En España hay manifestaciones todos los días. Es un derecho constitucional y una de las formas que tienen las mal llamadas democracias para soltar gas del descontento social. Lo habitual es que acudan a este tipo de expresiones de descontento las gentes interesadas en el tema, cuando versa sobre una cuestión concreta, o una masa no uniforme cuando el tema del descontento versa sobre una preocupación general. Nada que objetar a todo ello. El problema es cuando las manifestaciones son siempre de los mismos para las mismas cosas, entonces ya no acude nadie o muy poca gente por mucho que desde distintos medios de comunicación se le haya dado toda la publicidad del mundo.
La última ocurrencia en forma de manifestación tuvo lugar ayer en Madrid. No se sabe si era para salvar España (¿necesita ser salvada?, ¿de quién?), para echar a Pedro Sánchez, para algo relacionado con Venezuela o todo a la vez y sin sentido. Casi que la última opción es la buena. PP y Vox apoyaron la manifestación y por eso hubo muchas banderas de España y muchos carteles con insultos al presidente del Gobierno. Llegando incluso las gentes de Pie en pared a solicitar que Sánchez abandone Europa. Los muy demócratas, eso dicen, quieren enviar a algún tipo de exilio lejano a un presidente elegido de forma democrática y al que el Congreso puede controlar. Si no cumple esa función el parlamento no es por una dictadura inventada sino por la manifiesta incapacidad de la oposición para ejercer ese control.
Paradojas de la vida, la “manifa” de ayer estaba convocada por la Plataforma de la España Constitucional, la cual tenía el apoyo de otras 100 asociaciones y plataformas. Vamos que no es una cosa de cuatro fachas exaltados sino que había mucha sociedad civil detrás… ¿o no? La realidad es que viendo los nombres de las asociaciones y de quienes forman parte de ellas, se asemeja a cuatro exaltados que a un gran movimiento social. Alejo Vidal Cuadras está en cuatro o cinco directivas de esas plataformas. Marcos de Quinto también. Esperanza Aguirre, más conocida por sus problemas con las ranas, ídem de ídem. Juan Carlos Girauta, jefazo de unas cuantas. Y así hasta llegar a asociaciones de venezolanos, monárquicas, de un tipo que defiende Cartagena y alguna vinculada al Yunque, a Vox y al buenismo (por Gustavo Bueno) inilustrado.
Como dice el titular un claro yo, mi, me, conmigo. Cien mil asociaciones en las que todos forman partes de todas. Vamos como en los tiempos buenos del PCE que se presentaba con no se cuantas asociaciones detrás pero que eran todas del Partido. Luego van diciendo que si está todo lleno de comunistas y los primeros comunistas, al menos en la praxis, son ellos. Por tanto, una manifestación que convocaban los cabreados habituales, los distribuidores de bulos más conocidos y los exaltados que todavía tienen tribunas en medios de comunicación. Normal que acudiesen cuatro amigos y una cabra (por aquello de la legión).
¿Con esto piensan derrotar y hacer dimitir a Sánchez? Para ello, lo primero, es quitar ranciedad a los mensajes y las personas que acuden. En España hay muchas personas de izquierdas (socialdemócratas, comunistas clásicos, católicos esperanzados…) que están tan cabreados con el gobierno del narcisista como estos que se han reunido, pero si están gentes que en comparación lo tradicional y lo reaccionarios son extrema izquierda, pues no van a apoyar. Si quienes convocan la manifestación quieren destruir España con otra fórmula distinta, pues no van a acudir, ni apoyar. Si quienes están detrás de la manifestación no tienen más alternativa que el insulto, la corrupción pepera, el amiguismo (capitalismo de amiguetes al cuadrado) y el cercenar la libertades frente a la bandera sacrosanta de España y una Biblia bajo el brazo, pues no van a apoyar.
Esto analizando lo que cada asociación pone en sus distintas páginas web. Porque si hay que ir a lo que han dicho en los discursos, más bien parece que se quiera salir de una supuesta dictadura para acabar en otra de no muy distinto color (aunque no lo quieran reconocer todos son hijos del liberalismo postmoderno) pero en la que gobiernan “los míos”, pues no. Vidal Cuadras gritando que Sánchez no tiene alma, ni conciencia y es un traidor a sus compatriotas. De Quinto calificando de “tirano” al presidente que «nos roba nuestro dinero, nuestro país y nuestro futuro delante de nuestras narices», por lo que hay que parar el golpe de Estado que está perpetrando.
El ex-fiscal Ignacio Gordillo se quejó de la rebaja de condenas a los etarras, lo que no muestran las imágenes es que lo hizo mirando a Santiago Abascal y al monaguillo de Ayuso que estaban por allí y votaron a favor. Luego salieron dos grandes expertos en Ciencia Política, Economía y Sociología como Albert Castillón y Carlos Cuesta para advertirnos a todos los españoles de la pérdida del futuro de sus hijos (que ya serán mayores) y el totalitarismo que se está imponiendo. Para rematar la faena, un venezolano, Miguel H. Otero comparaba a Sánchez con Nicolás Maduro y el peligro de venezuelización de España.
No hay discursos más alejados de la realidad que esos. Pueden servir a sus intereses populistas, de división social, de encabronamiento, pero ¿realmente piensan que en España está pasando todo eso y que es un Estado fallido? Si lo hacen es mejor alejarse de estas personas cuanto antes, aunque solo sea por prudencia. Si no lo hacen no van a conseguir el objetivo de echar a Sánchez. Al final son cooperadores necesarios del sanchismo y todo porque entre todos no juntan un cerebro medio formado. Y eso que han leído mucho, saben mucho y tienen muchos títulos, pero carecen de capacidad analítica mínima. Les puede lo ideológico, cuando paradójicamente dicen luchar contra la ideología gubernamental.
Cualquiera escucha lo que se ha dicho en los discursos de la manifestación y lo que hay en las webs de las asociaciones convocantes y no es capaz de adivinar cuál es la alternativa. Hay unos que quieren cambiar la ley electoral. ¿Por cuál? Por una que no sea la actual (¡Con dos cojones u ovarios!). Están los de la batalla cultural (término comunista, por cierto) cuya alternativa no se sabe si es un liberalismo libertario, un joseantonismo liberal o la dictadura del empresariado con un rey como jefe del ejecutivo. Gentes raras en general porque ¿cambiaría usted a Sánchez por De Quinto, Girauta, el Yunque o la reencarnación de Margaret Thatcher?
Si el sanchismo ha de caer será con un proyecto para TODOS los españoles, lo primero. Con personas que no den asco y no pertenezcan a la dirigencia de cualquiera de las dos organizaciones criminales (PP y PSOE) actuales. Y buscando el diálogo, el debate y no la confrontación asalvajada. Porque si hay que ir por la vía salvaje hay ideas mucho mejores, pero a toda la casta, porque los que están de estas asociaciones son casta, no les iban a gustar.