le gusta Pedro Sánchez, lo que no es extraño, no tiene por qué votar al PP. Así no le hace daño. Tampoco si vota a Sumar o Podemos. Si quiere hacerle daño puede votar a CRT o a Izquierda Española, según sea más radical o más moderado. Si vota a IE le saldrán sarpullidos al presidente del gobierno. De hecho, si había un partido molesto —no una persona, que de esas ha habido muchas molestas al egocentrismo monclovita— ese era Ciudadanos. No soportaba que le estuviesen quitando la posibilidad de desarrollar su verdadero discurso. Hizo todo lo que pudo por cargárselo, incluyendo convencer a los poderes fácticos para que les quitasen su apoyo, para llevarse esos votos… que se fueron a otro lado. Izquierda Española no representa un discurso que le guste a Sánchez, entre otras cosas porque carece ya de discurso, pero eso de situarle a un partido socialdemócrata frente a sus narices ¡ufff! ¡Dolor, mucho dolor!
Si usted se considera muy de izquierdas y se siente traicionado por Podemos, Sumar, la IU garzopodemita siempre podrá votar a CRT, al Frente Obrero, al Partido Feminista o al PCPE. Sí el FO es una mezcla extraña entre nacionalismo y comunismo con tufillo al fascio, pero ¿qué mayor daño se podría hacer a todos esos pijos urbanitas que dicen ser de izquierdas y huyen en cuanto ven a un trabajador? De hecho, eso de trabajar, de vender su fuerza laboral a otro ni saben qué es. Si eligen al Partido Feminista estarían dándole una patada en los huevos lesbianos a esa banda de wokistas queer.
¡Ah, no que usted quiere joder al PP! Entonces también hay un amplio abanico. Está cansado de que el partido que comanda Alberto Núñez Feijoo sea lo mismo que el PSOE con matices; si está cansado de ser engañado por una empresa política donde primero están los cargos públicos y luego los ciudadanos; si está aburrido del capitalismo de amiguetes que utiliza sus impuestos para financiar a las empresas de los amigos, sea Florentino Pérez, sea cualquier empresario local; la primera en la cara es sencilla: Vox. Si Vox se igualase o superase al PP en las europeas sería un guantazo enorme. El problema es que Vox es de mucho ladrar pero acabar cobijándose en los brazos de los poderes fácticos de siempre. Como el PSOE no es opción para usted, igual debería votar a Ciudadanos (siguen existiendo). Imaginen la cara de Feijoo si Cs sacase seis diputados.
En el caso de Vox, si usted no quiere volver a votar al PP o a Cs, les queda poco, pero siempre está Falange Española o el Frente Obrero. Porque votar al “ardillas” no sería dañar a esos partidos sino darle un aforamiento a un tipo que va a acabar en la cárcel por mentiroso e injurioso, además que garantizarle un buen salario cinco años. Se puede votar con mala leche pero no con inconsciencia. Y si ya le da igual todo, mire, siempre puede votar a algún partido comunista de esos mil que se presentan. ¿Se imaginan al PCPE con tres eurodiputados?
De lo que se trata todo esto es dar un guantazo en la boca a los partidos del sistema sin negar legitimidad al sistema en sí. No es derruir todo sin alternativa sino poner en su sitio a todas esas empresas políticas de bocabajos. Con un 70% de los votos y con los partidos clásicos en menos del 30-35% daría igual quienes tuviesen la representación realmente. Los nacionalistas sacarán lo mismo, pero no es lo mismo ir acompañados de los pelagatos de siempre, esos con los que se compadrea en Bruselas, a personas desconocidas y con ganas de jaleo. Voten y háganlo con toda la mala leche que puedan. Aunque es casi imposible que en sus cabezas entre este tipo de rebeldía porque los aparatos ideológicos del sistema son potentes.