La pandemia del COVID-19, la codicia corporativa de las grandes multinacionales y la guerra de Ucrania han provocado una inflación mundial que está afectando a todos y cada uno de los países del mundo. Se trata de un incremento de los precios en los que los diferentes mandatarios no tienen responsabilidad directa (salvo Vladimir Putin, evidentemente) pero que están teniendo que afrontar las consecuencias.
Los principales bancos centrales, principalmente el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de los Estados Unidos, han implementado subidas salvajes de los tipos de interés, unas medidas inadecuadas porque, tal y como han reconocido estos organismos, desacelerarán la economía, desinflarán la demanda de los consumidores y harán que los precios se reduzcan. Sin embargo, se están equivocando y con graves consecuencias para la ciudadanía.
El presidente de la FED, Jerome Powell, ya está reconociendo las dificultades que están provocando las subidas de tipos. El crecimiento económico más lento y la desaceleración de la creación de empleo hacen que sea inevitable, según Powell, «algo de dolor a los hogares y las empresas».
La realidad es que el verdadero dolor que están causando estas medidas recae solo en los trabajadores. Las subidas de tipos de los bancos centrales tienen implicaciones muy graves para las rentas medias y bajas. Los hogares se tienen que enfrentar a unos costes mucho más elevados en financiación y vivienda, por ejemplo. La disminución de la demanda de los consumidores, evidentemente, se traduce en menos trabajos y menos horas para aquellos que aún trabajan.
Sin embargo, República Dominicana está creciendo y se ha generado un escenario de estabilidad económica que la ha puesto en el punto de mira para atraer inversiones extranjeras en todos los sectores productivos. Todo ello es consecuencia de la gestión que está haciendo Luis Abinader.
El modo en que el presidente dominicano está afrontando la inflación ha generado consecuencias positivas para la ciudadanía, sobre todo en los productos básicos. Según un informe de Dirección General de Protección al Consumidor de Honduras, República Dominicana es uno de los países de la región Centroamérica-Caribe en los que menos ha impactado la inflación global, principalmente en las subidas de los precios de los alimentos.
Productos como la leche, la carne de cerdo y pollo, los huevos, las patatas, entre otros, se pueden adquirir en República Dominicana a menor precio que los demás países de la región. Aunque la inflación ha afectado a todos los países de Centroamérica y el Caribe, en República Dominicana los alimentos básicos tienen un coste inferior en la totalidad de consumo a los demás países de referencia, lo que coincide con los datos mostrados por el Banco Central de RD que indicó que la inflación interanual se ha reducido a 5,90%.
Esta es la consecuencia de que las políticas económicas implementadas por Luis Abinader son las adecuadas para la situación global actual, dado que ha permitido que los productos de primera necesidad para las familias tengan un precio más asequible que en el resto de países de Centroamérica.