Hubo un tiempo en que los sorteos de las competiciones no se parecían en nada a cualquier programa cutre de televisión (la mayoría). Llegaba el secretario del organismo, como mucho presentaba a alguien que ejercía de “mano inocente”, pero sin necesidad de entrevista o lamida de culo, se sacaban las bolas, frías y calientes, y a otra cosa. Hoy no. Hoy se tiene que hacer el tolili, montar un espectáculo y exagerar hasta lo extremo… ¡¡¡a horarios que la gente normal trabaja!!!
La cosa rara del acto del sorteo de semifinales de la Copa del Rey, de España, ha tenido la presencia de un mago, Carlos Fortuna. Ha hecho sus trucos, ha intentado ser gracioso y ha jugueteado con las “manos inocentes”, que de inocentes tenían poco porque habían jugado en alguno de los equipos semifinalistas. Tras estos fastos inútiles, la diosa Fortuna ha emparejado a la Real Sociedad con el Real Madrid y al FC Barcelona con el Atlético de Madrid. Parece cosa de brujas.
Ya en la anterior ronda quedaron los equipos, casualmente, emparejados con aquellos de más proximidad. Casualmente (guiño, guiño) algunos de esos equipos estaban jugándose puestos en la Chapions: el FC Barcelona quedar primero o segundo; el Atlético de Madrid entrar entre los ocho primeros y evitar la ronda de dieciseisavos —¿quién ha sido el inútil (o inútiles) al que se le ha ocurrido llamarla play-in o play-off?—; y el Real Madrid, en realidad el equipo blanco no se jugaba nada porque las opciones que le daban algunos estadísticos de la nada eran menos que las que tiene un español en publicar una novela en una gran editorial antes que un sudamericano. Causalmente no tuvieron que viajar.
Ahora llegan las semifinales y las brujas vuelven a hacer de las suyas. El supuesto peor equipo, eso dicen algunos, le ha caído en suerte al de siempre, el equipo del centro mundial del mal. Barça y Atleti se jugarán la otra semifinal. Además, casualmente el equipo de los iluminati mundiales jugará la vuelta en casa. En la otra es el Atleti. Las brujas mágicas han hecho su trabajo nuevamente. Pareciera que Rafael Louzán quisiese, como buen madridista, una final entre los clásicos contendientes de los últimos años. O como mal menor un derbi. Eso parece o ha sido cosa de las brujas mágicas que siempre tienen esa tendencia a emparejar las cosas del mismo modo.
Igual se encuentran con una final que no quiere nadie. De esta forma se podría vengar el atraco del recientemente fallecido Ramos Marco al Atleti en una final idéntica. Igual se podría repetir el atraco con Gil Manzano, que es otro que tela. Pero las brujas mágicas ya utilizarán sus sortilegios para eso no suceda. Y Louzán también (¿de quién depende el Fiscal general? Pues eso). La verdad es que en la federación española de fútbol siempre se producen casualidades, aunque no hay que dejar de sospechar que las brujas mágicas hacen bien su trabajo. Es la alianza con el mal, al fin y al cabo.
Post Scriptum. Sí, existe una comedia española con ese mismo nombre y a algunos equipos se les está poniendo cara de Antonio Ozores.