Pese a vencer en las elecciones de Castilla y León, los peperos no se encuentran  cómodos, no están plenamente satisfechos y en la calle Génova había más caras de funeral que de alegría. Han querido hacer una ayusada y se han quedado como estaban. El mismo porcentaje de voto que las últimas elecciones, sin mayoría y con Vox exigiendo lo que no habían hecho hasta ese momento… Algo que no esperaban en el PP porque, uno, se piensan que los demás son idiotas; dos, no escuchan, ni leen a las gentes de Vox; y, tres, creían que todos los votantes de Ciudadanos serían para ellos (prepotencia).

Pablo Casado salva el cuello por unos meses más pero ahora ya carece completamente de autoridad para negar a Isabel Díaz Ayuso ser presidente del PP madrileño. Todos los análisis echarán la culpa al presidente del PP nacional por haber hundido la campaña de Mañueco. Todos los sondeos les procuraban algo más que lo obtenido pero Casado no pudo reprimir su incontinencia verbal y comenzar a hablar de cosas que sonaban a chino a los castellanos. Resultado: ni subir, ni bajar, enganchados al tractor de Casado.

Chulerías las justas

Toda la semana han estado filtrando los medios de la derecha que el PP aceptaría pactos puntuales, como en Madrid, con Vox para seguir gobernando en Castilla y León. Incluso en alguno hablaban de no pactar con Vox y hacerlo con los partidos de la España periférica –no se sabe bien qué toman en algunas redacciones-. Sin embargo, Vox ya ha dicho claramente que verdes las han segado. Que si quieren pacto será de coalición de Gobierno.

Casado ha debido palidecer en su despacho de la planta 7 de la sede pagada en B de Génova cuando le han dicho las palabras de Santiago Abascal. Ni por asomo querían pactar coalición, aunque lanzasen algún globo sonda, porque saben que estos no son como Ciudadanos, que se quejaban pero tragaban con todo. Ahora, tras ponerse chulitos, han visto como Vox les tiene cogidos por las partes blandas… de los huevos, vamos. Muchos en el PP se preguntarán ¿cómo no hemos podido prever esto?

Vox a gobernar, le guste o no al PP

Vox ya advirtió en su reunión nacional que ya estaban preparados para entrar a gobernar. Un claro aviso a Juan Manuel Moreno Bonilla del PP andaluz, pero que se ha adelantado en Castilla y León. En la formación de Abascal ya se han cansado de que el PP les diga que sí aceptan sus propuestas y sus políticas pero luego se hagan los despistados. Tampoco les gusta ese colegueo que se traen ahora cuando llevan dos años pidiendo que no se les vote. Pues ha llegado el momento de pasar por caja.

En Vox no han tenido prisa porque sabían, esto es importante para aquellos que piensan que son idiotas, que debían ir construyendo partido, especialmente en el ámbito rural. Ya lo tienen en numerosas partes del país y ha llegado el momento de pasar al Gobierno. Nada mejor que poder implementar sus políticas que llevándolas a cabo por sí mismos y no por personas interpuestas. En materia económica no hay diferencias con el PP, son igual de liberales extremos, pero en sociales sí. Por mucho pecho que saquen votantes y dirigentes del PP, hay líneas rojas que no pasarán jamás.

Quiebra de las redes de poder

Desde el gobierno, al final, es más sencillo dar la batalla cultural que desde la oposición, amable o guerrera. Por eso van a exigir al PP hasta el brazo incorrupto de santa Teresa, porque pueden y quieren. Si el PP no acepta se irá a nuevas elecciones, si el PP acepta sabe que el mamoneo institucional (ese que se repartía con Cs como en Andalucía donde dan universidades a los amigos del Consejero naranja) se acaba. Y sin mamoneo institucional propio e intransferible, las siguientes elecciones –de cualquier tipo- se antojan más complicadas.

Vox utilizará esas mismas redes –que no tienen por qué ser ilegales- para su beneficio más allá de las ciudades grandes y medianas. Llegarán más lejos de donde llegan ahora y eso sólo puede ser en detrimento del PP. Ya se ha visto que el hundimiento de Ciudadanos en CyL no le ha servido al PP. Igual para mantenerse ante la subida de Vox (aquí ya se advirtió hace meses que estaban engañando los medios con los apoyos al partido de Abascal), pero ya. Ahora compartirán gobierno y si los rechazan eso sería casi mejor para Vox. Se mire por donde se mire, a Casado le deben estar doliendo sus partes… porque se las tienen agarradas con fuerza.

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