No renovar los abonos de la siguiente temporada no es algo que duela realmente al dúo prescrito. Estarían encantados para colocar todas esas entradas a los touroperadores y llenar el Metropolitano de chinos, árabes o cualquiera que pague un pastón por ir a un partido del Atlético de Madrid. Además, como la afición rojiblanca es así de especial —no de usar zapatillas con velcro sino de diferente—, les puede más seguir yendo al páramo a ver a su equipo. Por ello la dirigencia no debería tensar la situación más allá de los trapicheos habituales.

Entre los cholistas y anticholistas, entre los defensores del gilismo y la oposición, entre los que están hasta los dídimos o los ovarios y los que tragan con lo que sea, se están generando quiebras entre los aficionados. Muchos están, dentro de esas fracturas, en las mismas posiciones, por ejemplo, cholistas-antigilistas-y-hasta-ahí. También se viene notando que ese hastío, multiplicado por la perenne deuda que impide fichar de forma normal, una deuda que se iba a acabar con la destrucción del Vicente Calderón, luego con la Ciudad Deportiva o con la larga década entrando en Champions todos los años, está llevando a algunas al borde. El mismo gestor se muestra incapaz de hacer buena economía para el equipo, aunque sus bolsillos cada vez estén más gruesos.

Ese hastío, decíamos, está cogiendo mal cariz. A muchos el recurso a la violencia ya les comienza a parecer hasta civilizado dada la cantidad de mentiras, trampas y trapicheos que ven temporada tras temporada. La prensa al servicio del gran jefe Crooked Face siempre vende que es la mejor plantilla que se ha tenido, que este año sí se aspirará a todo y al final, entre que se retrasan los pagos, no han fichado calidad real y que, realmente, les vale con ser terceros a todos, nueva decepción. Y no por no ganar sino por no competir hasta el final, que es algo muy distinto.

Y si además se añade que ante el mayor latrocinio televisado de la historia del fútbol, la dirigencia se lava las manos y no se atreve a quejarse públicamente —privadamente no se tienen pruebas tampoco— ante la mafia-UEFA y deben ser los aficionados los que lo hagan, quemar gente no parece muy descabellado. Una pira «sakrifical» en la explanada con unos cuantos achicharrados por herejes y traidores es algo que debe pasar por la cabeza de más de uno y más de dos. La posible, o no según María José Hostalrich, llegada del Hernández traidor ya ha supuesto calentar al personal más de lo conveniente y se empiezan a leer en redes cosas muy feas.

Han creído que congraciándose con tres o cuatro grupos, con poner de parapeto —con una buena morterada mensual— al Cholo Simeone para bien o mal, y pidiendo a tres o cuatro amanuenses que escriban lo que saben —«mejor gestor», «antes de entrar deben salir», «mucha presencia en UEFA y ECA», etc.— se paraba cualquier cosa. Pues parece que no, que en esta ocasión han ido más allá de lo tolerable para muchos aficionados. Al final, ¿saben qué?, acabaran a leches entre ellos y el dúo saldrá de rositas. Pero, visto lo visto, no descarten algún suceso violento. Salvo que fichen bien por una vez en su vida como dice Rubén Uría que harán. No gusta como mea la perrita.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here